Pararles la mano
Repudio a la represión de la policía de Llaryora
Durante la segunda jornada de protestas contra el mega DNU antiobrero de Milei, la policía de Llaryora aplicó el protocolo Córdoba contra las manifestaciones y reprimió la concentración que se manifestaba frente a Patio Olmos. Cerca de las 22.00hs, los efectivos avanzaron para liberar la calzada utilizando gases, palos, escudos, con un saldo de varios heridos y cinco manifestantes detenidos. En este momento, los detenidos aún no han sido liberados. Se descuenta que serán imputados, al igual que los trabajadores de salud y los dirigentes piqueteros y de ATE, estos últimos ya elevados a juicio. No es nueva la política de represión de la protesta obrera y popular en Córdoba, y hoy se aplica para sostener el plan del FMI y Milei contra los trabajadores. Es el “acompañamiento” que ofreció Llaryora al presidente luego de la reunión del martes 19/12.
Para frenar los protocolos represivos nacional y provincial contra las huelgas, las marchas y los piquetes y el DNU que apunto a desarmar la organización de nuestra clase, debemos imponer a las CGTs y CTAs el paro provincial. ¡Por la liberación inmediata de los detenidos!
Para tirar abajo el DNU que busca reducir a la nada el derecho a huelga y fortalecer al máximo el despotismo patronal en las fábricas, debemos desarrollar la lucha llevándola a las fábricas y lugares de trabajo.
¡Liberación inmediata de los detenidos!
Por un congreso de delegados de base con mandato.
Por un paro general.
Abajo los protocolos antipiquete y el DNU de Milei.
Fuera el FMI.
Ningún Ajuste.
Ayer realizamos una marcha en conmemoración del 20 de diciembre y contra la continuidad del ajuste de Milei. Logramos derrotar al protocolo de Bullrich que impedía marchar por las calles, llegando a la Plaza de Mayo. Esta acción de los sectores de izquierda y los movimientos piqueteros permitió romper el miedo que estaban metiendo desde el gobierno a manifestarse. Después de que Milei leyó el DNU por cadena nacional se produjeron cacerolazos y una masiva concentración en el Congreso. El nivel de crisis que estamos viviendo acelera todo proceso de concientización y politización en grandes sectores de masas, tengamos en cuenta que han pasado diez días desde la asunción de Milei.
Tenemos que ser conscientes de que no se derrota a un gobierno sólo con manifestaciones en las calles, sino que debemos organizarnos. Hay que sacar lecciones del 2001 y el 2017, para que los intentos de institucionalizar los procesos de lucha de clases no triunfen. La cooptación de los movimientos sociales y de derechos humanos post 2001 por el gobierno de Kirchner y el “Hay 2019” después de la lucha en el congreso en contra de la reforma previsional macrista, son ejemplo de los desvíos de la lucha en función de proteger al régimen político y al semi Estado burgués.
Después del DNU y los cacerolazos, y de haber estado ausentes en la marcha del 20, el PJ y la CGT comienzan a despertarse y llaman a judicializar el decreto, llevar todo al Congreso o incluso un llamado a paro de carácter incierto, no por mejorar las condiciones de los trabajadores, sino más bien por el ataque del DNU a las cajas de la burocracia sindical en los sindicatos.
El hecho de que plantee la limitación del derecho a huelga y asamblea en lugares de trabajo demuestra que el verdadero objetivo es disciplinar a la clase obrera. Enfrentar el DNU significa organizarse en los lugares de trabajo, votar delegados o echar a los de la burocracia, recuperar nuestras organizaciones sindicales y atacar al régimen burgués en la producción, donde está su base de dominación. Ninguna ley ni DNU van impedir que confiemos en nuestras propias fuerzas y en nuestros métodos. Quieren reglamentar el derecho a huelga, más huelgas prepararemos; quieren precarizar el trabajo, más nos organizaremos para impedirlo.
