Una situación de tensión generalizada vive la industria en general y la industria petrolera en particular. Mientras se anuncian récords de producción en Vaca Muerta, YPF va hacia un proceso de retracción y desfinanciamiento en áreas de explotación históricas, dejando a una gran masa de asalariados ante la incertidumbre de la continuidad laboral. El Sindicato de Petróleo y Gas privado de Cuyo realizó un paro de 24hs este 20 de marzo, con alto acatamiento por parte de los trabajadores, afectando yacimientos, destilería y distribución, en tanto que la conducción de Camioneros declaró el estado de alerta y movilización por la situación en la rama.
El plan motosierra del gobierno alcanza duramente al sector, con promesas de mejoras que nunca llegan, intentando profundizar el perfil exportador de crudo de la Argentina, que no es más que la reprimarización de la industria, para cumplir con las presiones que impone el FMI a través de la deuda, mientras miles de trabajadores ven peligrar su fuente de trabajo, y la inmensa mayoría de la clase padece aumentos de tarifas indiscriminados, con salarios cada vez más miserables.
EN RETIRADA
El 29 de febrero el directorio de YPF autorizó la retirada de la petrolera de 55 campos maduros, esto es que ya pasaron su pico de rendimiento, con el objetivo de relocalizar el grueso de sus inversiones en las zonas más productivas del Shale en Vaca Muerta, donde los costos operativos se reducen según indican en un 80%. El CEO de la empresa, Horacio Marin pretende la concesión de estas áreas a operadoras locales con “mayor eficiencia operativa”, pero sin dar ninguna garantía en cuanto a plazos y transiciones.
En este marco se encuadra el reciente conflicto con la provincia de Chubut, en donde Ypf redujo su plan de inversión en unos 400 millones de dólares, desfinanciando zonas históricas del petróleo convencional y dejando librados a su suerte a miles de trabajadores, en una provincia fundamentalmente dedicada a la actividad; o como el caso de Mendoza, donde YPF amenaza con paralizar la actividad de la totalidad de los equipos de torre, cesanteando al personal a través de un mecanismo similar al utilizado en pandemia, el art 223 bis, por el cual los trabajadores quedan en domicilio cobrando solo un porcentaje de su sueldo. No hace falta recordar que este mismo mecanismo, significó una reducción brutal de las plantas de trabajadores, que incluso una vez finalizada la pandemia, en algunas zonas no pudo recuperarse a los mismos niveles prepandemia.
El día martes 12/03 se reunieron en Buenos Aires representantes del Estado, las cámaras y las organizaciones gremiales para tratar la transición, pero no hubo acuerdo y se pasó a un cuarto intermedio para el martes 19/03. Lo cierto es que la YPF avanza firmemente en su plan de readecuación financiera, luego de años de desinversión y desidia, y está a las claras que muy poco le interesa el destino de miles de trabajadores y sus familias.
GESTAR LA ORGANIZACIÓN CENTRALIZADA PARA ENFRENTAR EL AJUSTE
Los trabajadores no debemos caer en la trampa de quienes aprovechan incertidumbre y la confusión para sacar provecho de la situación. No será, como se intentó en Chubut con el gobernador Torres capitalizando una histórica marcha de los sindicatos más importantes de la provincia, licuando todos los reclamos para finalmente terminar en un enfrentamiento testimonial por porcentajes de la coparticipación. Las conducciones sindicales intentan aislar los reclamos por región, estableciendo una diferencia entre zonas más productivas y menos productivas, negociando la forma de preservar la paz social, fraccionando a la clase, para terminar siendo furgón de cola de algún representante de la burguesía local.
Las direcciones sindicales de petroleros negocian con YPF un esquema de cese de tareas temporal, a porcentaje fijo, no remunerativo, hasta sentarse con las potenciales nuevas operadoras. El resto de los trabajadores afectados, que están bajo convenio de UOCRA o UOM, quedan afuera de la discusión. La ventaja de la fragmentación y precarización laboral, una vez más, le sirve a las patronales para descargar los costos sobre nuestras espaldas, desorganizar y debilitar la capacidad de reacción de los trabajadores. Debemos convocar a un plenario nacional de delegados petroleros para, en concurso con compañeros de la UOM, UOCRA, Camioneros y demás organizaciones hermanas que operan en las áreas de la rama, discutir un plan de acción unificado que incluya un gran paro nacional de todo el sector energético, paralizando no solo la producción, sino las refinerías, las terminales portuarias, y los circuitos de distribución. Como paso inicial para un debate acerca de qué, cómo, dónde y para qué producir, y avanzar en la recuperación de los sindicatos, como herramienta política de los trabajadores. Los sindicatos y las organizaciones obreras tienen que tomar en sus manos el control obrero, como escuela de planificación de la producción para enfrentar el ajuste.
Trabajadores de la rama Energía - COR
24 de marzo de 2024, a 48 años del golpe cívico-militar
Esta fecha conmemora un episodio histórico de lucha de clases en el que el imperialismo y la burguesía intentaron un cambio brutal del régimen para darle otro rumbo a la economía semicolonial argentina, en un escenario mundial convulsionado de la década de 1970. El objetivo principal fue asestar una derrota física a la clase obrera, que venía de importantes ascensos de lucha y organización e imponer el dominio del capital financiero sobre otros sectores burgueses. Para este fin, la propia burguesía debía intervenir el orden institucional que construyó como clase dominante, arrebatando conquistas de los trabajadores y borrando concesiones hechas en periodos anteriores. Las Fuerzas Armadas fueron los encargados de llevar adelante la tarea, con un nivel de crueldad que demuestra hasta dónde puede llegar esta clase para defender sus intereses. Hoy reivindicamos a esos más de 30.000 compañeros detenidos y desaparecidos por las fuerzas represivas del Estado y planteamos que debemos poner en pie una nueva generación obrera que retome las tareas de lucha y organización para avanzar en la destrucción del régimen burgués.
