Desde la Corriente Obrera Revolucionaria (COR) y Trabajadores Trotskistas (TT) queremos enviar nuestra solidaridad con los compañeros del Partido Obrero y el Polo Obrero ante la persecusión por parte de gobierno de Milei y sus secuaces, que mediante los mecanismos de la justicia patronal prepara el terreno para el ataque directo hacia la izquierda y las organizaciones sociales. El reciente allanamiento del local central del PO, sumado al montaje llevado adelante por el gobierno para criminalizar a los dirigentes del Polo Obrero y otras organizaciones de desocupados, así como los delegados y trabajadores del SUTNA, muestran no solamente el carácter profundamente antiobrero y reaccionario del gobierno sino también la complicidad del resto de los partidos patronales, especialmente el peronismo. Ante esto sostenemos que todas las organizaciones de izquierda debemos rodear de solidaridad a los compañeros perseguidos y apelar a los únicos métodos para enfrentar a los capitalistas y sus representantes: los métodos obreros.
Saludos revolucionarios
COR-TT
Después de varios días de acampe, cortes de ruta, marchas a la legislatura, escrache a la casa de Rovira y una movilización a Casa de Gobierno los docentes y trabajadores estatales están demostrando que ya no quieren seguir viviendo con salarios de miseria y condiciones de vida paupérrimas, mientras los pocos beneficiarios de las riquezas de Misiones se les burlan en la cara.
En las asambleas del acampe se puede ver el hartazgo con la situación provincial, que es subproducto de la política nacional del gobierno anti obrero de Milei. Passalacqua quiere emular a su nuevo jefe nacional Milei, profundizando el ajuste renovador de décadas en la provincia, para garantizar las ganancias de las grandes empresas instaladas en suelo misionero. Pero ha encontrado una resistencia muy importante de gran parte de los trabajadores estatales, con simpatía de un sector importante de la población trabajadora. Esta fortaleza en la lucha llevó a que la policía, de forma oportunista, se amotinara y también peleara por aumentar su precio para la represión. Hay que ser claros al señalar quiénes son los amigos de los luchadores y quiénes los enemigos: los policías no son trabajadores, son la fuerza auxiliar armada del Estado provincial, que cuida los intereses de las grandes empresas. Como lo dijo el delegado policial Amarilla en una de las asambleas del acampe de los docentes, ellos cumplen otra función en el Estado y negocian de otra forma con el gobierno y, en caso de que tengan que reprimir, le va a pesar en su conciencia, pero es su deber. Además de ir a la asamblea para buscar que no se radicalice, es decir, que no corten la ruta, intentó desmoralizarlos. Para "calmar la conciencia" del represor, y acompañar la tarea de desmoralización, está la Iglesia católica, gran empleadora de un sector importante de la docencia en el interior del país, y que como patronal también le interesa bajar la lucha docente.
El gobierno no sabe cómo cerrar el conflicto y está intentando o tratando de aislarlo con mesas de negociación con otros gremios de la CGT, inclusive con UDA, gremio docente que levantó el paro, para que no se extienda el conflicto salarial a otros sectores. Es nefasto el rol de la CGT provincial, que, en vez de llamar a un paro provincial, se entrega a los negociados de los socios de Rovira.
Hay rumores de que se estaría por abrir un canal de diálogo con los docentes. De ser cierto, no se debe levantar ninguna medida ni los cortes ni el acampe, para ir a esa negociación con los compañeros en las calles y luchando. Y ninguna negociación por zona o localidad, no se debe dividir la lucha. En el caso de que la posibilidad de negociar exista, es vital que las/os docentes en lucha discutan quiénes van a ser sus negociadores. No podemos permitir que negocien otros, cuando nosotros somos los que luchamos. Debemos impulsar la votación de delegados por escuela, con la moción de cortes de ruta, acampes y toma de edificios, independientemente del sindicato al que pertenezca o si es autoconvocado. Y esto para confluir en un plenario provincial de delegados de base con mandato que vote los delegados para la negociación o, en caso de que no haya ninguna propuesta, decida cómo seguimos la lucha hasta triunfar. En cada localidad en la que salieron a pelear por sus salarios, muchos compañeros se han destacado y han hecho la experiencia con la burocracia sindical, el gobierno y sus instituciones. Esos deben ser los compañeros/as que tomen la posta, ya que se ha llegado a esta situación no sólo por la complicidad del gobierno provincial y nacional, sino también por las traiciones de las distintas burocracias sindicales docentes, empezando por CTERA y sus representantes provinciales. Por esto, es fundamental que las seccionales y sindicatos docentes recuperados de todo el país organicen una reunión nacional para discutir cómo accionamos para que el conflicto triunfe.
