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La DAIA, organización vocera del sionismo en Argentina, demandó ante la justicia a Alejandro Bodart, dirigente de la LIS y el MST argentino, por publicar en redes sociales una denuncia al genocidio en Gaza. Por esta causa fue absuelto dos veces, pero recientemente se realizó un nuevo fallo, sin juicio, emitido por la Cámara de Casación de la Ciudad de Buenos Aires, que lo condena a seis meses de prisión en suspenso por “antisemitismo” e incitación a la violencia. Esta es una clara persecución política, que se suma a la política de represión, hostigamiento y amedrentamiento a los luchadores y organizaciones sociales y de izquierda por parte de Milei, Bullrich y el sionismo. Redoblemos la campaña en contra del genocidio en Gaza y Cisjordania y enfrentemos al imperialismo y sus aliados con los métodos del proletariado.

Apoyamos la campaña por la absolución de Alejandro Bodart. Firmá el petitorio.

Venezuela 

La toma de posesión por un nuevo mandato presidencial de este 10 de enero en Venezuela se ha convertido en otro hito en el avance de la descomposición política y social del país. El resultado de las elecciones del 26 de julio, elecciones que en un inicio fueron producto de un acuerdo entre Maduro y el chavismo, por un lado, y el imperialismo y la oposición burguesa por otro, terminó en un fracaso del acuerdo y en ambos bandos auto-proclamándose ganadores. Maduro avanza en la represión sobre la oposición e incluso encarcela extranjeros catalogados como terroristas internacionales, incluyendo al gendarme argentino Gallo. La oposición, por su lado, realizó una gira en la figura del, según este sector, “presidente electo” González Urrutia por los escasos países de la región cuyos gobiernos lo reconocen taxativamente como ganador: Argentina, Uruguay, Panamá, República Dominicana  y, por supuesto, Estados Unidos. La mayoría de los gobiernos, con eje en Brasil, Colombia y México, intentan mediar para que se retomen las negociaciones entre ambos bandos, hoy rotas.

Lejos de los discursos abstractos sobre la calidad de la democracia burguesa venezolana, lo que está en juego es la relación entre las sub burguesías latinoamericanas y el imperialismo, y en el caso de Venezuela, específicamente en relación al control y la explotación del petróleo. La crisis en la que está inmerso el semiestado venezolano parte del fracaso rotundo del proyecto del nacionalismo burgués encarnado en Chávez y su “socialismo del siglo XXI”, que terminó liquidando PDVSA y demoliendo las capacidades de exploración y extracción de hidrocarburos. La leve recuperación productiva de los últimos años ha sido producto del precario acuerdo alcanzado con el gobierno de Biden, que necesitaba nuevas fuentes energéticas de cara a la guerra entre Rusia y Ucrania. Incluso el arreglo que fue base de las elecciones de julio del año pasado puede entenderse como parte de estas necesidades del imperialismo. Pero la situación se ha visto modificada, tanto en el terreno de la guerra como por el triunfo de Trump, que ha pasado en muy poco tiempo de un discurso “pacificador” a una retórica (bastante delirante por cierto) de expansionismo imperial sobre Canadá, Groenlandia y el canal de Panamá.

La forma especial de poder estatal en las semicolonias fue caracterizada por Trostky como bonapartismo sui generis, también una semidemocracia semibonapartista, una forma de dominación determinada por la relativa debilidad de la burguesía “nacional” desde el punto de vista estructural (es decir, en su relación con la producción) frente al imperialismo y a la clase obrera nativa. Este concepto, si bien es necesario actualizarlo dado el avance de la penetración imperialista, sigue siendo útil para los revolucionarios para comprender la dinámica de la situación en América Latina. El rol que están adquiriendo las Fuerzas Armadas hoy en Venezuela, tanto como principal instrumento de dominación de Maduro como en su carácter de objeto principal de la política de presión del imperialismo para intentar quebrarlas, puede comprenderse cabalmente a partir de esta categoría de la teoría política marxista.