Contra el negacionismo
El gobierno de LLA, sobre todo en la figura de Villarruel, vuelven a intentar (luego de otros intentos previos, como las leyes del 2x1 de Macri) negar esta etapa, ya sea negando la lucha de los organismos de Derechos Humanos, ya sea cuestionando la “cantidad” de desaparecidos o bien reivindicando a las “víctimas de la guerrilla” y a los milicos represores. Mientras tanto, Milei inauguró su gobierno con el “protocolo antipiquetes” de Bullrich, que ha provocado la resistencia de los luchadores y no ha logrado evitar que salgamos a la calle, a pesar de los palos, los gases y el amedrentamiento. Sin duda, esto es porque es un gobierno muy débil y sin poder político, que tiene que reforzar las ideas represivas y el ataque a los sindicatos para llamar a un pacto anti obrero y de sumisión al imperialismo que emparche al debilitado régimen político argentino. Mientras, la inflación y los tarifazos, la represión y los despidos siguen avanzando.
Contra la conciliación
Si en los ’70, los golpes militares en América Latina apuntaron a la profundización de la penetración imperialista en la región, hoy ésta se ha ido reconfigurando y ha ido descomponiendo a las débiles burguesías, al proletariado y a las instituciones estatales. Esas condiciones especiales de poder estatal, que son una característica de los bonapartismos suigéneris, se tornan aún más débiles e inestables ante la crisis de los partidos nacionales, de los frentes populares en forma de partido, del parlamento, de la figura del presidente, etc. Esta descomposición de las instituciones de la democracia pequeñoburguesa semicolonial hace que el poder estatal entre en una crisis histórica y casi sin salida. El ejemplo de Milei muestra de forma descarnada este fenómeno, ante el fracaso de variantes estatistas, populistas y liberales que lo precedieron. Pero para sostener a este régimen, así como en los ’70, fue y es necesaria la complicidad de las direcciones pequeñoburguesas del PJ, la UCR y sus actuales refritos como el PRO y otros frentes, los empresarios y la burocracia sindical. Todos ellos históricamente han defendido al sistema capitalista y al Estado burgués y su forma de dominación, la democracia burguesa.
La diferencia del PJ, especialmente su variante kirchnerista supuestamente “progre”, es que intentó una línea de reconciliación con las FFAA, primero, cooptando a organismos de DDHH y, luego, incorporando a un militar sospechado de delitos de represión al gobierno, como César Milani.
Por una salida revolucionaria
Los trabajadores debemos organizarnos de forma revolucionaria para enfrentar el pacto que preparan. Enfrentar a Milei y sus cómplices es luchar por el poder de la clase obrera como caudillo de la nación oprimida. La política de marcha unitaria con los organismos de DDHH cooptados y el PJ para el 24 de marzo, que intentaron llevar adelante desde el EMVyJ, el FIT-U y demás centristas, habría sido un gravísimo error. Ya que significa liquidar la independencia de clase, que es una necesidad imperiosa de la clase trabajadora. Mezclar las banderas con un sector de la burocracia sindical y corrientes pequeñoburguesas que hace apenas 4 meses dirigían el Estado al servicio del FMI, sólo contribuye a fortalecer la expectativa de que es posible derrotar la ofensiva de la clase dominante sin pelear la dirección a estos sectores .
Por eso llamamos a participar de los actos independientes en todo el país. Los revolucionarios marchamos, no para defender esta podrida democracia pequeñoburguesa, sino para reivindicar la lucha de la clase obrera que fue bañada en sangre por la dictadura cívico-militar, retomando las banderas de la revolución.
Nuestros aliados son los trabajadores de América Latina, la resistencia palestina, los que luchan para derrotar las políticas guerreristas de los países imperialistas, que quieren convertir todo territorio en su plaza comercial, como lo muestra la Guerra entre Ucrania y Rusia, y todos los conflictos bélicos que hoy se desarrollan.
Por la reconstrucción de la IV Internacional, partido mundial de la revolución socialista.
“La crisis de la humanidad se reduce a la crisis de dirección del proletariado”, sentenció Trotsky en ocasión de la fundación de la IV Internacional y la presentación del Programa de Transición. Entendemos que es urgente hacer todo lo que esté a nuestro alcance para desarrollar una dirección revolucionaria, aún siendo conscientes de lo gigantesco de la tarea.
Desde la COR y TT intentamos hacer un aporte para reagrupar a las fuerzas revolucionarias, dando lucha política al interior del movimiento trotskista. Por eso, después de aproximadamente un año de discusión fraternal, las dos organizaciones nos preparamos para un Conferencia de fusión.
8 de marzo
La fecha del 8 de marzo fue fijada por la II Internacional por el inicio de la Revolución Rusa en Febrero (según nuevo calendario), en la que el impulso de la conquista del primer Estado Obrero fue dado por las mujeres trabajadoras rusas derrocando al zar. Esta fecha homenajea, a su vez, a las mujeres que protagonizaron una gesta obrera de fines del siglo XIX en el corazón de EEUU, que puso a la mujer trabajadora en primera fila contra la desigualdad salarial, por la disminución de la jornada de trabajo, el acoso y vejación de patrones y las condiciones laborales paupérrimas. Estas consignas han sido parte del programa de lucha de los revolucionarios socialistas desde entonces.