· ¡Por el triunfo de la docencia misionera!
· Unidad y coordinación con las/os trabajadores de la salud que están realizando acciones también por aumento de salario.
· Ningún apoyo a la policía.
· Por un plenario provincial de delegados de base con mandato.
· Impulsemos el fondo de lucha del acampe en Posadas y preparemos el fondo de huelga para hacer frente a los descuentos que el gobierno ya liquidó
· ¡Derrotemos el ajuste de Passalacqua y Rovira!
· ¡Contra el ajuste antiobrero de Milei , el FMI y todos los gobernadores!
Desde el acampe docente de Posadas, COR y TT
27/5/24
Al encuentro nacional de trabajadores:
Nos encontramos en una situación internacional signada por la continuidad de una crisis económica mundial, la guerra Rusia Ucrania y el genocidio en Palestina por parte del enclave de Israel. En nuestro país, estamos enfrentando a un gobierno aliado de forma directa al imperialismo que pretende imponer un ajuste brutal sobre los trabajadores y las masas.
Reagrupar a los sectores de vanguardia, a los sindicatos recuperados, a los delegados combativos y a sectores del movimiento piquetero que están sufriendo la persecución a sus organizaciones por parte del gobierno y la justicia es una tarea de mucha importancia para intentar actuar de forma común y avanzar en desarrollar la independencia de nuestra clase respecto de las variantes burguesas y pequeño burguesas, como el PJ, la burocracia sindical (que es un enemigo en nuestras filas) y toda la oposición patronal, para derrotar a este gobierno.
Proponemos al SUTNA, Ademys, a las juntas internas de estatales recuperadas, a las seccionales recuperadas de ferroviarios, a las seccionales de SUTEBA recuperados, a la UEPC Capital de Córdoba, entre otras, a llamar a un Congreso de delegados de base con mandato para abrir un gran proceso de deliberación al interior de nuestra clase y ubicarnos como una minoría activa en nuestros sindicatos o centrales para imponer un paro nacional de 36 horas. En lo inmediato, proponemos que para el día en que se trate la ley bases y el paquete fiscal, junto a todos estos sectores combativos se dé impulso a un paro en las estructuras en las que tengamos responsabilidad de dirección, con piquetes y tomas de edificios y una gran movilización para derrotar este ajuste anti obrero. Para ese día, la burocracia sólo anuncia una movilización, pero no un paro. Hagamos una campaña de solidaridad activa para que triunfe la lucha del SUTNA en contra de los despidos, las luchas en las metalúrgicas de país contra los despidos como el caso de la lucha de WEG en Córdoba. Impulsemos un Congreso de delegados de base con mandato para reforzar las tareas de recuperar los sindicatos de la burocracia sindical. Que ahí se vote un plan de lucha a partir del cual empezar a movilizar y organizar al movimiento obrero. Los sindicatos deben empezar a organizar a los compañeros despedidos ante la ola de despidos que está empezando.Tenemos que levantar la necesidad de un programa transicional que prepare las condiciones para la lucha por el poder: ante la desorganización económica, ocupación de las fábricas y edificios estatales; control obrero de ramas de producción; escala móvil de salarios y horas de trabajo. Estos elementos del programa transicional requieren que no sólo recuperemos los sindicatos, sino que pongamos en pie un partido revolucionario para centralizar las tareas en el camino de una revolución obrera y socialista y un gobierno obrero.
• ¡Abajo la ley bases, el paquete fiscal, la reforma laboral y el DNU!
• ¡Por el triunfo de la lucha en Misiones y de todas las luchas en curso!
• Impongamos un paro nacional de 36hs. para derrotar el ajuste del FMI, Milei y sus aliados.