Pero lo más trágico es el papel subordinado del movimiento obrero, sobre todo de su núcleo industrial, papel que es producto de la política de conciliación de clases de las direcciones de los sindicatos, muchos de ellos dirigidos en su momento por el centrismo trotskista. Las responsabilidades de esta tragedia se ven más claras con el paso del tiempo: el llamado a votar a Chávez del Partido Obrero/Política Obrera (en ese momento eran una misma organización), las vacilaciones de la FT-CI (PTS de Argentina, MRT de Brasil, PTR de Chile), las concesiones de la LIT-CI (PSTU en Brasil y Argentina, MIT en Chile) y la UIT-CI (IS en argentina, CTS en Brasil, MST en Chile) a la oposición antichavista y directamente el pasaje a las filas de la burguesía del MST argentino (hoy en la LIS, junto Revolución Socialista/PSOL de Brasil) al integrarse al partido PSUV de Chávez, muestran hoy todas sus consecuencias. Saldar la crisis de dirección revolucionaria del proletariado se plantea como necesidad histórica e implica la lucha contra las corrientes reformistas y centristas que dirigen las organizaciones sindicales. Para ello, es necesario reagrupar a la vanguardia de nuestra clase a partir un programa de transición, que plantee una salida obrera a la crisis. No sólo en Venezuela, sino en todos los países de la región y en EEUU, donde la burguesía intentará engañar a los trabajadores con falsos discursos como la supuesta lucha por la democracia contra la dictadura de Maduro o, del otro lado, por la defensa de Maduro y las burguesías nacionales contra “la derecha” y los yanquis. Una Conferencia Internacional de las corrientes que aún defendemos el programa de la dictadura del proletariado, con el objetivo de discutir el método, el programa y la política para reconstruir la IV Internacional, el Partido Mundial de la Revolución Socialista, es una iniciativa que venimos levantando desde la TRCI para avanzar en los desafíos de nuestra época de aceleración de la descomposición imperialista.

 

 

¡Fuera las manos del imperialismo de Venezuela!

¡Control obrero de la industria petrolera!

¡Por un gobierno obrero!

¡Por una federación de repúblicas socialistas de América Latina!

¡Por la reconstrucción de la Cuarta Internacional y sus secciones latinoamericanas!

Sábado, 21 Diciembre 2024 19:22

Gendarmería asesina a un trabajador en Salta

El 18 de diciembre, Fernando Gómez de 27 años, de oficio “bagayero” (trabajador precarizado dedicado al comercio fronterizo), fue asesinado por la Gendarmería nacional en el marco del llamado “Operativo Plan Güemes”. En sintonía con el plan represivo establecido por Milei-Bullrich, en la necesidad del gobierno de someter al conjunto del proletariado con las cadenas de una dictadura policial mientras entrega el país a sus socios imperialistas, el gobernador Gustavo Sáenz impulsa la brutalidad de las fuerzas represivas contra los trabajadores.

En un primer momento, intentaron camuflar el hecho como “combate al narcotráfico”, pero rápidamente se cayó la mentira de Bullrich y se conoció que el blanco de los proyectiles de gendarmería fue un grupo de trabajadores informales que pasan mercadería por la frontera entre Bolivia y Argentina como única salida para llevar el sustento a sus hogares. En el operativo, decenas de trabajadores resultaron heridos y uno está en grave estado.

Las manifestaciones en repudio no se hicieron esperar en las localidades de Orán y Aguas Blancas, para exigir castigo a los responsables. El viernes 20 marchamos a la casa de Salta en Buenos Aires para repudiar el asesinato y solidarizarnos con los heridos y familiares de las víctimas.

El gobierno de Milei-Bullrich se apoya desde el día 1 en las fuerzas represivas para implementar el ajuste, con el protocolo “anti-piquete”, la persecución y hostigamiento a dirigentes políticos y sociales y, ahora, con este asesinato brutal. Todos los gobernadores son los aplicadores en las provincias de esta línea. Mientras la burocracia sindical y el PJ sostienen al gobierno, la represión de Milei no da tregua a los luchadores. Sólo la clase obrera organizada con independencia de clase puede dar una salida progresiva a esta crisis, por eso debemos recuperar nuestros sindicatos para dar una respuesta a la altura del ataque. Es tarea de los revolucionarios plantear un programa obrero de salida a la crisis y los métodos que se desprenden de éste. Hay que impulsar un Congreso de Delegados de Base con mandato con representación de las organizaciones piqueteras que no fueron cooptadas por el Estado, los jubilados y los sectores estudiantiles en lucha. Tenemos que impulsar e imponer un paro general activo para tirar abajo a este gobierno y sus cómplices.

Castigo a los asesinos de Fernando Gómez. Por la disolución de las fuerzas represivas.

¡Basta de persecución a los luchadores! Desprocesamiento de todos los militantes acusados.