La farsa del feminismo burgués y pequeñoburgués de colocar paridad o cupos de mujeres en cargos políticos, de dirección de empresas o en las instituciones represivas, puede haber aumentado la presencia mujeres en los cargos de administración de los negocios de la burguesía, mientras las condiciones de explotación de nuestra clase y de la mujer trabajadora en particular siguen empeorando. La crisis capitalista en curso aumentó la desocupación de la mujer trabajadora en mayor medida sin considerar el impacto en el sistema de salud, lo que agrava las deplorables condiciones de la salud reproductiva, las labores de cuidados, etc.
En varios países las mujeres trabajadoras están librando una lucha denodada contra la opresión capitalista. En primer lugar, cabe mencionar a las mujeres palestinas, que están en la línea de combate contra el avance genocida del enclave de Israel. Y, así, en todos los continentes las mujeres trabajadoras se organizan. Para llevar su lucha un paso más allá es necesario forjar una dirección revolucionaria que no sólo tome todas sus demandas, sino que avance en un programa de transición que nos lleve a acabar con el modo de producción capitalista, que está a la base de todas las penurias de nuestra clase en todo el mundo.
Argentina: enfrentemos la ofensiva del gobierno contra nuestra clase
Parte de la endeble base de apoyo del actual gobierno de Milei acuerda en la necesidad de arremeter contra la conquista del aborto legal, “el marxismo cultural”, la “ideología de género” y el “lenguaje inclusivo” por ser características culturales de una supuesta casta. Lo cierto es que un sector de la burguesía y de la pequeña burguesía utilizaron instancias como el 8M para desplegar programas de conciliación de clase, estatistas y consignas de reformas dentro del capitalismo que nada tienen que ver con la lucha original de la mujer trabajadora como batallón destacado de la clase obrera en la lucha contra la opresión de clase y el capitalismo. Pero les resulta ahora muy convenientes a los amigos empresarios de Milei que se privatice el acceso a la salud y que el Estado deje de garantizar el acceso a un aborto seguro. Esto se enmarca en una ofensiva brutal, con la mentada “licuadora”, que apunta a hambrear a trabajadores activos y jubilados a costa de salarios de miseria, mientras los amigos capitalistas se acomodan.
Por esto, es necesario recuperar el 8M como un día de lucha, organización y combate de nuestra clase, con la mujer trabajadora en la primera fila, por la liberación de la mujer de toda forma de opresión que inscribirá la clase obrera en la tumba del capitalismo. Paso a la Mujer Trabajadora
Después de aproximadamente un año de discusión fraternal con una agenda acordada de temas para debatir y avanzar en acuerdos y diferencias, las dos organizaciones nos preparamos para un Conferencia de fusión.
En el último Congreso de la COR, que se realizó en diciembre del 2023, se votó la resolución:
Proponerle a TT realizar una conferencia sobre partido en marzo con el fin de consumar la fusión del grupo. La propuesta es que ingresen a la COR como tendencia, con un miembro en la dirección.
Resuelto esto, se llevó a cabo una reunión entre las dos organizaciones, donde participaron también las delegaciones de la TRCI de Brasil y Chile, tendencia de la cual forma parte la COR, para debatir la propuesta.
Trabajadores Trotskistas realizó un Plenario en febrero y acordó con la propuesta fundamentando dicho acuerdo:
Que, desde nuestra conformación como núcleo político, forma parte de nuestra política de construcción, el reagrupamiento de los revolucionarios
Que entendemos que el desarrollo de la agenda de debate abierta entre ambas organizaciones constató que no hay diferencias de principios y hay un acuerdo político general.
Que las diferencias que se pusieron de relieve son parte de una discusión teórico -programática entre revolucionarios, que pueden desarrollarse en una misma organización
Que entendemos que vuestra propuesta político-organizativa, va en el sentido de esto último.
Y resolviendo:
Aceptar la propuesta que nos hace su Congreso y que queda expresada en la resolución de la COR del 9/12.
Creemos que este es un avance importante en el reagrupamiento de los revolucionarios en la necesidad de la construcción del partido revolucionario como sección de la IV Internacional reconstruida.
02/03/2024
El 1 de marzo, Milei abrió las sesiones ordinarias del Congreso en Asamblea Legislativa. En el discurso intentó mostrar alguna fortaleza, cuando el gobierno es muy débil y sin poder político. Los ejes principales se centraron en denunciar la pesada herencia que recibió, la mejora de la macroeconomía ante el ajuste y la necesidad de reformas estructurales ya sea con acuerdo parlamentario o por decreto. Reforzó las ideas represivas y el ataque a los sindicatos, a las organizaciones piqueteras y a los trabajadores. Despotricando contra los que defienden sus privilegios, anunció su proyecto de ley “anti casta”, mediante la cual pretende atacar a los sindicatos con una supuesta democratización. De esta manera, pone en evidencia que la esencia de su gobierno encarna el objetivo histórico de los capitalistas: libertad para el mercado y fuerte intervención estatal para los sindicatos. Desde esta perspectiva, es fácil descubrir el hilo que une a Milei con el resto de los gobiernos, sean peronistas, radicales o macristas variopintos: reforzar la estatización de las organizaciones sindicales para tener controlado a su auténtico enemigo y al que realmente le temen: la clase obrera.
Luego de tanto despliegue de resentimiento en las redes, tuvo que llamar al dialogo a la casta y pedirles un “Pacto del 25 de mayo” (fecha patria en la Argentina), que propone 10 puntos para refundar el país. A cambio, les exige la aprobación en el Congreso de la fracasada ley ómnibus y un pacto fiscal. Se trató de una jugada anticipada ante una posible caída del DNU que impuso ni bien asumió el cargo de presidente y que constituye por ahora la única herramienta que le queda para sostener el ajuste brutal hacia los trabajadores. Si los gobernadores lograban sortear las maniobras dilatorias de la Vice Villarruel y obtenían el rechazo en el Senado, habría significado una debilidad extrema del gobierno y habría abierto una posibilidad más concreta de forzarlo a un gobierno de coalición, lo cual podría implicar la destrucción de su partido, La Libertad Avanza (LLA).
