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Martes, 20 Mayo 2025 17:13

CABA, capital de la abstención

Elecciones en CABA

Las elecciones a legisladores del domingo 18/5 en la Ciudad Autónoma de Buenos Aires le dieron el triunfo a la lista que impulsaba Milei encabezada por Adorni. Los violeta le ganaron a la lista de Santoro, que buscó despegarse de la “constelación familiar política” de su pasado, pero no le alcanzó para ganar, en un escenario de división del espacio “conservador”, lo que profundizó aún más la debacle electoral de los sellos peronistas. El gran perdedor de las elecciones fue el PRO, que fue derrotado en su bastión electoral por la lista del gobierno nacional, que como hicieron los K con Duhalde, quieren jubilar a sus aliados. El FIT-U, aunque intente hacer un balance positivo, desde el punto de vista electoral retrocedió, ya que perdió un legislador. Sus análisis son más para moralizar a sus militantes, que en gran parte están formados dentro de la lógica de ala izquierda del régimen burgués.

El dato distintivo de estas elecciones, que se venía dando en elecciones este año en otras provincias, fue el nivel de abstención. En el caso de Capital fue de casi el 50%, lo que es, como mínimo, un elemento de crisis política del régimen burgués en su conjunto. Debemos tomar nota de esta tendencia de cierta apatía del electorado, o como dicen algunos, de la desconexión de la política con la población, que puede ser expresión de cierta bronca. Obviamente, debemos ver en el tiempo si esto es una tendencia de oposición de conjunto al gobierno, a los mecanismos democráticos de dominación o una respuesta pasiva ante una situación que sigue sin modificar para bien (o empeorando) las condiciones de vida. Otro elemento que dejó esta elección para el análisis es que entre los que fueron a votar, una parte transfirió su voto del PRO a Milei, en gran parte como retribución a que todavía pueden aprovechar el dólar barato, y los sectores más empobrecidos volvieron a votar al peronismo, descontentos por la caída de sus condiciones de vida con este gobierno. Esto refleja una expresión distorsionada de la tendencia más general a una mayor desigualdad social que plantea el esquema de gobierno de Milei.

Todo este análisis, que es licito desarrollarlo para entender un escenario burgués y cómo se reacomodan las tendencias burguesas y pequeñoburguesas mediante sus mecanismos institucionales para dirimir las relaciones de fuerza dentro de un régimen político, es un elemento secundario y distorsionado a la hora de comprender de conjunto las tareas de los revolucionarios. Primero, porque en una elección burguesa, nuestra clase interviene de forma diluida en la figura de “ciudadano”, con una igualdad formal, para votar a quienes serán los representantes de nuestros patrones, que votarán las leyes para explotarnos aún más. Y segundo, y muy importante, nos quieren imponer la maldita idea de que las relaciones de fuerza se dirimen en las instituciones del régimen y se legitiman con el voto. Las relaciones de fuerza se dirimen en la producción. La lucha de clases es en definitiva la lucha por la plusvalía, por el excedente que nos expropia una clase parásita que no produce nada.

Es parte de la actividad de una organización revolucionaria utilizar la tribuna electoral y los parlamentos para ampliar la propaganda de nuestro programa y el desarrollo de la movilización extraparlamentaria para destruir la envoltura democrática de una forma de dominación, como lo es el Estado burgués. Pero es una tarea secundaria dentro la tarea transicional de destruir el Estado burgués y de enfrentar a los gobiernos de turno, en este caso contra Milei sus aliados y el FMI.

El gobierno de Milei intentará avanzar aun más con su ajuste, ante un escenario complejo tanto en la economía doméstica como en la situación mundial, apoyándose en los triunfos módicos en las elecciones para llevar adelante su idea de pintar de violeta todo el país. Tenemos que preparar nuestra respuesta en las calles y en los lugares de trabajo para expulsar a la burocracia sindical, recuperar lo que nos robaron de nuestro salario, contra los despidos y la precarización de las condiciones laborales. Hay que salir en defensa de los jubilados y de todas las luchas en curso para que triunfen, como la lucha de los trabajadores de UTA contra el acuerdo salarial que firmó la burocracia con la patronal. Son tareas inmediatas que nos plantean la necesidad de reagrupar a la vanguardia y el activismo, para no sólo enfrentar al gobierno sino también a las mediaciones que intenta imponer el alicaído PJ con sus frentes anti Milei detrás de la figura de Kicillof.

 

 

 

 

Por Tania, desde Misiones

El hipócrita, el “mandamás” y la contradicción flagrante

Lo que pasó con Ficha Limpia merecería estar en algún registro de casos insólitos: dos senadores, con cuyos votos la ley obtendría la sanción, se dieron vuelta a último momento e hicieron que el proyecto cayera por un voto. Los misioneros Arce y Rojas Decut pertenecen al espacio político comandado por Carlos Rovira, actual diputado provincial y fundador del Frente Renovador de la Concordia Social –comúnmente llamado Renovación–, cuyos diputados nacionales habían votado a favor de la ley en su primera escala en el Congreso.

Pero allí no termina el estupor. Según informa La Nación, ante su tropa, esto es, diputados y funcionarios que se reúnen habitualmente antes de la sesión en la Legislatura misionera, Rovira admitió que la orden de cambiar el voto provino del propio Javier Milei. El Presidente, en tanto, desautorizó la versión mostrando a una periodista que no tenía el contacto de Rovira en el celular.