24/05/2024
Trabajadores Trotskistas
Corriente Obrera Revolucionaria
La contraofensiva que fracasó en Ucrania y el avance de Rusia en el territorio están complicando los objetivos de la OTAN, que no logra que el ejército ucraniano mantenga las posiciones, lo cual dificulta una salida negociada con Putin. Esto plantea que el imperialismo baraje distintas hipótesis del desarrollo del conflicto. La OTAN está discutiendo una intervención más abierta, no sólo enviando armas, sino ejércitos regulares al territorio para reforzar y apuntalar una posible desbandada del ejército ucraniano, que no logra reponer sus bajas. Es claro que la prolongación de la guerra ha sumido al gobierno de Zelensky en una crisis política importante.
Por su parte, Rusia refuerza sus alianzas, centralmente con China, y si bien por ahora respeta las “líneas rojas” en el territorio, está asediando a Kharkiv, segunda ciudad en importancia de Ucrania. Algunos analistas sostienen que este asedio es un movimiento táctico para dividir aún más las fuerzas ucranianas.
Tendencias guerreristas en ascenso
La guerra en Rusia y Ucrania está entrando en un territorio de guerra más abierta entre la OTAN y Rusia, lo que daría un salto en calidad con derivaciones bélicas de carácter mundial. Por eso, es importantísimo para el imperialismo norteamericano darle una salida diplomática al enfrentamiento en Palestina, ya que este genocidio está generando un gran repudio a nivel mundial, centralmente de la juventud. Este cuestionamiento le impide al imperialismo consolidar una base social que le permita una intervención más directa en el proceso de asimilación de los ex Estados obreros, como Rusia.
En este escenario los trabajadores debemos intervenir de forma independiente. Las guerras que plantean el imperialismo, sus agentes y la burocracia de los ex Estados obreros no son nuestras guerras y debemos parar esta política guerrerista con los métodos de la clase obrera. Tenemos que organizarnos para derrotar a sus gobiernos en esos países, expulsarlos con una lucha antiimperialista de las semicolonias y derrotar a las burocracias restauracionistas, que son agentes del imperialismo en los ex Estados obreros en proceso de asimilación. Estas son las tareas que se desprenden de la situación internacional y son tareas histórica que no conocen analogías, ya que estamos frente a una guerra entre dos ex Estados obreros, como Rusia y Ucrania, y a un proceso de asimilación en China. Los restauradores del capitalismo aun no logran conformarse como clase y están en una indefinición en cuando a qué tipo de Estado se dará como resultado si triunfa esta transición al capitalismo.
Estamos atravesando una etapa signada por la descomposición del imperialismo, de sus formas de dominación, como los Estados burgueses, y a una crisis histórica en la relación entre capital y trabajo. Nunca en la historia estuvieron estos elementos en la arena de la lucha de clases. Lo que sí es una constante en cada uno de estos fenómenos es la preeminencia del sistema capitalista y sus leyes. Este sistema y sus leyes fueron puestos en cuestión en los procesos revolucionarios, procesos que dejaron importantes lecciones: se puede superar al capitalismo y desarrollar procesos transicionales hacia el socialismo. La subsistencia del capitalismo en su agonía también plantea la existencia del proletariado como su sepulturero. El capitalismo es consciente de esta amenaza y por eso, aun en su profunda crisis, no se va a retirar sin dar pelea y, en su ocaso, también intentará llevar a nuestra clase a la barbarie.
Por la reconstrucción de la IV Internacional
Los procesos de guerra más generalizados aceleran los tiempos para desarrollar el internacionalismo proletario, por lo que la tarea de primer orden es reconstruir la IV Internacional y sus secciones nacionales. Esta dirección debe dar las directrices al proletariado norteamericano para que pare la industria bélica de su país y destruya la alianza imperialista con Israel, que se una a las manifestaciones universitarias contra el genocidio en Palestina y las dirija, llamando a la clase obrera de Medio Oriente a enfrentar a sus burguesías que obstaculizan también la lucha por la destrucción del enclave sionista. También para que el proletariado chino se levante contra la burocracia del PC, detenga el envió de armamento a Rusia y llame al proletariado ruso y ucraniano a una guerra revolucionaria contra sus gobiernos restauracionistas para derrotar de forma revolucionaria el proceso de asimilación.
Reiteramos nuestro llamado a las corrientes revolucionarias que defienden el programa de la dictadura del proletariado a organizar una Conferencia Internacional cuyo objetivo sea sentar las bases para la reconstrucción de la Cuarta Internacional. Reconstruir la Cuarta Internacional es darle una dirección a la tarea de establecer la dictadura del proletariado internacional, es proveer a los trabajadores del mundo de una herramienta revolucionaria y de un programa antagónico al capitalismo, que lo único que nos ofrece es guerra y más miseria.