La propuesta del “Pacto de Mayo” busca emparchar el debilitado régimen político argentino, que está atravesando la crisis histórica de su último pacto entre castas, que fue el Pacto de Olivos y la reforma constitucional del ‘94. Se trata de un nuevo intento de pacto anti obrero y de sumisión al imperialismo.
Argentina nunca logró, a pesar de los diversos intentos históricos, resolver del todo la arquitectura jurídica institucional del federalismo y la relación de las provincias con el Estado central. La concentración asimétrica de los puertos, el carácter parasitario del Estado con respecto a la producción exportadora de commodities generaron y generan grandes contradicciones en el precario sistema productivo nacional. Esto se intentó resolver con la reforma constitucional del ‘94, cuando el ex presidente Menem estableció provincialización de los recursos naturales, aunque la recaudación impositiva queda en manos del gobierno central. Para paliar esta situación perjudicial, se estableció la llamada “coparticipación federal”, mediante la cual el Estado nacional reparte una porción de lo recaudado a las provincias. Otro motivo de la coparticipación es que los Estados provinciales más débiles tienen muchas dificultades materiales para recaudar los impuestos, por lo que dejaron esta tarea a los sabuesos de la DGI, hoy AFIP. Esta coparticipación ha servido, por un lado, como moneda de cambio para acuerdos políticos de todo tipo con los gobernadores provinciales y, por el otro, para aplacar disputas territoriales. Los impuestos son, juntos con la renta agraria, los intereses, la ganancia capitalista, una cuotaparte de la plusvalía que estos zánganos nos extraen como clase obrera; los revolucionarios no luchamos por redistribuir mejor los impuestos sino por acabar con la explotación del trabajo asalariado.
Después de la caída de la ley ómnibus, el gobierno tuvo que recalcular y acelerar el ajuste a las provincias y el ataque a las masas para intentar convertir esa debilidad en fortaleza. Recortó la coparticipación con diferentes excusas, enfrentándose a gran parte de los gobernadores, donde se destacó la “liga de los patagónicos”, provincias mayormente petroleras, que no escaló más porque una resolución de un juez le dio la razón a la provincia de Chubut, que había amenazado con cortar el envío de gas y petróleo si no le giraban los fondos.
Si bien el gobierno nacional dice que va a apelar el fallo, en los hechos se produjo una tregua. Detrás de los discursos encendidos se escondía el plan de Caputo, el negociador financiero del gobierno, que implicaba, mediante el recorte de los fondos a las provincias y el no pago de la deuda a los sectores intermediarios de la energía, mostrar un “superávit” financiero engañoso ante el FMI, con el fin de obtener más crédito. Esto se empantanó porque quedó en evidencia que no sólo este superávit, sino la ausencia de déficit, son muy precarios y no pueden ser sostenibles en el tiempo, como advirtieron los mismos representantes del organismo.
El slogan de “motosierra y licuadora” de Milei, combina recorte de gastos y licuación de los salarios de los trabajadores activos y pasivos. Es decir, es una fenomenal transferencia de recursos y ganancias a los grandes capitales extranjeros y el sector “nacional” relacionado con estos últimos. Todo complace a una fracción burguesa y pequeñoburguesa que festeja la sumisión al imperialismo y su disciplinamiento. Pero a pesar de este escenario, sus jefes en el FMI están desesperados por advertirle, como también lo hizo el Papa Francisco, que los votos no son base política ni social para dirigir una semi colonia y que si los procesos de lucha de clases se radicalizasen más desestabilizaría la región y abriría posiblemente un proceso más convulsionado en América Latina.
La profundización de la penetración imperialista en la región fue reconfigurando y descomponiendo a las débiles burguesías, al proletariado y sus instituciones estatales. Esas condiciones especiales de poder estatal, que son una característica de los bonapartismos suigéneris, se tornan aún más débiles e inestables ante la crisis de los partidos nacionales, de los frentes populares en forma de partido, el parlamento, la figura del presidente, etc. Esta descomposición de las instituciones, en definitiva, la crisis de la democracia pequeñoburguesa propia de las semicolonias hace que el poder estatal entre en una crisis histórica y casi sin salida.
Milei muestra de forma descarnada este fenómeno, ya que es un gobierno débil, sin poder en el congreso, sin gobernadores, sin partido. Ante el fracaso de variantes estatistas, populistas y liberales que lo precedieron, un sector se expresó a favor de esta variante decadente del régimen burgués a través del voto. Es tan débil que, obviamente, debe buscar el apoyo del imperialismo y asentar su poder en una supuesta opinión pública, que, como se sabe, va a oscilar según los acontecimientos y la situación.
Pero entonces, ¿por qué aún se sostiene? Por ahora ha podido resistir fundamentalmente gracias a las direcciones pequeñoburguesas del PJ, el PRO, la UCR, los empresarios y la burocracia sindical. Ya que ante todo defienden al sistema capitalista y al Estado burgués y su forma de dominación, que es la democracia burguesa. El PJ y sus satélites ayudan haciendo tiempo, ya que aún no pueden postularse como recambio burgués y aún se sigue desarrollando la crisis dentro su movimiento luego de la derrota electoral. El PRO y la UCR, preparándose para ser recambio o hacer una coalición. Los empresarios, mediante los gobernadores, negociando su nueva relación con el imperialismo para no quedar sólo como una burguesía rentista. La burocracia sindical tratando de contener a los trabajadores, defendiendo la estatización de los sindicatos y actuando como agente de la burguesía en las instituciones obreras, mientras se pauperizan nuestras condiciones de vida.