La situación y las declaraciones posteriores constituirían un caso de “disonancia cognitiva” como les gusta decir a algunos psicólogos, si no fuera porque desde el principio el proyecto Ficha Limpia fue una absoluta farsa.

El dirigente del espacio político que lo impulsó (el PRO), Mauricio Macri, tomó un préstamo con el FMI en forma irregular y sostuvo acuerdos espúreos con Calcaterra, y acciones similares empañan a todos los demás partidos patronales que se dividieron entre el apoyo y el rechazo a la iniciativa: Lázaro Báez, bolsos de López, vacunatorio VIP, venta de candidaturas, $Libra, pañales del PAMI, Ninguno de los que estuvo en funciones de gobierno está a salvo, porque la corrupción es parte intrínseca de las jugadas realizadas por los capitalistas, entre las cuales participan como peones los administradores del Estado.

El PRO pretendió ganar iniciativa política con la presentación del proyecto, defendiendo supuestamente la honestidad y transparencia de cara a las elecciones en la Ciudad de Buenos Aires. El relato “anticasta” de La Libertad Avanza lo obligó a apoyar formalmente el proyecto, para hacerlo caer en el momento decisivo y así obtener una ventaja en un posible enfrentamiento con CFK. Algunos hablan incluso de un pacto con CFK, para dejar mal parado a Macri en esta coyuntura electoral, algo que surgió como versión ya desde el año pasado. La Renovación, por su parte, siguió fiel a su naturaleza camaleónica, que en esta etapa lo convirtió en el mejor aliado de los libertarios. Lo cierto es que nada de lo relatado tiene que ver con la honestidad y la transparencia: todo es rosca y especulación extrema.

Y mientras estas intrigas palaciegas se destapan y largan su característico olor a podrido, los trabajadores seguimos corriendo la coneja para llegar a fin de mes, haciendo malabares para pagar las deudas acumuladas (que a esta altura se han convertido en deudas para pagar otras deudas), buscando ingresos extras por fuera de la formalidad, mirando los números ficticios de la inflación sin poder comprender de dónde salen.

El hipócrita

Aunque quiera mostrar lo contrario, el discurso y la acción de Milei y La Libertad Avanza están llenas de hipocresía. El discurso “anticasta” se quedó en lo meramente declarativo. Sus acciones se orientaron a mantener todas las castas provinciales para ganar votaciones en el Congreso y poner en marcha el plan de ataque al nivel salarial, a las condiciones laborales y a la calidad de vida general de los trabajadores, junto con una mayor subordinación del país al imperialismo norteamericano y aliados. Este plan se ejecutó a través de un ajuste brutal a los trabajadores del Estado que no sólo sufrieron rebajas salariales históricas sino también despidos, y una reforma laboral que blanqueó todos los abusos que ya se cometían previamente. Los trabajadores privados no estuvieron exentos de las consecuencias de esta guerra contra la clase obrera, y el supuesto Estado que no debía intervenir, intervino cada vez que pudo para impedir la recomposición del salario (al no homologar las paritarias). El Estado, además, intervino con todas las armas que tuvo para impedir un aumento de los haberes jubilatorios (vetando las leyes aprobadas y mandando a gasear y golpear a los viejos).

Milei mintió cuando dijo que el ajuste se descargaría sobre la casta, mintió cuando dijo que quemaría el Banco Central, mintió cuando dijo que los salarios volarían en dólares, mintió cuando dijo que nunca recurriríamos al FMI porque era expresión del fracaso.

Hoy estamos en el marco de un acuerdo multimilmillonario con el organismo financiero que se suma al que heredamos de Macri y ata de manos el rumbo económico a través de los monitoreos, y el Gobierno enfrenta la suba de aranceles del gobierno proteccionista de Trump, a quien le lame el trasero como dijo el gringo, eliminando gran parte de los aranceles de importación.

Es difícil creerle ahora que Ficha Limpia es una prioridad de su política.

El “mandamás”

Este fue el sustantivo usado tanto por el diario Clarín como por el diario La Nación para calificar a Carlos Eduardo Rovira, delfín de Puerta y creador del Frente Renovador, cuyos idearios políticos son tan flexibles que le permiten congraciarse con todos los oficialismos que pasen por la Casa Rosada. Desde un origen peronista, Rovira construyó la Renovación cooptando a los radicales que gobernaban intendencias en la provincia, y ante la imposibilidad de una re-reelección, estableció una Ley de Lemas que contribuyó a una hegemonía casi indiscutible. No hubo una sola elección a Gobernador que no haya ganado, aunque no fue él quien ocupó la Rosadita en cada caso. Hoy su pariente político Hugo Pasalacqua es el designado por el líder para desempeñar ese papel, pero todos saben quién maneja los hilos de la provincia.

Cuando asumió Cristina, Rovira se pintó como un kirchnerista de la primera hora e inventó un relato que lo unía a Nestor y a Cristina desde el origen de los tiempos. Cuando asumió Macri, se fue con Macri, lo mismo con Alberto, y cuando asumió Milei, inventó otro relato que lo mostraba juntos en Posadas en una supuesta reunión secreta dos años antes de la sorpresa electoral.