Mientras Milei festeja una recesión que va camino a una depresión, el índice de inflación de 8,8 % y un superávit fiscal dibujado a base del no pago de deudas y ajuste a los jubilados, los trabajadores sólo vemos el deterioro de nuestros salarios y una tremenda ola de despidos.
En el parlamento se está discutiendo cómo se ordenan las distintas fracciones burguesas, cuál gana y cuál pierde, siempre continuando el ataque a nuestra clase. Nosotros debemos organizarnos, no sólo para rechazar estas leyes anti obreras, sino para ubicarnos como dirección alternativa a este desorden económico, político y social.
Asistimos a un festival de lobistas berretas de semicolonia que intentan mantener sus negocios ante el avance de un gobierno que se alió al imperialismo y el capital financiero para modificar la forma de dominación en nuestros semi Estado y su relación con el imperialismo. Pero estos lobistas no actúan solos, sino que cuentan con la inestimable ayuda de la burocracia sindical para garantizar sus negocios, allí podrán encontrar a las direcciones de los sindicatos petrolero y minero (para nombrar algunos). negociando la explotación de Vaca Muerta y el litio. Otra parte de la burocracia sindical se desespera por vender caro su poder de contención y presión para mantener sus privilegios y su relación con el semi Estado, que le permiten sostener su poder de fuego. En todo este escenario queda claro que ninguna de estas variantes de la burocracia está defendiendo nuestros intereses como clase, sino que están permitiendo que sigan avanzando con el deterioro de nuestros salarios, de nuestras condiciones laborales y con la ola de suspensiones y despidos en todo el país.
Pero la realidad es terca y no vamos a aceptar de forma pasiva el brutal ataque de los gobiernos nacional y provinciales. Así lo demuestran la lucha del Sindicato del neumático SUTNA ante los despidos; la lucha de los metalúrgicos en todo el país, con acciones importantes en Córdoba (por ejemplo, contra los despidos en algunas fábricas como WEG); la lucha generalizada de los trabajadores de Misiones, que salieron a confrontar con su gobierno ante los paupérrimos salarios docentes y de estatales. En esta provincia la policía aprovechó la situación para pedir aumento de sus haberes y cotizar mejor su rol de represores y fuerza auxiliar garante de la seguridad de los intereses capitalistas. Jamás la policía va a ser nuestra aliada, no son trabajadores. Los trabajadores de Misiones, por sus acciones, tienen la autoridad de llamar a un paro nacional para que triunfen sus demandas y fortalecer todas las luchas que se están dando en el país contra los despidos y el ajuste y por la recomposición de los salarios.
Lo único que tiene claro el gobierno es que tiene llevar adelante el ajuste a los trabajadores a toda costa, por eso inauguró su mandato con el “protocolo antipiquetes” y gasta millones en operativos de represión y amedrentamiento. El pasado 13 de mayo se realizaron violentos allanamientos a organizaciones piqueteras, en un claro acto de persecución política. Asimismo, el 17 de mayo se allanó el domicilio del dirigente de ATE Río Cuarto de Carlos Rang, un día después de que su organización realizara un escrache la Fundación Mediterránea. Tenemos que enfrentar estos ataques con lucha y organización.
El empantanamiento de la aprobación de la “ley bases” en el Senado, la postergación del “pacto de mayo” y la aceleración de la crisis exige preparar los procesos de la lucha de clase para que golpeen en donde más le duele a la burguesía, que es en la producción, y que no sean desviados a la agenda parlamentaria con la idea de reforzar las instituciones del Estado.
Demostramos nuestro potencial en el último paro y vimos cómo la burocracia al otro día ya se preparaba para negociar migajas. Más patético fue el rol del radicalismo después de la masiva marcha educativa, que se montó sobre esa masividad para negociar sus votos en el Senado por unos pesos más para la UBA. Mientras el PJ sigue con sus peleas internas y jugando al desgaste del gobierno para ganar tiempo y rearmarse para las próximas elecciones.