Después del discurso de apertura de sesiones parlamentarias ha quedado claro que buscan una unidad burguesa para enfrentar a los trabajadores y que los trabajadores debemos organizarnos de forma revolucionaria para enfrentar este ataque y este pacto que preparan. Enfrentar a Milei y a toda la oposición pequeñoburguesa que por omisión o complicidad no lo enfrenta es luchar por el poder de la clase obrera como caudillo de la nación oprimida. Debemos forjar la unidad internacionalista con los trabajadores de la región como el proletariado brasilero, chileno, colombiano, peruano, boliviano para nombrar sólo algunos, en una lucha antimperialista que logre la solidaridad del proletariado norteamericano, para derrotar los planes imperialistas, que discutieron en el último G20 en Brasil y dar una salida revolucionaria a la crisis mundial y las guerras en curso.
Desde la Corriente Obrera Revolucionaria (COR) nos solidarizamos y nos ponemos a disposición de los trabajadores y de los delegados sindicales de la planta de SanCor Sunchales, Provincia de Santa Fe, quienes enfrentan por estas horas un claro intento de amedrentamiento por parte del gobierno provincial que apostó a las fuerzas policiales dentro de la planta.
Repudiamos enérgicamente la militarización de Pullaro, gobernador de la provincia, que a pedido de la patronal lechera impide que los trabajadores ejerzan su derecho a huelga. Mientras tanto, la patronal sigue incumpliendo con el pago de salarios y aportes jubilatorios a sus trabajadores. Militarizan una planta industrial con el fin de impedir la paralización de la producción, método obrero que reivindicamos y defendemos frente a la avanzada patronal.
SanCor viene de una larga lista de incumplimientos a sus trabajadores y de rescates millonarios por parte del Estado. El último intento fue la fallida puesta en marcha de un fideicomiso.
Los trabajadores de la industria láctea bajo el sindicato de ATILRA (Asociación de Trabajadores de la Industria Lechera de la República Argentina) vienen denunciando públicamente que la patronal ya tercerizó varias unidades de negocios, que existe un intento de vaciar la empresa y una posible “huida” de los directivos de la planta.
Claramente las fuerzas de seguridad del estado burgués están para garantizar la propiedad privada de los medios de producción y a punta de pistola quieren imponer nuevas condiciones en la relación capital- trabajo a partir de una reforma laboral que garantice a las empresas mano de obra barata y flexible.
La solidaridad de clase con los trabajadores lecheros no se puede hacer esperar. Hoy el conjunto de los trabajadores sufrimos los embates de las políticas de ajuste de las patronales, del gobierno nacional y los gobernadores para imponer el plan del FMI y las metas del déficit cero. Pero los trabajadores ya dimos sobradas muestras de combatividad a pesar de las direcciones sindicales, el pasado 24 de enero, con un paro nacional aunque sin continuidad. Enfrentamos el protocolo de Bullrich en todo el país. Es momento de preparar las condiciones para derrotar el plan de Milei y el FMI. Es primordial confiar en nuestras propias fuerzas para esto. Tenemos que reorganizarnos en las estructuras laborales, en las fábricas, en las escuelas y en las universidades para golpear a los capitalistas en la producción y desorganizarle el aparato estatal.
El gobierno de Milei y sus aliados macristas van por todo en su plan de torcer a favor de las patronales la relación capital-trabajo e imponer los dictados del FMI y el imperialismo. Su viaje a Israel muestra el alineamiento total a EEUU y su enclave de ocupación y exterminio del pueblo palestino. En la línea de alcanzar el déficit cero para juntar dolares para pagar la deuda externa y activar los negocios del capital financiero más concentrado, detona la audiencia por el salario mínimo y la paritaria nacional docente, mientras anuncia un recorte vía licuadora inflacionaria al presupuesto en educación (y al presupuesto en general).
En sintonía con lo anterior, el viernes 16 de febrero los funcionarios nacionales se reunieron con el CIN (Consejo Interuniversitario Nacional) y las federaciones de los trabajadores universitarios (cinco docentes y una no docente) para ofrecer un aumento del 6% para el mes de febrero, que se sumaría al 10% ya acordado en el miserable arreglo que las conducciones burocráticas firmaron con el gobierno anterior. Recordemos que aquel acuerdo en cómodas cuotas no contempló ninguna adecuación para el mes de enero, por lo que sólo ese mes los trabajadores de las UUNN perdimos más de un quinto de nuestro salario. En total, la perdida arroja para los últimos 3 meses un 50% según las propias federaciones. Además, hay que sumar (restar en realidad) el descuento del FONID para los docentes de los colegios preuniversitarios, que también se ven afectados por ese recorte al igual que el resto de la docencia de los colegios y escuelas de todo el país. La “oferta” además indicaba trasladar la negociación de la paritaria fuera del ámbito de educación, algo que desconoce las disposiciones de los Convenios Colectivos del sector. Las seis federaciones rechazaron, sin una nueva audiencia a la vista y con el inminente cierre de las liquidaciones. Debemos decir que la caída del salario real de los trabajadores de la UUNN es algo sostenido en el tiempo por lo menos desde hace 15 años, lo novedoso es lo abrupto de la destrucción salarial a la que nos somete el gobierno liberal.