Durante todo el gobierno de La Libertad Avanza, la Renovación fue su más fiel aliado: le votó todas las leyes, en forma unánime, incluso la que no salió, la designación de los jueces Lijo y García Mansilla, e incluso el veto a la Ley Universitaria, a pesar de que se había comprometido con la Rectora de la UnaM, Alicia Bohrem, a apoyar este pedido. La Rectora se limitó a emitir un comunicado donde solo se lamenta, pero no repudia el voto de los legisladores misioneros.

Así que el voto en contra Ficha Limpia sería la excepción si realmente fuera realizado en contra de la voluntad de Milei, como el presidente intenta vender. Rovira no ventiló públicamente su supuesta conversación con el mandatario nacional, pero su amanuense Adolfo Safrán, ministro de Hacienda, declaró en Twitter que el voto respondió a la necesidad de dar gobernabilidad a LLA y anular la operación del PRO. El argumento de que fue para evitar las proscripciones políticas es difícil de creer.

La contradicción flagrante

A pesar de lo obvias que son las contradicciones en que incurren todos estos personajes, hay tres partidos libertarios en Misiones que se presentarán en las próximas elecciones del 8 de junio y que se muestran como “opositores” a la Renovación La Libertad Avanza (con la bendición de Karina Milei y Lule Menem), el Partido Libertario (de los radicales con peluca que abandonaron la UCR) y el Partido por la Vida y los Valores (con la primera figura de Ramón Amarilla, el policía retirado que dirigió el acampe policial de mayo del año pasado). Todos esos partidos están cruzados por denuncias: el oficial por pedir un diezmo “obligatorio” a sus afiliados, el radical devenido mileísta porque sus candidatos siguen sentados en las bancas que pertenecen al partido de origen, y el de Amarilla porque uno de los candidatos fue bajado por la apoderada, por supuesta orden de la Renovación. Más juego sucio no puede haber.

A pesar de estas opciones, al Gobierno Nacional le conviene que gane nuevamente la Renovación, porque incluso antes que el PRO, estuvo al pie del cañón todas las veces necesarias.

¿Qué podemos sacar “en limpio” los trabajadores?

Los trabajadores somos los convidados de piedra de este juego sucio superestructural. Mientras Rovira sonríe socarronamente –y lo propio hace Milei– al acordarse de los últimos sucesos, los jubilados misioneros se manifiestan todos los miércoles para reclamar por un aumento de sus míseros haberes, los docentes no sólo cobran una miseria (menos de la mitad de la canasta familiar), sino que además sufren descuentos y persecuciones judiciales, lo mismo pasa con los trabajadores de la salud que ahora están saliendo a denunciar condiciones de trabajo tan precarizadas que rozan la esclavitud y el quite del pago doble de las horas extras; los tareferos dependen de las variaciones que sufra la cosecha en el conflicto que tienen los productores con los molineros que rebajan a un mínimo insostenible el precio de la hoja verde.

Mientras los gobernantes de Nación y Provincia están “en el mismo lodo, todos manoseados”, lo que podemos sacar “en limpio” los trabajadores es que el Parlamento está cada vez descompuesto y que ni siquiera una presencia mayor de la izquierda podría darle un viso de legitimidad. En estas elecciones llamamos a no confiar en ninguno de los candidatos que representan a los patrones y sus intereses y a denunciar la farsa de la democracia burguesa que cada vez recorta más incluso los mismos derechos electorales.

Los trabajadores debemos organizarnos e impulsar asambleas y medidas de lucha en nuestros lugares de trabajo, superando a la burocracia que nos entrega, y más allá de las elecciones, debemos construir nuestro propio partido de los trabajadores, que también debe ser internacional.

 

 

 

 

 

 

Martes, 13 Mayo 2025 18:36

Elecciones legislativas en CABA

 

Votamos en blanco

Las rondas de elecciones legislativas provinciales se están desarrollando en medio de una crisis enorme, tanto económica como política, y esto se ve reflejado en la apatía general que se refleja en la bajísima participación en Salta, Jujuy, San Luis. En esas provincias, el porcentaje de votantes no superó el 60% y el voto en blanco fue alto. En este escenario, el 18 de mayo se vota en CABA para renovar la legislatura de la ciudad.

Mientras los partidos del régimen están en una pelea palaciega para ver quién traicionó a quién con la “ley de ficha limpia” que se cayó en el Senado, no logra imponerse un clima ni escenario electoral, aunque todo el régimen político intente que la agenda electoral pueda contener los procesos sociales agudos que se están desarrollando ante el ataque del FMI, Milei y sus aliados.

Lo que sigue estando en el centro de la escena son la lucha de los jubilados y las luchas salariales, que están empezando a radicalizarse ante la caída de las condiciones laborales y de vida de gran parte de la población, con despidos, cierre de fábricas y la tentativa de imponer nuevos sistemas de trabajo. Esto, a pesar de la borrada de la burocracia sindical de la CGT y las CTAs, que están buscando un nuevo líder para el alicaído PJ.