Entramos a un escenario convulsivo con direcciones contrarrevolucionarias, por lo que una de las tareas centrales es recuperar nuestras organizaciones y expulsar a la burocracia de nuestras filas. Impulsemos un congreso de delegados de base con mandato que imponga un paro nacional de 36hs.; por la reincorporación de todos los despedidos; apertura de los libros de las grandes empresas para mostrar la falsedad de la crisis; por la reapertura de las paritarias y un aumento de salario igual a la canasta familiar. Tenemos que ampliar las funciones de los sindicatos y llevarlos a que cumplan un rol más allá de los límites que les pone la burocracia, es decir, que levanten un programa transicional que prepare las condiciones para la lucha por el poder: ocupación de las fábricas, control obrero de ramas de producción, escala móvil de salarios y horas de trabajo. Estos elementos del programa transicional requieren que no sólo recuperemos los sindicatos, sino que pongamos en pie un partido revolucionario para centralizar las tareas en el camino de una revolución obrera y socialista y un gobierno obrero.
Por LOI Brasil
Publicado en TRCI el 12/05/24
A finales de abril, el estado de Rio Grande do Sul sufrió una de las mayores tragedias de su historia: inundaciones causadas por fuertes lluvias que afectaron a 441 municipios del estado y a casi 2 millones de personas, dejando un saldo parcial de más de 100 muertos y desaparecidos, así como casi 400 heridos y 400.000 personas sin hogar. Además, casi 1 millón de personas se quedaron sin acceso a la electricidad, así como 6 represas en peligro de romperse, una de las cuales ya se ha derrumbado parcialmente.
La catástrofe estaba prevista, ya que desde hacía años se sabía que, con la aceleración del cambio climático, los fenómenos meteorológicos extremos, como sequías y tormentas, serían mucho más frecuentes. El propio estado de Rio Grande do Sul ya había sufrido tragedias menores y más localizadas, como en 2023, cuando 75 personas murieron en el estado como consecuencia de sucesos similares.
En todos sus matices, el evento está directamente relacionado con el sistema de producción capitalista en crisis. El cambio climático sin precedentes está relacionado con la urbanización y la industrialización desenfrenada, así como con la destrucción de espacios naturales para la producción de materias primas y la explotación de fuentes de energía. Desde una perspectiva más localizada, tenemos la acción directa de los gobiernos dentro de la democracia burguesa, actuando para facilitar y optimizar el uso y explotación depredadora de la tierra por parte de la agroindustria, la especulación inmobiliaria y la minería. Sólo en 2019, 480 puntos de la legislación ambiental fueron modificados por el gobernador Eduardo Leite (PSDB).
Obviamente, la burguesía rural y urbana encontró rápidamente refugio lejos de la crisis, dejando a los trabajadores pobres del campo y las ciudades sufriendo la escasez de agua potable y electricidad, teniendo que arrastrarse por las calles inundadas y pútridas en busca de un techo.
Ahora, en plena crisis, los oportunistas intentan sacar provecho de la tragedia de Rio Grande do Sul. El alcalde de Porto Alegre, Sebastião Melo (MDB), y el gobernador del estado aparecen ante las cámaras con chalecos naranja de protección civil, intentando mostrar eficacia ante un acontecimiento que dejará graves y duraderas consecuencias en las condiciones de vida de los trabajadores del estado, pero que no han hecho nada para contener, al contrario, han relajado la legislación, facilitado la explotación de las llanuras de inundación de los ríos y lagos de la región, que son parte de la causa directa del problema. Incluso Lula, que ha actuado intensamente para facilitar el flujo de dinero para medidas de emergencia, está actuando calculadamente para no convertir el suceso en su "Katrina personal", en alusión al huracán que devastó el sur de EEUU y simbolizó el abandono del Estado hacia la población pobre de la región.
El Estado intenta ahora contener los daños, pero realmente no podemos confiar en esta salida para los trabajadores del sur. Los gobiernos municipal, estatal y federal actuarán para que los beneficios del agronegocio y de la industria de Rio Grande do Sul no se vean tan perjudicados, aunque sea a costa de despedir trabajadores o recortar salarios, como es la política exigida por un grupo de empresarios de Rio Grande do Sul al Ministerio de Trabajo, que está estudiando la cuestión. Por lo tanto, los trabajadores no pueden tener ninguna confianza en las soluciones presentadas por los gobiernos o en la discusión sobre la gestión más o menos eficiente del Estado burgués por parte de reformistas y organizaciones centristas.