¡Abajo el gobierno de Milei!

Por un congreso de delegados de base con mandato.

Por un gobierno obrero.

20 de diciembre, a 23 años de la insurrección espontánea del 2001

Abajo Milei, ningún ajuste. Por un congreso de delegados de base con mandato. Por un gobierno obrero.


Este viernes 20/12 marchamos en todo el país, no sólo para reivindicar el proceso de lucha del 2001 y recordar a los compañeros asesinados, sino para enfrentar la continuidad del ajuste que empezó el peronismo y ahora acelera la nueva gestión de Milei. A un año del gobierno de Milei, gran parte de los que nos vamos a movilizar en todo el país somos los que estuvimos todo el año en las calles y en los lugares de trabajo enfrentando el ajuste, mientras la burocracia sindical y el PJ negocian y pactan con el gobierno las leyes y las reformas. Un ejemplo obsceno de esas componendas es el del senador Kueider, que llegó al Congreso con las listas de UP y fue comprado con dólares en efectivo para aprobar las leyes de Milei.
Argentina está hundida en una profunda crisis, que se viene agravando desde hace años. Asistimos a la sucesión de gobiernos de coaliciones decadentes con lo que queda de los partidos patronales derivados del PJ y la UCR, que de una u otra manera, siempre nos hacen pagar a los trabajadores la crisis, para salvar a alguna de las fracciones patronales. Esto dentro de una situación internacional que está signada por la continuidad de la guerra de Rusia contra Ucrania, el genocidio del enclave de Israel a la Franja de Gaza, la caída de Al Assad en Siria, el desarrollo de la crisis mundial y las consecuencias de la pandemia. Esta situación de crisis y guerra plantea grandes desafíos a nuestra clase en cuanto a cómo debemos enfrentar este escenario y revertirlo. El triunfo de Trump en EE. UU. expresa el nivel de descomposición y decadencia del imperialismo, que intentará, en su decadencia, recuperar el terreno perdido en la dirección del mundo, utilizando todas las armas reaccionarias para recuperar su liderazgo.
El triunfo de Milei expresa a una fracción pequeño burguesa aliada al imperialismo, con más afinidad con EE. UU., convirtiéndose en instrumento de éste, con la intención de someter al proletariado con las cadenas de una dictadura policial. Para esto Bullrich, ni bien asumió la cartera de Seguridad, presentó su protocolo represivo para amedrentarnos. Debemos añadir que la descomposición del imperialismo y la situación internacional de crisis y guerra hace que los semi-Estados como el nuestro sean aún más inestables y que su relación con las masas se vuelva aún más complicada. La fracción Milei ha demostrado ser un reciclado de “menemismo del siglo XXI”, que pretende volver como expresión burguesa de los sobrevivientes del proceso del 2001.
Ante esto es urgente organizarnos de forma revolucionaria para impedir que la reacción lleve adelante sus planes de ataque. No aceptaremos ningún “frente anti-Milei” con burócratas y conciliadores de clase, que son los enemigos en nuestras propias filas. Debemos recuperar los sindicatos como herramientas de organización, con total independencia de clase. Impulsemos la deliberación en los lugares de trabajo en la perspectiva de convocar a un Congreso de delegados de base con mandato para preparar un paro general con un programa obrero de salida a la crisis. Ante la gravedad del ataque llamamos a las corrientes de izquierda trotskista a romper con su lógica electoralista y debatir un programa obrero para tirar a Milei. En esta situación acuciante, tenemos que construir el partido revolucionario como sección de la IV Internacional reconstruida.


¡Abajo Milei! ¡Fuera el FMI!

¡Ningún ajuste!

Por un Congreso de delegados de base con mandato.

Por un gobierno obrero.

Domingo, 15 Diciembre 2024 20:18

Aportá a nuesta Campaña Financiera

Aportá a nuestra campaña financiera para apoyar el desarrollo de nuesta organización.

Martes, 10 Diciembre 2024 10:12

Ya salió El Impreso #90

Edición especial a un año del gobierno de Milei.

¡Pedilo!