Este escenario es el que preocupa a la burguesía y al imperialismo, que ven un gobierno que no logra estabilizar la superestructura política, en medio de una crisis mundial que tiende a agudizarse. Los millones de dólares del FMI no son garantía aun de que Argentina no vaya a ingresar en una crisis que pueda desestabilizar la región.

Algunos analistas advierten que se está produciendo una desconexión de la política con las masas. Anteriormente, esa “desconexión” se expresó en el voto a un “outsider” como Milei, pero ahora ya no se podría expresar en variantes electorales, sino que se estaría perdiendo esa forma de contención que tienen los mecanismos democráticos y sus partidos patronales para canalizar las demandas generales de la población, abriendo un escenario incierto e inestable de fenómenos de lucha de clases que no puedan controlar ni desviar.

Para los revolucionarios, las elecciones burguesas son un escenario secundario pero importante para propagandizar nuestro programa y las tareas para enfrentar a los gobiernos de turno. Por eso, lo primero que debemos decir es que en las elecciones de CABA no hay que votar a partidos burgueses que defienden los grandes intereses de la burguesía extranjera y nacional y jamás van a ser aliados de nuestra clase. Ellos son los que atacan a la izquierda, impulsando los juicios al Polo Obrero o a Vanina Biasi y a Alejandro Bodart por denunciar el genocidio palestino, por nombrar sólo los más recientes. Por eso, no son opción ni Santoro, ni Lospennato, ni Adorni, ya que expresan a distintas fracciones de una misma clase enemiga.

En estas elecciones de CABA, desde la COR llamamos a votar en blanco o a no ir a votar, ya que las variantes de izquierda que se presentan, como el FITU y Nuevo Mas, tienen una posición errónea de conciliación de clase en su relación con los requechos del peronismo. No hay independencia de clase si en las últimas elecciones a presidente un sector del FITU llamó a votar a Massa, ni si el 24 de marzo un sector del FITU marchó con el PJ y la burocracia, ni si en el parlamento nacional se hacen “acuerdos técnicos” y se forman interbloques con Unión por la Patria, ni si se defiende a dirigentes burgueses, como hizo el NMas con Cristina. Y la lista podría seguir.

Es urgente que rompan con esa política de conciliación de clase, apelamos a los cuadros de esos partidos para que den una pelea en sus organizaciones para frenar este giro, ante una situación mundial que exige la intervención del trotskismo, la corriente revolucionaria que tiene teoría y programa para intervenir en la actual etapa.

Tenemos que organizarnos y continuar la lucha en las calles y las estructuras laborales, para echar a Milei y enfrentar al imperialismo con los métodos de la clase obrera.

 

 

 

Por un plan de lucha de todo el transporte para romper el techo salarial. Por un salario básico de 2.500.000 de pesos.

Transcurrida la conciliación obligatoria amañada, que utilizó Fernández como excusa para no adherirse al paro de la CGT hace algunas semanas, la UTA tuvo que ratificar el paro nacional por la fuerza y presión de la base. Ya en acciones previas los choferes venían rechazando no sólo el techo salarial, sino incluso a la paupérrima contrapuesta de la UTA. El paro se desarrolló el día 6 de mayo con un éxito muy importante y alto acatamiento en colectivos de corta, media y larga distancia. Los intentos del gobierno nacional, junto al Grupo Dota y Metropol de quebrarlo, fracasaron.

La jornada tuvo a los sectores combativos movilizados, como los delegados y trabajadores de la línea 60, junto a otras líneas que realizaron cortes en Puente Saavedra, Puente Pueyrredón y otro corte en zona Oeste de la 440 y otras empresas. Exigieron una recomposición salarial de 2.5000.000 y un plenario de delgados de la UTA, que debe ser con mandato de asambleas, para resolver un plan de lucha y que no sea sólo un paro aislado.

Hace unos meses, vimos esto en los paros de conductores de locomotoras. Después de una "pose combativa", Maturano levantó toda medida sin asambleas, acordando la miseria salarial. Sasia, de la UF, directamente carnereó.

La realidad es la misma en todo el transporte y en todo el movimiento obrero. Sin embargo, las direcciones burocráticas de la CGT (que se guardó a cuarteles de invierno), la UTA, UF y LF, conscientemente dividen nuestras filas y realizan acciones aisladas en última instancia para dejar que pase el ajuste de Milei y las patronales.

Discutamos la perspectiva de un plan de lucha unificado de todo el transporte. Es necesaria la convocatoria a una reunión conjunta de los sectores de oposición del ferrocarril, en colectiveros, subte, entre otros, para iniciar una campaña en ese sentido. Impulsemos asambleas en el ferrocarril. Por la reapertura de paritarias urgente. 2.500.000 de salario básico inicial. Por un plan de lucha ferroviario en unidad con todo el transporte. Por un paro general activo de 36hs de la CGT con movilización, en el camino de la huelga general hasta derrotar a Milei, el fondo monetario y su ajuste.

 

 

 

 

 

Viernes, 02 Mayo 2025 22:24

El Impreso #92 edición especial

Descarga El Impreso #92 edición especial 1º de mayo.

 

¡Levantamos la bandera internacionalista de la clase obrera revolucionaria!

Por la unidad internacionalista de los trabajadores en contra del imperialismo y su política guerrerista.

¡Por la derrota del enclave de Israel y el triunfo de la resistencia Palestina!