El recorte presupuestario va más allá de lo salarial. El reconducido del presupuesto 2023 implica una baja real de más del 50% del mismo vía inflación, lo que pone en jaque el funcionamiento de las unidades académicas. Las autoridades universitarias, con la genuflexión que las caracteriza, serán las encargadas de administrar el ajuste: ya se rumorean restricciones horarias, restricciones al uso de equipos de refrigeración y calefacción, corte de programas de becas y asistencia como los comedores universitarios, etc., etc. La gratuidad ya es hace años una ilusión con el cobro de cursos y posgrados, no se descarta la avanzada en la línea del autofinanciamiento; debemos recordar que la Ley de Educación Superior (LES) del menemismo sigue vigente y nunca fue derogada por los gobiernos Nac&Pop. Debemos enfrentar estos recortes porque implicarían el deterioro aún mayor de las condiciones de las instalaciones y equipos, con todo lo que esto implica para nuestras condiciones de higiene y seguridad laboral y para la salud de los estudiantes. Enfrentemos el “autofinanciamiento”, es decir, el avance de la privatización de la ya elitizada educación universitaria, peleando porque abran las escuelas y universidades a la clase obrera.
Las federaciones universitarias quieren mostrar la ahora tan de moda “unidad”, impulsando el Frente de Sindicatos de Universidades Nacionales, pero esa unidad no pasa de declaraciones impotentes ante el avance bestial de Milei. La verdadera unidad de clase tiene que apuntar a un plan de lucha, con el paro general de todas las universidades y la ocupación de las facultades y edificios. Impulsemos asambleas por facultad, asambleas interclaustros y plenarios de delegados de base con mandato en cada universidad del país para discutir un pliego único de reivindicaciones juntos a los estudiantes e investigadores de CONICET y un plan de lucha para sacar a la burocracia sindical de la comodidad de sus sillones e imponer nuestras condiciones al gobierno nacional y a las autoridades cómplices del ajuste. Por salarios que superen la canasta básica indexados mensualmente a la inflación, pase a planta de todos los precarizados, condiciones seguras de trabajo y contra las intentonas por avanzar en el teletrabajo como forma de flexibilización laboral y desorganización de nuestra clase.
Proponemos a las corrientes combativas y de la izquierda, impulsar oposiciones revolucionarias para enfrenar a las burocracias de las federaciones y los sindicatos de base. La tentación de la unidad “antimilei” con los que nos vienen entregando desde hace años a los diferentes gobiernos de turno no puede llevarnos más que a la derrota. Organicemos un plenario nacional de la oposición docente y no docente para prepararnos para la lucha por venir. De lo contrario, la confusión reinante puede hacer que las energías de la bronca contra el ajuste del gobierno nacional se dispersen y termine imponiéndose el plan de nuestros enemigos, a esto apuestan Milei y sus cómplices.
La lucha universitaria deberá ser parte de una pelea más general, en primer lugar con todos los trabajadores de la educación de los otros niveles, que están en pie de guerra por la anulación de la paritaria nacional y el recorte del Fonid. ¡Vamos al paro educativo nacional!
Se impone asimismo la unidad con el conjunto de los estatales y trabajadores de la industria, los servicios y las organizaciones sociales independientes del Estado para organizar el paro general contra el DNU, los protocolos represivos y todo el plan fondomonetarista de Milei, Macri, los gobernadores y el resto de la casta burguesa arrodillada al capital financiero internacional.
Docentes y nodocentes universitarios de la COR
La incertidumbre es total ante este nuevo ciclo lectivo. La brutal devaluación de Milei que apalancó la espiral inflacionaria, pega de lleno en los ingresos de las familias obreras que tienen que afrontar un gasto descomunal en materiales, indumentaria y transporte para enviar a sus hijos a la escuela.
Además, a escasos días del inicio de clases, Milei traslada a las provincias los costos de su derrotada ley ómnibus, al cerrar el grifo de las transferencias discrecionales. Dentro de estas partidas, se encuentran el FONID (que complementa los salarios docentes que pagan las provincias) y los aportes a las cajas jubilatorias provinciales no transferidas a la Nación.
Este ataque, junto a la negativa a convocar a la paritaria nacional docente, pone en aprietos a la burocracia Celeste en CTERA y los sindicatos provinciales, que pretendían hacer la plancha, echándole la culpa a la base por no votar a su candidato Massa. La eliminación del FONID y el acelerado deterioro de las condiciones de vida, abrieron un debate importante en las escuelas, obligando a Alesso, Baradel y compañía a hablar de un NO INICIO de clases que no querían y no prepararon.
Muchos docentes no recuerdan ya, o no conocen, el origen del FONID. Es necesario traer su historia a colación porque explica en gran medida la debilidad de CTERA para enfrentar la motosierra de Milei.
De bajar la huelga con una carpa. De la carpa a la cooptación.
La docencia de las provincias venía de protagonizar el Maestrazo contra el ajuste salarial de Alfonsín, una huelga nacional docente de 43 días, que obligó incluso a la CGT a declarar un paro general en solidaridad. La conciliación obligatoria y el pésimo rol de la burocracia sindical docente, llevó la huelga a la derrota. Pero la simpatía y apoyo de todo el movimiento obrero y amplios sectores sociales a la lucha docente se forjaron en la firmeza del Maestrazo, mucho antes de la carpa blanca.
La descentralización educativa impuesta por la dictadura genocida fue profundizada por Menem, quien completó el traslado de la educación no universitaria a las provincias y avanzó con las reformas educativas que promovían los organismos de crédito internacionales. Estas políticas del menemismo resultaron en estallidos provinciales. La docencia fue protagonista de las luchas, destacando la huelga de 140 días de la docencia rionegrina, pero también con huelgas educativas duras en Neuquén, Misiones, Jujuy y San Juan. La dirección de CTERA jugó la carta de siempre: aislar los conflictos provinciales, y desviar la atención hacia la Capital Federal, instalando una carpa de ayunantes frente al Congreso de la Nación, en reclamo de una ley de financiamiento educativo.