Martes, 10 Diciembre 2024 06:29

Cayó Al Assad en Siria


Asistimos al derrocamiento de Al Assad en Siria, después de 50 años de estar ese clan en el poder y ahogar en sangre las insurrecciones espontáneas del 2011. Cayó en un escenario mundial que combina la crisis mundial abierta con la política guerrerista del imperialismo en su decadencia. La toma del poder por parte de la milicia islámica Hayat Tahrir al Sham (HTS), junto al Ejército Nacional Sirio, con el apoyo de Turquía, debe ser analizada como una movida en el tablero de las guerras actuales, como una derrota de Rusia en sus zonas de influencia, para buscar forzar una negociación por la guerra con Ucrania, en condiciones desfavorables para ésta.
El Estado sirio se encuentra en franca decadencia, con gran parte de su territorio convertido en mini Estados territoriales controlados por distintos grupos armados de diferentes fracciones religiosas, que responden a las distintas potencias imperialistas que influencian en la región. La caída de Al Assad está obligando a pensar cómo se va a establecer una nueva relación de fuerzas por parte de Estados Unidos y Rusia en la zona, considerando que EEUU tiene batallones militares que trabajan junto a las milicias kurdas del YPG y que Rusia tiene bases navales y aéreas en la región.
Este conflicto, obviamente, se inscribe en uno más general, que es el que abrió el genocidio del enclave de Israel contra el pueblo palestino y su avance en toda la región. Si bien en este momento se encuentran en una tregua con el Líbano, no está nada solucionado, al contrario, la tendencia es a que se intensifique más el enfrentamiento.
Las milicias que tomaron el poder en Siria son la dirección descompuesta de variantes de nacionalismo árabes, que hace ya mucho tiempo se vendieron al imperialismo y su representante en la región que es el enclave de Israel. Los sionistas avanzan sobre nuevas zonas de los altos del Golán no sólo para aprovechar el desorden de la descomposición de Siria, sino como medida preventiva ante un proceso real de lucha contra Al Asad sobre el que se montan estas direcciones. Es por eso que la tarea de los revolucionarios es buscar unir las luchas genuinas para enfrentar al asesino de Al Assad con la resistencia palestina en Gaza y derrotar al enclave israelí, que significaría la derrota del imperialismo y sus aliados en Medio Oriente. Tenemos que unir las fuerzas del proletariado de Medio Oriente con los trabajadores de Ucrania y Rusia para que desarrollen una guerra revolucionaria contra sus burocracias restauracionistas y derrotar a la OTAN.
La pelea por una federación de repúblicas socialistas en Medio Oriente, como expresión de la forma estatal de la dictadura del proletariado, es la salida para destruir esos Estados fallidos formados después de la posguerra.

Sábado, 07 Diciembre 2024 17:36

El senador Kueider y los padres de la criatura

El escándalo que se ha desatado en la política argentina después de que un senador nacional del PJ por Entre Ríos fuera detenido por la justicia paraguaya con 211 mil dólares no declarados mientras intentaba entrar al vecino país ha generado un problema cuya magnitud aún no se pude terminar de determinar. Lo que sí queda claro es el nivel de descomposición del semi Estado argentino.

Sabida la noticia, el PJ intentó desligarse del senador que llegó a ese cargo a través de sus listas, pero que ahora responde a la Libertad Avanza y viene votando todas las leyes que Milei pidió, entre ellas la famosa “Ley Bases”. Los libertarios se desesperan y fingen demencia, tratando de que no sea tan evidente que el voto estaba comprado. No vaya a ser que se enojen otros diputados o senadores que dieron su voto a cambio de un “asado”. El gobierno del “outsider” que pidió el voto a los trabajadores con la promesa de “terminar con la casta” que se enriquece “con la nuestra” terminó reviviendo los momentos más obscenos de la política burguesa, como el episodio de la compra de votos para votar la reforma laboral del año 2000 (lo que se conoció como “ley banelco”), demostrando la esencia reaccionaria de su fuerza política, que tiene como objetivo de su ataque a la clase obrera y los sectores populares más empobrecidos.

Este hecho es la expresión del funcionamiento de la democracia burguesa en una semicolonia, donde la débil burguesía le cede el poder político a la pequeñoburguesía sin poder económico, creando lúmpenes que viven de las migajas que les tira el semi Estado y los empresarios locales (y en algunos casos internacionales). Por eso, cuando asumió Milei, dijimos que se venía una nueva casta, pero con los mismos métodos descompuestos de sus antecesores.

Todo el régimen político está preocupado, porque mientras Cristina pacta con Milei gobernabilidad e impunidad, este escándalo complica los acuerdos por arriba (“ficha limpia”, reforma electoral, etc., además del acuerdo de que sean los trabajadores el blanco del ajuste). Mientras, la gran mayoría de los trabajadores seguimos luchando contra este brutal ajuste y la pauperización de nuestras condiciones de vida.