¡Abajo Milei! ¡Fuera el FMI!

¡Viva la lucha de la clase obrera mundial! ¡Viva la IV Internacional!

 

Vení al acto de nuestra corriente.

 

Ante la crisis capitalista y las políticas guerreristas

En el mundo se sigue desarrollando una etapa que hemos denominado de descomposición del imperialismo y procesos de asimilación de los ex Estados obreros.

Estados Unidos ha lanzado una guerra arancelaria como respuesta decadente de un imperialismo en crisis, que no logró estabilizar su hegemonía con las instituciones creadas en la posguerra, ni pudo asimilar a los ex Estados obreros al sistema de Estados capitalistas (lo cual implicaría la destrucción de sus fuerzas productivas, el desmembramiento territorial y la recomposición del imperio de la ley del valor reemplazando la centralización burocrática estatal por el sistema de monopolios, convirtiéndolos en semicolonias). Esto llevó a que todas las contradicciones del sistema, en crisis, hicieran eclosión en el corazón mismo de los Estados Unidos. Estamos en presencia de una política muy aventurera y delirante de ruptura del equilibrio inestable de posguerra. Es decir, que estamos presenciando una transición a una nueva reconfiguración de los equilibrios en un momento agudo de la crisis capitalista.

La economía mundial se encamina a una recesión con elementos de depresión, con crisis de deuda en las semicolonias y procesos inflacionarios en gran parte del planeta. El sistema capitalista expresa una crisis histórica en su organización de las relaciones sociales de producción y sus formas de dominación. Ha entrado en una contradicción explosiva, ya que no logra que la relación capital-trabajo sea contenida en las instituciones creadas para su dominación y no ha podido encontrar en el proceso histórico su reemplazo por otra forma de dominación estatal burguesa.

En este contexto internacional, los trabajadores de EE. UU. tienen la palabra. Deben enfrentar a Trump y sus aliados, recuperar los sindicatos de manos de la burocracia sindical y la aristocracia obrera históricamente ligada al Partido Demócrata y ganar sectores del proletariado para una política internacionalista y de unidad de ramas productivas en los distintos países donde ha penetrado el capital imperialista.

Ante la debacle del Reino Unido, la Unión Europea y el Estado de bienestar, que sólo tienen para ofrecer preparativos de guerra. La respuesta obrera debe ser abrir procesos revolucionarios que enfrenten a los gobiernos imperialistas que nos pusieron en esta situación.

Tenemos que frenar las políticas guerreristas del imperialismo en todo el mundo: para que en Medio Oriente triunfe la resistencia palestina y destruya al enclave israelí y todas las direcciones contrarrevolucionarias; para que el proletariado ucraniano y ruso enfrenten a sus gobiernos y desarrollen una guerra revolucionaria para derrotar el proceso de asimilación en curso; para que el proletariado chino sea parte de las luchas del proletariado mundial y enfrente el proceso de asimilación del ex Estado obrero.

Los trabajadores de todo el mundo debemos enfrentar esta situación histórica a nivel mundial con la fuerza de nuestra clase para destruir este sistema capitalista que sólo nos garantiza superexplotación y una vida miserable. A su vez, debemos combatir toda noción de conciliación de clases en nombre de “frentes antifascistas” para frenar a una supuesta “ultraderecha” y que llevan a defender la democracia burguesa detrás de variantes “progre” como Bernie Sanders, el Parti de Gauche, en los países imperialistas, o en sus formas semicoloniales al estilo del PT brasilero, el FA chileno, o las coaliciones peronistas en Argentina. Las corrientes trotskistas deben pelear por la independencia de clase y no recrear de forma degradada la táctica de Frente Único con partidos que no tienen ninguna base obrera y sólo llevan a confiar las instituciones burguesas.

Este 1º de mayo reafirmamos nuestra historia como clase y levantamos con firmeza las banderas de la Comuna de París, de la Revolución Rusa, de los mártires de Chicago y de los dirigentes obreros que murieron o fueron asesinados enfrentando a este sistema. Por eso, a 139 años de aquel 1° de mayo en el que la burguesía norteamericana asesinaba a los mártires de Chicago, es central retomar las tareas de los revolucionarios en la pelea contra el capitalismo y sus instituciones, especialmente los Estados nacionales. Luchamos por la destrucción del Estado burgués y nos apoyamos en la experiencia de la Revolución Rusa y su sistema soviético para seguir ese camino de lucha.

Para que se desarrolle el internacionalismo es de primer orden la reconstrucción de la IV Internacional, para dotar de una dirección revolucionario a este proceso histórico, para regenerar una vanguardia obrera que pueda dar una perspectiva marxista al proletariado mundial. Creemos que como primera tarea en esa dirección debemos llamar a una Conferencia internacional de las corrientes trotskistas que aun reivindican la dictadura del proletariado para discutir las tareas ante la situación mundial.

Para los trabajadores argentinos, la tarea es tirar de forma revolucionaria a Milei, romper el pacto con el FMI y el imperialismo norteamericano. Y que esto aporte para comenzar un proceso antimperialista en América Latina que barra con los gobiernos bonapartistas sui generis y abra camino, mediante la revolución obrera y socialista, a la Federación de Repúblicas Socialistas de América.