Debemos exigir que los sindicatos y las organizaciones obreras se movilicen para organizar el rescate, el refugio y la reconstrucción de los hogares afectados por las inundaciones. Necesitamos organizarnos independientemente del Estado, a través de la solidaridad de clase, apropiándonos de los materiales y medios disponibles y poniéndolos a disposición de un plan de reconstrucción bajo control obrero. La tragedia de Rio Grande do Sul es la máxima expresión de la descomposición de un Estado semicolonial y de sus instituciones. Por lo tanto, debemos rechazar las soluciones que refuerzan el papel de estas instituciones y/o son electoralistas y avanzar en la organización para la destrucción de este Estado.
Por ferroviarios de la COR
Ayer, 10 de mayo, ocurrió un terrible accidente en el ferrocarril San Martín: al ingresar al Puente Pacífico, en la zona de Palermo, colisionaron dos formaciones, una de repuestos y otra con diagrama de pasajeros. Al cierre de esta nota, los heridos son más de 100, 30 en estado grave.
El accidente no nos tomó por sorpresa a los trabajadores ferroviarios, que hace años percibimos y enfrentamos el vaciamiento de los sucesivos gobiernos y patronales. Desde luego, el gobierno de Milei vino a recrudecer esta situación. Con motosierra y licuadora, recortó a cero la obra pública, aplicó tarifazos en los boletos, congeló la paritaria y plantea privatizar los trenes y despedir a 6 mil compañeros.
La caza de brujas está a la orden del día. Con su instinto de clase burgués, los funcionarios quieren responsabilizar a los conductores o a los señaleros, cuando es evidente que los responsables son los vaciadores de siempre. Maturano se jacta de sus “denuncias”, pero la burocracia fraternal y de la Unión Ferroviaria aceptaron la imposición patronal, que los trenes corran con un sistema de señales detonado, como también aceptaron los despidos en ADIF y que el gobierno recortara los servicios en el interior y en el AMBA.
Los ferroviarios de la COR defendemos incondicionalmente a cualquier trabajador del ferrocarril San Martín que intente ser inculpado y hacemos responsable de la situación a la trilogía siniestra de gobierno, empresarios y una burocracia sindical cómplice.
La crisis ferroviaria viene de larga data. El kirchnerismo tuvo una línea totalmente pragmática (un tímido desarrollo de la carga al servicio del complejo oleaginoso), que cayó en picada con los sucesivos accidentes, sobre todo con la tragedia de Once. Macri intentó una línea similar con el Plan Belgrano, pero avanzando en los recortes y despidos. Alberto pasó sin pena ni gloria. Ahora, nos toca enfrentar el ataque de Milei, su plan vaciador, de privatización y de despidos. Tarea que queda en manos de los sectores combativos y opositores a la burocracia, que además de agente político de la burguesía, en la rama ferroviaria actúa, aún en minoría, como su agente administrador directo.
Los ferroviarios de la COR, que dirigimos la lista roja del Belgrano Norte, desde hace años venimos planteando la necesidad de poner en pie una Oposición Sindical Revolucionaria, que dispute el sindicato y pelee por la dirección de los trabajadores. Insistimos en la necesidad de un Congreso de Delegados de base donde se vote un plan de lucha y se abra un debate programático sobre las tareas a asumir. Tenemos que luchar contra el DNU y la ley de bases confiando en nuestras propias fuerzas y no en las instituciones del régimen, como el parlamento. No acordamos con el planteo estatista, redistributivo, que sostiene que con las ganancias de la carga se tiene que financiar el transporte de pasajeros. Es un planteo que no supera los límites de un capitalismo de estado semicolonial. Tampoco es “la salida” pelear por un sistema estatal, añadiendo la confusa consigna de “gestión de trabajadores y usuarios”. Sostenemos la lucha por el control obrero del transporte, de la administración obrera, en donde se sienten las bases de un incipiente poder obrero. En la perspectiva de desarrollar el ataque contra todas las fuerzas del capital y el Estado burgués, la necesidad del control obrero y la expropiación de la banca y de las ramas industriales. Son tareas que están absolutamente ligadas a la conquista del poder por la clase trabajadora, para lo cual necesitamos construir un partido revolucionario.