Nos enfrentamos a los representantes políticos de una fracción del capital que consideran que el Estado debe ser sólo un ente de control entre las partes y que debe haber libertad para comerciar. Intentan hacernos creer que se negocia entre iguales, pero, mientras nosotros sólo tenemos nuestra fuerza de trabajo para vender, ellos tienen la propiedad privada de los medios de producción, el capital, al Estado, sus instituciones y, en nuestro caso, como somos una semi colonia, tienen de su lado al imperialismo para acentuar aún más su dominio. Intentan borrar todo atisbo de organización, para que las relaciones sociales de producción sean de carácter individual. El DNU es un decreto hecho para el gran capital nacional e internacional, para permitir el saqueo de los recursos y la superexplotación. La otra fracción pequeñoburguesa que nos gobernó hasta hace poco considera al Estado como un regulador y aplica el estatismo, que es una idea de economía dirigida orientada a preservar la propiedad privada en detrimento de las fuerzas productivas. El estatismo intenta mantener capas sociales parasitarias, por eso es profundamente reaccionario.
Tenemos diferencias irreconciliables con estos sectores de clase, nosotros luchamos por la destrucción del Estado burgués, por una revolución obrera y socialista, por la dictadura del proletariado, por la organización del trabajo sobre nuevas bases sociales. No tenemos puntos en común, no peleamos por una idea de democracia en abstracto, somos conscientes de que la democracia que defienden ellos es la democracia burguesa, de una clase reaccionaria que sostiene al sistema capitalista.
Luchamos por el poder, en la necesidad de construir un partido revolucionario, en medio de un escenario mundial de crisis y guerras como las que están sucediendo en Rusia-Ucrania y el genocidio de Israel a Palestina.
Abramos el debate en nuestra clase para organizarnos y elaborar un programa transicional que dé respuestas revolucionarias a la crisis.
Por un congreso de delegados de base con mandato.
Por un paro general.
Abajo el protocolo anti piquete y el DNU.
Fuera el FMI.
Ningún ajuste.
20 de diciembre
A 22 años de la insurrección espontánea del 2001: Fuera el FMI, ningún ajuste. Por un gobierno obrero.
Este miércoles 20/12 marchamos en todo el país, no sólo para reivindicar el proceso de lucha del 2001 y recordar a los compañeros asesinados, sino para enfrentar la continuidad del ajuste que empezó el peronismo y ahora acelera la nueva gestión de Miliei.
Argentina está hundida en una profunda crisis, que se viene agravando desde hace años. Asistimos a la sucesión de gobiernos de coaliciones decadentes de lo que queda de los partidos patronales derivados del PJ y la UCR, que de una u otra manera siempre nos hacen pagar la crisis a los trabajadores, para salvar a alguna de las fracciones patronales. Esto dentro de una situación internacional que está signada por la continuidad de la guerra de Rusia contra Ucrania, la invasión de Israel a la Franja de Gaza y su guerra genocida, el desarrollo de la crisis mundial y las consecuencias de la pandemia. La descomposición del imperialismo y su dominación se expresa de forma histórica en la organización de las relaciones sociales como sistema capitalista, entendiendo que la organización del capital es anárquica. Esta situación de crisis y guerra está unida por un lazo dialéctico con la lucha de clases. Lo que debemos constatar es que no sólo en EEUU estamos asistiendo a una mayor intervención del movimiento obrero y sus métodos, sino que es un elemento de la lucha de clases que se está expresando en muchas partes del mundo, superando el estadio de revueltas o insurrecciones espontáneas, como se dieron en América Latina y otras regiones.
El triunfo de Milei expresa a una fracción pequeño burguesa aliada al imperialismo, con más afinidad con EEUU, convirtiéndose en instrumento de éste, con la intención de someter al proletariado con las cadenas de una dictadura policial. Bullrich, ni bien asumió la cartera de Seguridad, presentó su protocolo represivo para amedrentarnos. Debemos añadir que la descomposición del imperialismo y la situación internacional de crisis y guerra hace que los semi-Estados como el nuestro sean aún más inestables y que su relación con las masas se vuelva aún más complicada. La fracción Milei ha demostrado ser un reciclado de “menemismo del siglo XXI”, que pretende volver como expresión burguesa de los sobrevivientes del proceso del 2001, tirándoles el fardo a los radicales y a los K, como expresión fracasada del post 2001. El macrismo se resiste a entrar en la misma bolsa de fracasados y se acopla a esta supuesta “nueva fuerza” aportando sus parásitos para esta transición.