Por la unidad internacionalista de los trabajadores en contra del imperialismo y su política guerrerista.

¡Por la derrota del enclave de Israel y el triunfo de la resistencia Palestina!

¡Abajo Milei! ¡Fuera el FMI!

¡Viva la lucha de la clase obrera mundial! ¡Viva la IV Internacional!

 

 

Jueves, 17 Abril 2025 19:53

Milei al (des)gobierno, el FMI al poder


El acuerdo con el Fondo Monetario Internacional vino a salvar la economía argentina de un estallido que hubiera generado una crisis mayor en la región, en medio de la pelea de EE.UU. por los aranceles y la definición del realineamiento de los países latinoamericanos con ellos o China. Pero el salvataje del Fondo es, centralmente, el salvataje de los grandes capitales extranjeros que podían perder ante un inminente default de deuda.
Lo que primero debemos aclarar es que no se acabó el cepo, se flexibilizó, ya que aún existen restricciones para que las grandes empresas saquen los dólares del país, pero también continúa el carry trade. La banda de flotación del dólar es una devaluación y no, como dicen, una flotación. Es decir, intentan contener la devaluación en un rango del 30% y ahí se empieza a ver la puja entre los distintos sectores capitalistas extranjeros y nacionales a ver quién gana más en esta pelea. Hay que agregar que todo el arco opositor sostuvo la misma línea devaluatoria del FMI con el argumento del atraso cambiario, incluso la burocracia sindical lo tomó como programa para bancar al sector exportador contra el importador. Es decir, todos entraron en una pelea burguesa que le hizo el juego al imperialismo y son cómplices de la destrucción del salario. Obviamente, los que siempre perdemos somos nosotros, los trabajadores, y nuestras condiciones de vida. Por eso, ante esta devaluación debemos plantear la reapertura de las paritarias.
El plan económico de Milei fracasó y tuvo que salvarlo el FMI, otra institución que no puede mostrar un plan que haya funcionado en su historia. Aunque hagamos muchos análisis de la coyuntura internacional y nacional para aproximarnos a una caracterización del momento, lo más importante es debatir qué herramientas tenemos para enfrentarlos y cuáles son nuestros aliados y nuestros enemigos.
Es evidente que hay una desorganización de la economía, lo cual es una característica del sistema capitalista, que es anárquico. Ante este escenario se nos plantea la tarea organizar la economía sobre nuevas bases sociales. Es central que retomemos el Programa de Transición para mostrar la potencialidad del poder estatal proletario, que limita de forma consciente y despiadada el derecho de los capitalistas a disponer sus bienes y el afán de lucro capitalista. Es falso que sólo existen dos Estados, uno presente y otro ausente, como pretenden hacernos creer las distintas fracciones burguesas y pequeñoburguesas. Nosotros peleamos por la destrucción del Estado burgués y, en la transición hacia el establecimiento de la dictadura del proletariado, por la injerencia del Estado obrero en la sociedad capitalista. Esta es una lección que dejó la generalización de la experiencia de la Revolución Rusa, que sofisticó la transición a la revolución obrera y socialista y sus tareas programáticas. Es el programa que se contiene en el control obrero de las ramas de la economía contra la desorganización, la escala móvil de horas de trabajo y salarios, como el sistema de trabajo de una futura sociedad socialista, el monopolio del comercio exterior como forma de enfrentar al monopolio capitalista. Estas son herramientas programáticas que nos permiten plantear una salida revolucionaria a la crisis y no las salidas estatistas y redistribucionistas que nos plantean distintas direcciones.
Es muy importante organizarnos en plenarios de delegados opositores con mandato de base, para un gran Congreso de delegados de base de ocupados y desocupados para derrotar a la burocracia sindical, que otra vez nos lleva a “defender la industria nacional” y a la reconstrucción del PJ, detrás de Kicillof y un sector patronal.
Nuestra tarea es pelear por ser la dirección revolucionaria de los procesos de la lucha de clase que se están desarrollando en nuestro país y en el mundo. Esto no pasa por una sumatoria o combinación de movimientos y sujetos, fórmula según la cual “el movimiento lo es todo y el partido pone la táctica”. Nosotros debemos desarrollar una vanguardia consciente organizada en partido revolucionario, es decir, formar la fracción comunista del movimiento obrero.
Hoy, ante la crisis mundial, la descomposición del imperialismo, los procesos de asimilación de los ex Estados obreros, un escenario de guerras y rearme militar de los Estados imperialistas, la respuesta de nuestra clase debe ser internacional, organizada en la IV Internacional reconstruida y sus secciones nacionales.

 

La suba de aranceles por parte de Trump del llamado - por él mismo- “Liberation Day” provocó una estrepitosa caída de las bolsas del mundo y del barril de petróleo, que luego se revirtió con la suspensión de las tasas por 90 días. Sin embargo, el aumento al 125% a China y el contrataque asiático con un 84% de aranceles a las importaciones de origen norteamericano, profundiza la inestabilidad del escenario mundial y da lugar al desarrollo de nuevas y fuertes turbulencias. La intentona de Trump, bautizada por los economistas de "experimento extremo" sacudió la economía mundial antes de poder implementarse, con pérdidas de billones de dólares y abre un escenario de mediano plazo de crisis políticas en las principales potencias.