Tenemos que enfrentar a este Estado, sus instituciones y a sus partidos políticos, que defienden a este sistema capitalista en putrefacción. Debemos generar las condiciones para romper con todo tipo de conciliación de clase a la que nos llevan los supuestos progresistas o estatistas tras la idea de que se puede reformar el capital. Hay que odiar a la clase enemiga y sus cómplices, como la burocracia sindical. Sólo podemos confiar en nuestras propias fuerzas para responder de forma revolucionaria a situaciones obscenas del capitalismo, como el reboleo de dólares en nuestra cara, mientras nosotros nos hundimos en la miseria.

 

El miércoles 5 de diciembre la CTA, supuestamente unificada, junto a las patronales de las pymes, los movimientos sociales K, los intendentes del conurbano, sectores de las iglesias y otros, llaman a marchar con la consigna “la patria no se vende”.

Es evidente que es una movilización de aparato para posar de una oposición dentro del régimen y para intentar contener la bronca con la política de crear “frentes anti Milei”,que en lo sindical se expresaría en frentes sindicales para recrear el MTA de los ‘90, después de un año en el que la burocracia sindical se borró y pactó el ajuste con el gobierno.

No es una movilización preparada con los métodos de la clase, votada en asambleas, debatida en los lugares de trabajo,no hay paro y tiene el único objetivo de intervenir en la crisis del PJ y preparar las condiciones para un futuro escenario electoral sin sobresaltos. La burocracia sindical se ha cuidado bien de desligar esta acción de cualquier proceso de lucha contra la ofensiva de las patronales, el gobierno nacional y los gobernadores, con despidos y precarización de los trabajadores de la industria, servicios y estatales. Las burocracias convocantes hoy están actuando de garantes y colaboradores de las reformas laborales y todo tipo de regresiones en las condiciones de trabajo.

Por eso no marchamos, ni siquiera como columna independiente, como plantean algunas organizaciones de izquierda. No podemos ser parte de estas medidas de aparato y debemos denunciarlas en los lugares de trabajo para preparar con nuestros métodos el enfrentamiento al gobierno de Milei y el conjunto de las fuerzas del régimen que le están dando gobernabilidad. No hay que olvidar jamás, a 1 año del gobierno de Milei, que es una tarea central recuperar nuestras organizaciones y echar a la burocracia sindical.

Por un verdadero paro general activo con toma de edificios, cortes y bloqueos para echar a Milei.

Fuera la burocracia sindical plenario nacional de delegados de base con mandato.

Basta de persecución a los que luchan, desprocesamiento ya a todos los compañeros.

 

 

 

 

El 22/11 la Cámara Federal de Apelaciones dictó su fallo contra militantes del Polo Obrero, basado en el procesamiento del juez Casanello, quien hace unos meses, luego de allanamientos violentos, levantó acusaciones de extorsión y coacción.

Esta política de persecución y hostigamiento a las organizaciones sociales y, en especial piqueteras y de izquierda, está en sintonía con la necesidad del gobierno de someter al conjunto del proletariado con las cadenas de una dictadura policial, mientras entrega el país a sus socios imperialistas.

Claramente, jamás hemos depositado expectativas en las instituciones burguesas y sus leyes, mucho menos en sus jueces. Este fallo demuestra que a lo que más le tema la burguesía es a la organización independiente del proletariado. Cada acción y línea política del gobierno y las instituciones burguesas nos desafía en este momento a desarrollar la línea de enfrentamiento a la clase enemiga, con los métodos históricos de la clase obrera.

Se está empezando a generalizar una deliberación en los lugares de trabajo sobre cómo enfrentar al gobierno de Milei, porque así no se puede seguir más. Es tarea de los revolucionarios plantear un programa obrero de salida a la crisis y los métodos que se desprenden de éste. Hay que impulsar un Congreso de Delegados de Base con mandato con representación de las organizaciones piqueteras que no fueron cooptadas por el Estado, los jubilados y los sectores estudiantiles en lucha. Tenemos que impulsar e imponer un paro general activo para tirar abajo a este gobierno y sus cómplices.

¡Basta de persecución a los luchadores! Desprocesamiento de todos los militantes acusados.

¡Abajo el gobierno de Milei!

Por el triunfo de las luchas en curso.

Por un congreso de delegados de base con mandato.

Por un gobierno obrero.

 

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