Ante esto es urgente la necesidad de organizarnos de forma revolucionaria para impedir que la reacción lleve adelante sus planes de ataque. No aceptaremos ningún “frente anti-Milei” con burócratas y conciliadores de clase, los enemigos en nuestras propias filas. Debemos recuperar los sindicatos como herramienta de organización, con total independencia de clase. En esta situación acuciante, llamamos a las corrientes que se reivindican revolucionarias a tomar esta tarea, combatiendo la presión de la burguesía a través de la opinión pública y las alternativas conciliadoras. Impulsemos la deliberación en los lugares de trabajo en la perspectiva de convocar a un congreso de delegados de base con mandato para preparar un paro general con un programa obrera de salida a la crisis.
¡Fuera el FMI! ¡Ningún ajuste! Por un gobierno obrero.
Los días 9 y 10 de diciembre realizamos, en la ciudad de Buenos Aires, el XVII Congreso de la COR del que participaron delegados e invitados de las regionales y una delegación de la TRCI, con camaradas de la LOI Brasil y de la COR Chile. El congreso aprobó las tesis internacionales y nacionales y se votó a la dirección.
Crisis económica, tendencias guerreristas, descomposición imperialista
Partimos de la situación internacional, que está signada por la continuidad de la guerra de Rusia contra Ucrania; la invasión de Israel a la Franja de Gaza y su guerra genocida; el desarrollo de la crisis mundial y las consecuencias de la pandemia. La descomposición del imperialismo y su dominación se expresa de forma histórica en la organización de las relaciones sociales como sistema capitalista, entendiendo que la organización del capital es anárquica. Subyace aquí una crisis en la creación de valor y su relación con las actividades que agregan valor, es decir, una contradicción en la extracción de plusvalía que está complicando el proceso de reproducción del capital. Asistimos a una aceleración de los tiempos, impulsada por la política del imperialismo, en la necesidad de asimilar a los ex Estados obreros y abrir nuevos mercados en medio de una crisis en la organización del capital y sus instituciones, como el Estado burgués, y de su forma de dominación, con un bonapartismo decadente. El escenario guerrerista, más allá de eventuales treguas, ha llegado para quedarse. Se demuestran acertados los pronósticos con relación a la imposibilidad de asimilar a los ex Estados obreros “en frío”, sin una confrontación militar que podría tornarse catastrófica. Es importante que analicemos la guerra en Ucrania y por qué el elemento de la asimilación y la descomposición del imperialismo producen problemas en el equilibrio. Al mismo tiempo, la guerra está unida por un lazo dialéctico con la lucha de clases. Lo que debemos constatar es que no sólo en EEUU estamos asistiendo a una mayor intervención del movimiento obrero y sus métodos, sino que es un elemento de la lucha de clases que se está expresando en muchas partes del mundo, superando el estadio de revueltas o insurrecciones espontaneas, como se dieron en América Latina y otras regiones.
Una tarea fundamental que tiene planteada el imperialismo es la asimilación de los ex Estados obreros, con algo que ya previmos, que es que eso no se puede hacer desde un punto de vista pacífico. Si planteamos que la asimilación se desarrollará en la arena mundial en todos los casos, en el caso de China es directamente así por todos los intereses económicos que tiene su protoburguesía en América Latina, África, Asia, etc. (Ruta de la Seda). El imperialismo se tiene que enfrentar a un sector que se quiere convertir en una burguesía, que está bajo el paraguas del PCCH, con el elemento militar en el medio.