Porqué esta crisis es diferente a la del 2008

El 2008 estuvo cruzado por el colapso del mercado inmobiliario yanqui y el estallido de las subprime. Lo que caracterizó el período fueron los fabulosos rescates a las burguesías financieras que llevaron adelante los estados imperialistas. Esto, al tiempo después, generó un fuerte proceso de crisis políticas y lucha de clases fundamentalmente en Europa, producto de la aceleración de la destrucción del viejo Estado de bienestar.

La economía mundial nunca se recuperó del todo, y sobre este proceso se añadió la recesión brutal del 2020 con la pandemia.

Ante la crisis bursátil de estos días, economistas cercanos a Trump salieron rápidamente a decir que el desastre bursátil no tiene nada que ver con el 2008 porque no se trata de una crisis sino de “una negociación gigante” (Akshat Shrivastava, 2025). Si bien es correcto, y es la idea de Trump forzar una negociación mundial para reorganizar la producción a escala global en función de una nueva división del trabajo, se produjo una especie de crisis autoinflingida porque a) la descomposición capitalista impide una relocalización ordenada de capitales; b) viene de varias crisis acumuladas una sobre otra como la del 2008 y la del 2020; c) los países en vías de asimilación constituyen un verdadero obstáculo para dicha relocalización. Por ejemplo, Howard Lutnick, el secretario de comercio de Trump justificó la imposición de aranceles masivos (incluso a islas deshabitadas) para evitar triangulaciones. Pero lo que deja en evidencia es que, justamente, son las semicolonias que tienen porcentajes de aranceles menores (10%) las que podrían ser utilizadas por China para hacer todo tipo de triangulaciones, por lo que deberá buscar salidas más políticas que comerciales. El hecho de que Rusia no esté en la lista significa que habrá una negociación aparte.

El 2008 puso en evidencia una crisis de valorización del capital, relacionada a las burbujas sobre ramas poco ligadas a la producción y el rol de los estados imperialistas que buscaron evitar la necesaria destrucción de capitales que debería realmente sentar las bases de las nuevas relaciones entre clases, sectores de clases y estados.  Esto es en definitiva el principal aliciente de las tendencias guerreristas que se vienen desarrollando. El plan aventurero de Trump busca abiertamente enfrentar las crisis del equilibrio de posguerra "organizando" esa destrucción a partir del peso (económico y político-militar) del imperialismo norteamericano. Pretende reconfigurar los monopolios para sus objetivos imperialistas, cuestión que se complica por la transnacionalización del capital

Otro de los problemas más importantes es que a diferencia del 2008, la política de Trump le complica el frente interno ya que afecta a un sector importante de la pequeña burguesía norteamericana, debilitando su base social. En cuanto al proletariado, el gobierno intenta desarrollar una especie de competencia ridícula basada en una clase obrera blanca que es más cara que la china pero “mejor”, cuestión que hasta ahora no ha sido demostrada y que, en realidad, esconde el verdadero interés por atacar sus conquistas.

La burguesía ensambladora

A las lágrimas vertidas por la burguesía norteamericana por un pasado industrial que ya no volverá, se suma una de las actividades favoritas de los yanquis: hallar el enemigo externo para echarle la culpa de todos sus males, en este caso, China. Peter Navarro, uno de los entusiastas cruzados de la epopeya MAGA, acusando burlonamente a Musk de “ensamblador”, oscila del enfrentamiento a la emulación, envidiando la productividad china en base a la superexplotación de los trabajadores, y soñando con el abaratamiento de la mano de obra norteamericana.

Pero China tiene algo de lo cual que EEUU carece: una planificación, aunque burocrática, de la economía que le permite establecer sus propias reglas en cuanto a la productividad del trabajo. Por más que Trump y sus secuaces pretendan endurecer un bonapartismo implacable, y se pongan contentos porque los países “le besan el trasero”,  la ley del valor impera sobre sus aspiraciones y la decadencia imperialista conspira contra cualquier intento de desarrollo sostenido de fuerzas productivas.

Sin embargo, Trump hace el diagnóstico correcto al poner el foco en la esfera de la producción. Es que el 2008 les restregó en la cara las consecuencias de cierto parasitismo norteamericano sobre la especulación financiera y las high tech. Ahora intentan, desesperadamente, sentar las bases para una transformación importante en el escenario mundial, que, dada la enorme descomposición imperialista que viene marcando la etapa, acelerará los procesos de regionalización que ya veían desarrollándose, profundizará las tendencias guerreristas y generará todo tipo de crisis políticas en las cuales hay que ver cómo interviene la clase obrera internacional y sus organizaciones.

Los ex estados obreros en vías de asimilación

Como dijimos, los procesos complejos y catastróficos de asimilación de los ex estados obreros al sistema imperialista implican desequilibrios en la economía mundial y constituyen un gran escollo para las expectativas de propiciar una relocalización de capitales por parte de la administración Trump.

No se puede descartar, por tanto, que el desarrollo de los acontecimientos ponga en perspectiva la agudización de las guerras comerciales hacia tendencias belicistas de mayor envergadura.