Durante 1003 días, la carpa blanca se convirtió en un emblema de resistencia pasiva, cultural, al menemismo, mientras los conflictos provinciales eran reprimidos y ahogados. Así perdimos a la compañera Teresa Rodríguez, asesinada por la represión al Cutralcazo. La enorme simpatía social generada por la lucha docente, fue traicionada por la burocracia de CTERA cuando decidió levantar la carpa a cambio de la creación del Fondo de Incentivo Docente (FONID) financiado mediante un impuesto adicional al impuesto automotor. La carpa se levantó, la recaudación del FONID fue un fracaso, y Menem nunca pagó. La conducción de CTERA fue cooptada por el gobierno de la Alianza que eliminó el impuesto y prometió el pago del FONID mediante Transferencias directas del Tesoro nacional a las provincias. Pero De la Rúa tampoco cumplió y abandonó el gobierno dejando la deuda docente sin pagar.
El estallido de la convertibilidad menemista incluyó el veto de Duhalde al FONID dentro del presupuesto en 2002. Y siguió el derrotero de incumplimientos, incluso durante los primeros años de la gestión de Kirchner. Conflictos mediante, finalmente se empezó a pagar a fines de 2003, bajo el mismo régimen de transferencias directas del Tesoro, que hoy le permite a Milei borrarlo de un plumazo.
Durante los gobiernos kirchneristas, la agrupación celeste nacional enquistada en CTERA y los sindicatos provinciales fue abyecta colaboradora del ajuste K y la creciente precarización laboral dentro del sistema. La burocracia de CTERA fijaba los techos salariales en al paritaria nacional docente, sin cuestionar nunca la fragilidad del FONID como parte de los fondos discrecionales del Poder Ejecutivo. Es la misma burocracia que hoy reclama que se cumplan los porcentajes del presupuesto establecidos en la Ley de Financiamiento Educativo, otro instrumento legal sancionado para derrotar la lucha docente en 2005, pero que dejó pasar su incumplimiento sistemático por todos los gobiernos anteriores.
Los que hicieron de la Carpa Blanca el emblema de campaña de De la Rúa, finalmente se subieron al carro del Frente de Todos. Hoy, con Yasky de diputado por el kirchnerismo, Baradel de funcionario de hecho de Kicillof en Buenos Aires, y la celeste como gran mediación, la burocracia de CTERA ha logrado sobrellevar una profunda crisis de dirección. Ahora Milei pasa su motosierra sobre el FONID y el fondo compensador, poniendo a la burocracia sindical docente frente al espejo de su propia responsabilidad.
Saquemos lecciones para organizar una oposición sindical revolucionaria en CTERA
Este derrotero de la burocracia explica en parte por qué la lucha docente en estos años se dispersó en el paralelismo o recurrió a desbordes por fuera de los sindicatos a través de autoconvocatorias. Hubo avances en la recuperación transitoria de seccionales y sindicatos, pero las enormes experiencias de lucha en estos 40 años de democracia, destacando San Juan y Jujuy recientemente, no pudieron consolidarse en recuperación de sindicatos y en la disputa por la dirección nacional. Hay un balance pendiente entre las tendencias antiburocráticas y la izquierda, que necesitamos saldar para forjar una oposición nacional que pueda ponerse a la cabeza de la lucha por derrotar el ataque de Milei y los gobernadores, donde la independencia de clase es la base programática fundamental.
El DNU y los proyectos de prohibir el derecho de huelga en educación (declarándola servicio esencial), la reforma educativa, laboral y los ítems salariales de productividad que impulsan Milei y los gobernadores, así como los ataques directos al salario docente y las jubilaciones, el deterioro brutal de las condiciones de vida de nuestros estudiantes y de las y los trabajadores de la educación de todo el país, nos ponen ante el desafío de imponer la convocatoria a un PARO EDUCATIVO NACIONAL y un plan de lucha sostenido. Si el FONID no existe, QUE TAMPOCO EXISTA NORMAL INICIO DE CLASES.
Impongamos la reapertura de paritarias nacional y provinciales, eligiendo en plenarios de delegados a nuestros paritarios, mandatados y revocables. Obliguemos a Milei y a los gobernadores a sentarse a discutir un salario inicial docente igual a la canasta familiar indexado a la inflación, con recomposición real de los básicos salariales. No podemos seguir tolerando que nuestro salario esté compuesto de adicionales, ítems en negro y bonos atados a la discrecionalidad del gobierno de turno. Si no hay plata para salarios, para salud y educación, que no haya plata para el FMI y los buitres.
La docencia desconfía con razón de la burocracia, y Milei ha usado a su favor este hartazgo, generando enorme confusión. Las agrupaciones y listas antiburocráticas que defendemos la independencia de clase, tenemos la tarea de combatir esta confusión, forjando una alternativa de dirección en abierta oposición a la burocracia responsable de esta situación. La reciente recuperación de la seccional capital en Córdoba, las seccionales antiburocráticas de SUTEBA, son herramientas que pueden preparar las condiciones para avanzar en saldar la crisis de dirección. Las seccionales recuperadas y las listas antiburocráticas y de la izquierda tenemos que darnos una instancia nacional de discusión, que clarifique ejes programáticos y un plan de acción común para poner en pie una oposición sindical revolucionaria que pueda forjar un nuevo activismo docente, recuperando las mejores experiencias de lucha y la confianza en la huelga, la ocupación de escuelas y reparticiones y la movilización.