En la economía mundial, los elementos estructurales de la inflación siguen vigentes: la fragmentación del mercado mundial (geopolíticos), las consecuencias de la pandemia y el precio de los alimentos. Por eso van a enlentecer (política recesiva) la economía mundial para contrarrestar esta tendencia. En cuanto a las tendencias económicas a nivel mundial, el FMI ha sacado un informe en octubre donde plantea, en primer lugar, una moderación del crecimiento de la economía mundial (desde sus estadísticas burguesas), por debajo del promedio de crecimiento de los últimos 20 años. Otro problema que plantea el FMI es la cuestión del endeudamiento en todos los países, pero sobre todo en las semicolonias. Para eso tienen que avanzar en un feroz ajuste fiscal. Esto que plantea el FMI es línea de un ala del imperialismo.
En Europa, la UE muestra todos sus límites ya que no pudo cumplir con la misión histórica de ser la garante de la asimilación de los ex estados obreros y hoy está siendo la receptora de todas las contradicciones de la guerra Rusia-Ucrania y los desequilibrios en Medio Oriente. En su descomposición los países que componen la UE quieren volver a fortalecer a una burguesía imperialista “nacional” y, al mismo tiempo, recrear una aristocracia obrera en medio de que comienza a reaparecer la clase obrera con sus métodos en varios países de la región.
Mientras más guerrerista se ponga la situación, mientras más peleas interburguesas por planes acción haya en el escenario internacional, más importante va a ser que planteamos algo diferente, que realmente pueda formar una vanguardia revolucionaria.
Tenemos que dar lucha política con el trotskismo de posguerra, para sentar las bases de una nueva dirección revolucionaria. En ese sentido venimos planteando el llamado a una Conferencia Internacional con los camaradas de la TRCI.
La crisis en la Argentina de Milei
En el punto nacional analizamos el triunfo de Milei y una aproximación a lo que va a ser este gobierno y las tareas que se desprenden. Hubo muchas intervenciones de los delegados contando las discusiones que hay en sus estructuras y como se vieron las post elecciones.
El triunfo de Milei expresa a una fracción pequeño burguesa aliada al imperialismo, convirtiéndose en instrumento de éste, con la intención de someter al proletariado con las cadenas de una dictadura policial. Es una característica de los gobiernos latinoamericanos que Trotsky desarrolló en el concepto de bonapartismo sui géneris. Como todo gobierno de estas características, necesita a la burocracia sindical. Sin embargo, la relación con las cúpulas sindicales está por verse. Debemos añadir que la descomposición del imperialismo y la situación internacional de crisis y guerra hace que los semi-Estados como el nuestro sean aún más inestables y que su relación con las masas se vuelva aún más complicada. La fracción Milei ha demostrado ser un reciclado de “menemismo del siglo XXI”, que pretende volver como expresión burguesa de los sobrevivientes del proceso del 2001, tirándoles el fardo a los radicales y a los K, como expresión fracasada del post 2001. El macrismo se resiste a entrar en la misma bolsa de fracasados y se acopla a esta supuesta “nueva fuerza” aportando sus parásitos para esta transición.
Discutimos bastante la necesidad de organizarnos de forma revolucionaria para impedir que la reacción lleve adelante sus planes de ataque. No aceptaremos ningún “frente anti-Milei” con burócratas y conciliadores de clase, los enemigos en nuestras propias filas. Debemos recuperar la independencia de clase, que ha sido abandonada hasta por los que se reivindican revolucionarios, como el caso del FITU, que terminó adaptándose a la opinión pública y sucumbiendo ante sus presiones.
Por un partido revolucionario
El domingo se dio el informe de Partido, donde intentamos avanzar en una concepción de partido como dirección consciente que interviene en la organización del trabajo en la esfera de la producción para preparar los requisitos materiales de atacar las leyes del capital y sus instituciones. La dinámica permanentistas del partido en sus diferentes etapas de desarrollo, la importancia de la dictadura del partido en los procesos revolucionarios su relación con la dictadura del proletariado, su relación con los soviet e importancia en las transiciones. Fue un muy rico debate que trataremos de potenciar en materiales para el estudio.