Ayer asistimos a un paro importante, llamado por la CGT y las CTAs, en el que se paralizó gran parte del país y, centralmente, entraron en escena grandes sectores del movimiento obrero industrial y de servicio que no habían parado el 24 de enero. Es importante remarcar este aspecto para entender la dinámica de la crisis en la que estamos actuando y las líneas políticas de las direcciones de este proceso. La irrupción de contingentes de trabajadores -que intervienen con sus métodos, como paros, asambleas, bloqueos, piquetes de convencimientos, movilizaciones para intentar frenar el ajuste, los despidos, la caída del salario y el ataque que implica la reforma laboral y las leyes que están tratando de imponer- muestra la potencialidad de la clase obrera cuando empieza a tensar sus músculos, a pesar de sus direcciones.
Este 10/05/24 hubo un accidente de trenes con heridos en CABA, que muestra, al día siguiente del paro, las consecuencias de las políticas anti obreras y de desfinanciamiento del gobierno, al que no le importa poner en juego las vidas de los trabajadores.
El gran límite de la jornada del 09/05 fue su dirección, es decir, la burocracia sindical, que buscó con esta acción generar presión al gobierno y llevar la lucha a una pelea parlamentaria en el Senado para modificar la ley bases y el paquete fiscal. Pretendió, con métodos propios de la clase, transformar a los trabajadores en ciudadanos, es decir, sacarlos de la producción para llevarlos al engaño de las instituciones. Pero las acciones en algunos lugares del país mostraron que los trabajadores acataron el paro y llevaron sus demandas contra los despidos, por aumento de salario, contra los cierres de plantas o suspensiones, quitándole la idea de paro dominguero que quiso darle la burocracia sindical.
Por otro lado, se mostró la fragmentación de nuestra clase y el avance en la pauperización de nuestras condiciones de vida. Los millones de trabajadores que no están sindicalizados y trabajan en negro o tercerizados, a quienes la burocracia se niega a organizar, sumado a los trabajadores desocupados componen esa heterogeneidad de nuestra clase. Gran parte de estos sectores también se sumaron al paro y debemos levantar sus reivindicaciones para unificar las luchas obreras. Estas reivindicaciones están relacionadas con la caída del salario real y la incorporación de ítems extorsivos como el presentismo, los bonos por producción y otros bonos que conforman el salario que imponen la patronal y el Estado (como empleador), con la complicidad de la burocracia sindical, que dificultan actuar con centralidad en medio de la crisis social importante.
Pero, a pesar de esta fragmentación, gran parte de los trabajadores no fue a trabajar y eso fue un gran golpe al gobierno, que comienza a vivir un deterioro en su poder político, lo que ya se había expresado en la masiva movilización educativa. El 9/5 se expresó una clase fundamental, la clase obrera.
Debemos consignar también que un sector de la pequeña burguesía comercial abrió sus negocios, en algún sentido en contra del paro y a favor de Milei, pero también porque están sufriendo la recesión (que va camino a depresión), pero la contundencia del paro hizo que en las ventas del día fueran peor de lo que venían siendo.
En este escenario es central para darle continuidad al paro, aprovechar el debate que se está dando al interior de nuestra clase para enfrentar este ajuste, preparar las condiciones para expulsar de nuestras filas a la burocracia sindical, recuperar nuestras organizaciones para estar en mejores condiciones de imprimir una dinámica de la que nos quieren imponer la burocracia sindical y el PJ, que sólo piensan en desgastar al gobierno para llegar (supuestamente) en mejores condiciones a las próximas elecciones. Esa no puede ser nuestra agenda, no debemos tener ninguna confianza en las instituciones burguesa, sólo confiemos en nuestras propias fuerzas.
Por un Congreso de delegados de base con mandato para votar un programa obrero de salida a la crisis. Hay que preparar las condiciones para un paro de 36 horas en el camino de una huelga general para tirar a este gobierno antiobrero, a sus aliados y al FMI.
Este paro general en Argentina se inscribe en una situación mundial cada vez más convulsionada, marcada por el genocidio que está perpetrando el enclave de Israel en Gaza, la guerra de Rusia y Ucrania, el despertar de una juventud a nivel mundial en defensa de Palestina y la lucha de los trabajadores en gran parte del mundo para enfrentar las políticas guerreristas del imperialismo.
Por eso luchamos por la construcción una dirección que marque el camino, esto es un partido revolucionario como sección de la reconstrucción de la IV Internacional.