Asistimos de esta manera a una ruptura categórica de los equilibrios inestables que fueron establecidos en la posguerra, y se abrirá un proceso turbulento donde se pondrán a prueba las formas de dominación imperialista fundamentalmente en la relación entre el estado y el capital

En líneas generales se abre una etapa de carácter histórico que recién comienza y no sabemos qué alcance puede llegar a tener, por lo que es importante tener en cuenta que no se puede poner un signo igual entre los tiempos económicos y los políticos, así como la capacidad de respuesta y organización de nuestra clase en general y la de los países en vías de asimilación en particular.

 

 

La movilización del 9 de abril en defensa de los jubilados y el paro del 10 demostraron que lo que comenzó como una resistencia en contra de la política del gobierno de sectores de vanguardia a las políticas de ajuste de Milei y sus aliados pasó a una nueva fase, donde se han incorporado grandes franjas de sectores del movimiento obrero industrial, de servicios y logística. Se ha abierto un gran debate en amplios sectores de masas, tanto entre los que pararon como entre algunos que no pudieron parar, sobre qué hacer con Milei. A un año y medio de gobierno, el presidente no puede mostrar ninguna mejora en las condiciones de vida y ahora prepara un nuevo ajuste vía devaluación, acuerdo con el fondo y una aceleración de la inflación. De hecho, el día después del paro se conoció el índice mensual de inflación de 3,7%, sin que se den aún la devaluación y el acuerdo, lo cual anticipa un escenario más agudo. Es sintomático que aun los escenarios de desvío como las elecciones no logran imponerse, como tampoco las opciones de frentes anti Milei que se intentaron en el acto del 24 de marzo, ni logran sacar los conflictos de las calles y los lugares de trabajo para llevarlos a las instituciones del régimen. En este escenario caótico, la situación mundial acelera la crisis económica y política de un gobierno que fracasó en sus políticas económicas y ahora debe recurrir al salvataje externo en un momento convulsionado por la guerra comercial.

Por eso, a pesar de la política de la burocracia sindical, que intentó con el paro dar una respuesta contenedora a los procesos agudos de lucha que se expresaban de forma condensada en la lucha de los jubilados los miércoles enfrentando la represión por el gobierno, no han podido cumplir con el objetivo. El paro aislado no va a poder frenar los ataques que se vienen y a la vez este paro se dio de forma preventiva, por lo tanto quedó demostrado que debe tener continuidad, ante el recrudecimiento de los ataques que se vienen a los salarios y nuestras condiciones de vida. La burocracia se borró de militar el paro y a pesar de eso se paró en las grandes fabricas automotrices, en las metalúrgicas, en los bancos, en los puertos y, centralmente, el paro se hizo en Vaca Muerta.

Esto muestra que las fuerzas para enfrentar y derrotar al gobierno de Milei están. Las relaciones de fuerza se miden en la producción, es ahí donde está la base de dominación de la burguesía y sus instituciones. De ahí el pánico del gobierno de Milei, que tuvo que salir a desmerecer la medida diciendo que el paro fue un fracaso pero después tuvo que reconocer todo lo que perdió el empresariado por el paro. La escuchamos a Bullrich diciendo que ya no hay más paros generales en el mundo, demostrando un temor visceral a los métodos de la clase obrera, que indefectiblemente van a volver a nivel mundial si la salida que pretenden dar el imperialismo y los países en proceso de asimilación como China son guerra y ataque a los trabajadores para pagar la crisis que no generamos.

Tenemos que impulsar un 1 de mayo internacionalista y combativo con actos y concentraciones en todas las provincias, donde se expresen los trabajadores que desde el primer día se enfrentaron al gobierno, los compañeros que se destacaron en la resistencia a este ajuste y los trabajadores que luchan contra la burocracia sindical en sus fábricas y son referentes. Hagamos actos con independencia de clase, en los que se plantee la necesidad de impulsar una dirección revolucionaria que sea una dirección alternativa a los frentes anti Milei y las salidas electoralistas de una dirección contrarrevolucionaria como son el PJ y sus variantes.

Por eso, debemos redoblar la militancia en las estructuras para preparar las condiciones de imponer un nuevo paro general, la reapertura de las paritarias ante el inminente salto devaluatorio y votar delegados en las asambleas de los lugares de trabajo para llamar a un Congreso de delegados de base con mandato de ocupados y desocupados. En el camino de este Congreso impulsar plenarios de oposición sindicales por rama para organizar al activismo, no sólo en el plano sindical, sino apuntando a responder a la necesidad de la construcción de partido revolucionario como sección de la IV Internacional reconstruida.

● Abajo el protocolo de Bullrich. Es necesario discutir y organizar la autodefensa contra la represión del régimen cuando salimos a luchar.

● Por la disolución de la policía y de todo el aparato represivo.

● Abajo el plan motosierra y licuadora de Milei y sus aliados.

● No al pago de la deuda externa. ¡El FMI, afuera!

● ¡Abajo Milei! Derrotemos el ajuste del imperialismo, Milei y los gobernadores. Por un gobierno obrero.

● Por el triunfo de todas las luchas obreras. Impulsemos la solidaridad de clase en todos los lugares de trabajo.

● Por un Congreso de delegados de base con mandato de trabajadores ocupados y desocupados. Impongamos un plan de lucha a la CGT y CTAs con paros generales para preparar la Huelga General.

 

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