Antes del cierre, votamos una nueva dirección y las resoluciones para el periodo.
Algunas resoluciones
- Realizar un curso interno en todas las células a nivel nacional sobre la ley del valor.
- Reforzar el llamado a realizar una Conferencia internacional con los grupos que reivindican la dictadura del proletariado.
- Impulsar una campaña internacional por Palestina, llamando a conferencia internacional.
- Impulsar reuniones abiertas y/o charlas para discutir la situación nacional.
- Impulsar la movilización para el aniversario del 19 y 20 de diciembre 2001 con las consignas: Fuera el FMI. Ningún ajuste. Por un gobierno obrero.
- Impulsar la deliberación en los lugares de trabajo en la perspectiva de convocar a un congreso de delegados de base con mandato regionales y/o nacional, desarrollando una línea de frente único, a la vez combatiendo las posiciones de conciliación de clases y los “frentes anti-Milei”.
- Dar inicio a la campaña financiera de fin de año.
Milei y su versión del anarcocapitalismo
La revancha de Caputo
Ayer se dieron a conocer las primeras medidas económicas del nuevo gobierno de Milei, que podemos resumirlas en una brutal devaluación, recorte de subsidios y suba de impuestos para buscar recaudación y reservas. Es un ataque al conjunto de los trabajadores activos y pasivos para preservar las ganancias de las grandes empresas y del campo. Todo esto, mostrando la intervención del Estado burgués en función de cuidar y administrar los negocios de la burguesía. En dos días se fue al tacho el tan mentado “anarcocapitalismo” para mostrar en definitiva la anarquía del capital y la utilización de Estado como institución que intenta equilibrar los antagonismos irreconciliables de clase.
Es el ajuste a lo Milei, preparado por el FMI, que, como dijeron algunos economistas del exministro, Massa también hubiera tenido que hacer, pero no tan drástico. Demostrando —por si había que reforzar esta idea— que pertenecen a la misma clase y que los intereses que ellos defienden están en las antípodas de nuestros intereses de clase obrera.
El peronismo, en sus distintas variantes, ya está largando la famosa frase “desensillar hasta que aclare”. Lo cínico de esta frase es que ya han pasado varios gobiernos y se podría decir que han perdido hasta el caballo, porque vienen sin luchar hace ya bastantes años.
Tenemos que retomar la lucha y nuestros métodos, sacarles balance a nuestras direcciones sindicales vendidas y a los partidos patronales que representan, como el PJ. Realizar asambleas en nuestras estructuras para votar un plan de lucha para derrotar este plan de ajuste. Por la reapertura de las paritarias para que no pierda nuestro salario, ningún despido ni suspensiones. Por el control obrero de las empresas de transporte y servicios ante la desorganización de la economía para mostrar el poder de la clase obrera. Es necesario formar oposiciones sindicales revolucionarias, con libertad de tendencia para recuperar los sindicatos echando a la burocracia cómplice, y preparar las condiciones para un paro general. Por un congreso de delegados de base con mandato que permita discutir un programa de salida a la crisis.
La tarea es la organización para superar los procesos donde fuimos protagonistas en las calles, tirando presidentes o dando una lección de lucha como fue el 2001 y el 2017 en contra de la reforma jubilatoria y parando la reforma laboral. Debemos construir un partido revolucionario con lo mejor de la vanguardia que saque las lecciones de los desvíos parlamentarios, estatistas y redistribucionistas de una izquierda como el FITU, que terminó siendo ala izquierda del régimen político.
A la asunción de Milei vinieron varias representaciones internacionales para mostrarle su apoyo y reforzar a una democracia pequeñoburguesa que cumple 40 años y está en crisis. Nosotros tenemos que lograr que nuestra clase vea sus aliados en los que están combatiendo en la Franja de Gaza, en los trabajadores europeos que se levantan contra su gobierno y apoyan a Palestina; además de luchar por convertir la guerra Rusia-Ucrania en una guerra revolucionaria para derrotar la restauración capitalista y al imperialismo de la OTAN.