Docentes de la COR
14/02/2024
Ayer en el Congreso se cayó ley ómnibus, mientras Milei daba pleitesías al enclave de Israel. Quedó demostrado que el supuesto cambio del “estatismo” al “liberalismo” no cuenta con el apoyo de un régimen político inestable. Los recientes acontecimientos mostraron que los representantes de la burguesía nativa, del imperialismo y de los grandes capitales están en una crisis histórica, en una eterna agonía del régimen impuesto con la constitución del ‘94, golpeado por procesos de lucha de clases como fue el 2001 y, ahora, sin rumbo claro.
Lo que sucedió en el Congreso fue una disputa de intereses que nada tienen que ver con los de los trabajadores. Se trató de una disputa parlamentaria entre sectores que representan diferentes fracciones económicas, negociando su sumisión al imperialismo, buscando ventajas en la letra chica del articulado de la ley, por lo cual fue aprobada en general. Fue el “fuego amigo” lo que en realidad le asestó una derrota parlamentaria al gobierno de Milei, donde los supuestos aliados tienen la intención fortalecerse para negociar un gobierno de coalición. Esta idea de buscar unidad burguesa por parte de la llamada “oposición dialoguista” es producto de que han leído los procesos de lucha de clases que produjo no sólo la ley ómnibus sino el DNU, el protocolo anti-piquetes y el paquete de ajuste y devaluación lanzado por este gobierno. La resistencia que generó este ataque en todas las líneas a los trabajadores y a los jubilados fue creciendo con el correr de los días. Hizo que la CGT tuviera que llamar a movilizar y a un paro sin continuidad. Hubo una aceleración en los procesos de lucha, volvieron a aparecer las asambleas barriales, se retomaron las calles a pesar del protocolo de Bullrich, se abrió un proceso de deliberación en algunos sindicatos y surgieron elementos de combatividad en las concentraciones frente al Congreso mientras se trataba la ley.
La caída de la ley ómnibus se festejó como un triunfo contra Milei, pero debemos ser conscientes de que, si bien este traspié del gobierno lo hace más débil, aún no hemos derrotado lo esencial del ataque a nuestro salario y el plan económico de Caputo dictado por el FMI. Y en esta lucha los sectores combativos hemos sufrido muchos embates, con detenciones, procesamientos, represión y, quizás lo más grave, la condena en suspenso del dirigente del PO mendocino, Martín Rodríguez, mediante un juicio abreviado, por manifestarse en contra del ajuste bajo la figura de reiterancia.
Debemos preparar las condiciones para derrotar el plan de Milei y el FMI y es primordial confiar en nuestras propias fuerzas para esto. Tenemos que reorganizarnos en las estructuras laborales, en las fábricas, en las escuelas y en las universidades para golpear a los capitalistas en la producción y desorganizarle el aparato estatal. No hay que dejarse engañar por los kirchneristas y los burócratas sindicales, que con discursos indignados y posando de luchadores buscan reforzar el estatismo y les dicen a los trabajadores que tienen que confiar en salidas institucionales.
Este semi Estado burgués, al que defienden los burócratas, no es nuestro Estado y es el gran verdugo de los trabajadores. Es mentira que LLA quiere eliminarlo, la única clase que puede destruir al Estado capitalista y opresor es la clase obrera.
Las conducciones sindicales peronistas están en una encrucijada, la situación objetiva en nuestro país se ha modificado y hasta inclusive una pelea salarial es una pelea política. Tomar sólo acciones económicas muestra un límite enorme, sino se pasa a acciones políticas. En esta contradicción están las direcciones burocráticas y es por eso que no quieren desarrollar los métodos obreros de lucha como los paros activos, porque estarían obligados a enfrentar a los empresarios y el régimen político garante de sus intereses como burócratas. En el plano político, la CGT busca contener a los trabajadores y tratar de reconstruir el PJ como partido.
Es tarea de los revolucionarios llevar a programa las reivindicaciones inmediatas de las masas y transformarlas en reivindicaciones transicionales que permitan decantar una vanguardia que se plantee como tarea la necesidad de la construcción de un partido revolucionario para preparar la revolución obrera y socialista y un gobierno obrero.
Por un congreso de delegados con mandato de base, de trabajadores ocupados y representación de movimientos desocupados independientes.
Por un plan de lucha y un paro general para derrotar el plan de Milei y el FMI.
Basta de represión, desprocesamiento inmediato de todos los luchadores.
Durante la movilización en Mendoza contra el tratamiento en el Congreso del paquete de leyes antiobreras del gobierno de Milei, fue detenido el dirigente del Partido Obrero, Víctor da Vila. Acusado de participar junto a miles de trabajadores de la masiva protesta en el marco del paro nacional convocado por las Centrales obreras el pasado 24 y de las acciones contra el DNU y el proyecto de ley ómnibus este 31/1. En el transcurso del día de hoy, fue detenido en la calle Martín Rodríguez, dirigente del Polo Obrero de Mendoza, bajo las mismas acusaciones. Así opera la justicia burguesa. El gobierno de Cornejo hace gala del protocolo represivo que aplica Cambia Mendoza y mostrarle a la casta nacional cómo la casta provincial impone orden y disciplinamiento en medio del descalabro social y económico.
Exigimos la inmediata libertad y desprocesamiento de Víctor, Martín y todos los trabajadores por luchar. La CGT y CTA tienen que actuar en consecuencia y convocar a paro general por la libertad de los compañeros, hasta tirar abajo el DNU, la ley ómnibus y los protocolos represivos de Bullrich y los gobernadores.
C.O.R. Corriente Obrera Revolucionaria – Regional Mendoza