Milei invoca el misticismo de la religión para disciplinar a las masas y que acepten su destino. Nosotros confiamos en nuestras propias fuerzas y eso nos hace conscientes de que luchamos por nuestro propio destino.
Milei, se ha rodeado de ex menemistas, macristas, peronistas de Schiaretti, de Massa y ex K, además de tener funcionarios que fueron empresarios de Rocca (Techint), Eurnekian y otros. Es la unidad de clase, protegidos por el imperialismo, que deben formar para enfrentar al proletariado. Nosotros debemos desplegar la independencia de clase para soldar una férrea unidad que mande al basurero de la historia a una clase tan reaccionaria.
Milei le ganó a Massa en el balotaje del 19/11 por amplio margen, mostrando que la crisis económica, social y política tuvo una expresión electoral en contra del gobierno. No fueron las ideas libertarias las que triunfaron, sino que primó de forma distorsionada cómo se procesaron los últimos años de gobierno, incluida la pandemia, que llevaron a la situación actual.
El triunfo de Milei expresa a una fracción pequeño burguesa aliada al imperialismo, convirtiéndose en instrumento de éste, con la intención de someter al proletariado con las cadenas de una dictadura policial. Es una característica de los gobiernos latinoamericanos que Trotsky desarrolló en el concepto de bonapartismo sui géneris. Como todo gobierno de estas características, necesita a la burocracia sindical. Sin embargo, la relación con las cúpulas sindicales está por verse. Debemos añadir que la descomposición del imperialismo y la situación internacional de crisis y guerra hace que los semi-Estados como el nuestro sean aún más inestables y que su relación con las masas se vuelva aún más complicada.
La fracción Milei ha demostrado ser un reciclado de “menemismo del siglo XXI”, que pretende volver como expresión burguesa de los sobrevivientes del proceso del 2001, tirándoles el fardo a los radicales y a los K, como expresión fracasada del post 2001. El macrismo se resiste a entrar en la misma bolsa de fracasados y se acopla a esta supuesta “nueva fuerza” aportando sus parásitos para esta transición.
Desde el punto de vista de clase, es evidente que debemos prepararnos para enfrentar el ataque que se nos viene y es primordial que sea sólo confiando en nuestras propias fuerzas. Esto significa preparar una ruptura revolucionaria con el peronismo, expulsando a la burocracia de nuestros sindicatos. Tenemos que organizarnos de forma revolucionaria para impedir que la reacción lleve adelante sus planes de ataque. No aceptaremos ningún “frente anti-Milei” con burócratas y conciliadores de clase, los enemigos en nuestras propias filas. Debemos recuperar la independencia de clase, que ha sido abandonada hasta por los que se reivindican revolucionarios, como el caso del FITU, que terminó adaptándose a la opinión pública y sucumbiendo ante sus presiones.
Hay que organizarse en los lugares de trabajo dando una lucha política contra todas las mediaciones y sacando lecciones del papel nefasto que cumplió la burocracia en estos años.
Como dijo Milei, no hay lugar para tibios ni cobardes. Las relaciones de fuerza se miden en la producción, es desde ahí donde debemos forjar una dirección revolucionaria para derrotar a su futuro gobierno y no con el conteo de votos.
Por el triunfo de la resistencia palestina. Abajo el enclave de Israel.
Por la expropiación y el control obrero de las empresas que Milei quiere privatizar.
Preparemos un paro general para que pase a la ofensiva nuestra clase.
El día de hoy (16 - 11) la Facultad de Ciencias Políticas de la UNCuyo amaneció con pintadas realizadas por grupos que militan para Milei. Entre las provocaciones que escribieron se encuentra: “Zurdos de mierda, Milei 2023”, “Antro marxista, “Delincuentes dejen de quemarle la cabeza a los pibes, hijos de puta”. Este hecho se suma a otras provocaciones y amenazas realizadas en Córdoba contra las organizaciones de izquierda, en Tucumán en contra de los estudiantes en general, en Mendoza se realizaron amenazas en contra de la presidenta del centro de estudiantes del Normal Tomás Godoy Cruz, a la cual le dijeron: “Con vos van a ser 8.001”, dando a entender que no fueron 30.000 los compañeros detenidos desaparecidos en la última dictadura cívico militar, campaña negacionista y revanchista que vienen sosteniendo los reaccionarios seguidores de Milei.
Desde la COR repudiamos enérgicamente el accionar de estos grupos reaccionarios, nos ponemos a disposición de las acciones de lucha que se desarrollen para enfrentarlos. El crecimiento de estas acciones cobardes están ligadas al avance político de los sectores de derecha en todo el arco político, debemos ser conscientes que quienes hablan hoy de la defensa de la democracia burguesa y la “educación pública” son los mismos que vienen desfinanciando la educación, provocando que la gran mayoría de los trabajadores no pueda acceder a la universidad producto de la crisis económica creciente que es el resultado del disciplinamiento al FMI.
Nuestra corriente hace meses viene siendo blanco de ataques, nos escriben “terroristas”, “viva Milei”, nos arrancan los carteles en solidaridad con la lucha del pueblo palestino y la propaganda en general. Estamos en un momento en donde defender la causa Palestina significa tanto para la Universidad como para los medios de comunicación ser “antisemita”, esta falsedad pone en el centro de la reacción a las organizaciones de izquierda que somos las únicas que nos pronunciamos en contra del genocidio que realiza el enclave Israelí y que denunciamos el brutal ajuste presupuestario que viene realizando Massa a todas las universidades.
Comprendemos que la lucha que se desarrolle para enfrentar el avance reaccionario debe ser desde una política de independencia de clase y confianza en nuestros propios métodos de lucha. El ataque a la educación y a las condiciones de vida del conjunto de la clase trabajadora, vendrán de la mano de uno u otro candidato, por eso llamamos a votar en blanco porque no hay opción de clase entre los títeres del FMI y, por lo tanto, los enemigos de la clase obrera.
Votá en blanco, anulá o no vayas a votar
Por la independencia de clase
El 19 de noviembre es la fecha para el balotaje, mecanismo acordado en el pacto de Olivos para reforzar la figura del presidente ante la decadencia de una democracia burguesa, que se sigue descomponiendo.
Debemos ser claros ante los trabajadores y el pueblo en general, no podemos votar a candidatos que expresan fracciones de la burguesía y la pequeña burguesía que defienden este sistema capitalista. Hay que ser consecuentes con los compañeros de trabajo y convencerlos de que no podemos votar lo mismo que llama a votar la burocracia sindical e inclusive la patronal. Tenemos que diferenciarnos de los representantes de las clases que son enemigos de los trabajadores y de sus agentes en nuestras propias filas, la burocracia sindical.
Reagrupar a los sectores combativos, a la vanguardia, detrás de un voto en blanco, en un escenario burgués como son las elecciones, muestra elementos de independencia de clase en función de ubicarnos como dirección revolucionaria al interior del proletariado.
No podemos, como hacen el FITU y algunos de sus satélites, actuar como ala izquierda de formaciones pequeñoburguesas, que en el pasado expresaban lo que Trotsky denominó frentes populares en forma de partido y que hoy son coaliciones burguesas sin perspectiva histórica, como es el peronismo.
Tenemos que impulsar una gran campaña por el voto en blanco, para organizar una fracción de los trabajadores que rompa con las direcciones contrarrevolucionarias y su ideología reaccionaria y comience a ubicarse como caudillo de la nación oprimida.
Los revolucionarios luchamos por formar una dirección revolucionaria que destruya a las mediaciones, no llamamos a confiar en ninguna dirección enemiga de la revolución obrera y socialista. Actuamos en los procesos de la lucha de clases para formar los embriones de esa dirección y en los escenarios burgueses denunciamos la envoltura democrática de sus instituciones y planteamos su destrucción. Porque en la independencia de clase no hay lugar para el voto a Milei o Massa, como no lo había para votar a Lula, Morales o Chávez en el pasado, como hizo gran parte de la izquierda y aun reivindican.
Abramos un gran debate al interior de nuestra clase sobre nuestras tareas ante la crisis mundial y los procesos de guerra en Rusia Ucrania y Medio Oriente. En estos momentos debemos defender al pueblo palestino y plantear la destrucción del enclave de Israel.
Por una conferencia internacional. Llamamos a los grupos que aun levantan la dictadura del proletariado para discutir las tareas de los revolucionarios ante los procesos de lucha de clases a nivel mundial. Por la reconstrucción de la IV internacional, dirección internacional que necesitamos para que avancen de forma revolucionaria los procesos en curso.
Massa – Milei al balotaje
El Fondo avanza
Las elecciones del domingo 22 de octubre dieron un resultado que sorprendió a muchos sectores. Luego del batacazo de Milei en las PASO, La Libertad Avanza quedó 7 puntos abajo del candidato oficialista de Unión por la Patria, que había quedado tercero en agosto. Con este resultado del 37%, Massa se mete en el balotaje con altas chances, a pesar del salto inflacionario y la corrida cambiaria de los últimos meses, de los escándalos de corrupción y los datos de pobreza. La candidata de Juntos por el Cambio sacó 24% en esta vuelta y su coalición quedó en una enorme crisis. Los otros dos candidatos: Schiaretti (7%) y Bregman (2,7%) cerraron los resultados.
Hay que resaltar que hubo un importante porcentaje de ausentismo y voto en blanco, que en este caso no se computó, pero que se hizo sentir. Es decir que el ganador de esta elección expresa de forma distorsionada un porcentaje bajo del electorado.
El triunfo de Massa demuestra que el peronismo aún sigue manteniendo un aparato electoral, potenciado por el poder estatal que ejercen, que les permitió sostener un aparato burocrático superestructural, aunque inestable y sin base social sólida. Quizás en este momento eso les sirva para mantenerse, pero tendrá poca implicancia cuando los procesos de la lucha de clases se agudicen en las estructuras y en la calle.
El estatismo con aroma liberal de Massa, que en la noche del domingo también se coronó como el “empleado del mes” del FMI, va en busca de una supuesta unidad nacional, para reconstruir un liderazgo en el PJ, intentar conducir la crisis y preparar las condiciones de explotación con el capital extranjero, nacional y el FMI.
La irrupción de Milei tuvo un límite y ese límite se lo puso el mismo régimen político, que asimiló sus ideas libertarias hasta ridiculizarlas. La casta le mostró su carta, a 40 años de democracia burguesa, que para parásitos del semi Estado burgués se necesita algo más que un par de gritos.
Juntos por el Cambio, fue a una elección pensando que estaban en el 2019 y lucharon con molinos de viento a los que llamaban kirchnerismo. La derrota los convierte en una coalición electoral que deberá definir su futuro desmembrándose en distintas variantes: por un lado, el PRO duro, por otro, los negociadores, la UCR y otras variantes más.
El FITU, logro conseguir un diputado nacional por Buenos Aires, pero de conjunto hizo una elección bastante mala. A pesar de que bajó el programa y se adaptó al régimen burgués, dando clase de socialdemocracia en una semi colonia, la opinión pública le dio la espalda. Es tal la adaptación que, terminadas las elecciones, las fuerzas que conforman el FITU en su conjunto se abstuvieron de pronunciarse por llamar a votar en blanco en el balotaje. Obviamente, Massa y Milei expresan fracciones burguesas y pequeño burguesas diferentes, pero los une que son fracciones capitalistas, enemigos de clase. Tanto han retrocedido los centristas del FITU, que ya ni la bandera de la independencia de clase mantendrían.
Llamamos a los cuadros de las distintas organizaciones que conforman al FITU a dar pelea por la independencia de clase y a realizar una gran campaña por el voto en blanco y la necesidad de organizarnos, ante una situación mundial de crisis y guerra, para enfrentar los ataques que vendrán tanto de Massa como de Milei y del imperialismo.