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REORGANIZAR A LAS CORRIENTES TROTSKISTAS QUE AUN REIVINDICAN LA DICTADURA DEL PROLETARIADO

La situación mundial nos encuentra a los trabajadores enfrentando las consecuencias de la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis económica, política y social.  Asistimos a procesos inflacionarios a nivel mundial y un aumento en los alimentos y la energía producto de la guerra y las sanciones económicas impulsadas por el imperialismo contra la Rusia de Putin. Esto se combina con crisis de deuda en los países semicoloniales y ataques sobre el movimiento obrero. Todos estos factores están golpeando de lleno en las condiciones de vida de nuestra clase.

El conflicto entre Rusia y Ucrania se desarrolla en medio de una descomposición del imperialismo y un proceso de asimilación de los ex Estados obreros. El imperialismo norteamericano intenta retomar la hegemonía mundial, mostrando a su paso su debilidad histórica, mientras que las burocracias al mando de los ex Estados obreros de Rusia y China intentan mantener el lugar conquistado dentro del sistema capitalista en crisis.

La denominada “Operación especial” del gobierno de Putin en contra de Ucrania ya lleva más de dos meses de invasión, tratando de imponer mediante la fuerza militar las condiciones de un nuevo statu quo en el escenario mundial, después de la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la URSS.

Mientras tanto, la OTAN utiliza este conflicto bélico para acelerar el proceso de asimilación de los ex Estados obreros, tratando de imponerles condiciones de carácter semicolonial. Por eso, en el territorio ucraniano se están definiendo procesos históricos inconclusos, en la necesidad de supervivencia del sistema capitalista.

Como no podía ser de otra manera, la asimilación de los ex Estados obreros se plantea en la arena mundial y no en las particularidades de cada país.  Por eso sostenemos la unidad revolucionaria del proletariado ucraniano y ruso en contra de sus gobiernos actuales, contra esta guerra que no defiende ninguno de nuestros intereses como clase.

Para que se desarrolle el internacionalismo es de primer orden la reconstrucción de la IV Internacional, para dotar de una dirección revolucionaria a las masas obreras que atraviesan este proceso histórico, para regenerar una vanguardia obrera que pueda dar una perspectiva marxista al proletariado mundial.

Llamamos a una Conferencia Internacional a las corrientes trotskistas que aun reivindiquen la dictadura del proletariado, sosteniendo que las tácticas para intentar saldar la crisis de dirección revolucionaria deben ser internacionalistas siempre, ya que inclusive en la intervención de nuestras corrientes en cada país, se debe partir, en un máximo esfuerzo, del apoyo y desarrollo de nuestras tareas centrales, orientadas a impulsar el despertar de la revolución en todos los países. Esa es la mecánica para no caer en particularismos y adaptaciones a las instituciones burguesas.

La necesidad de concretar esta Conferencia Internacional es para abrir un debate al interior de las organizaciones trotskistas, sobre la importancia de la construcción del partido mundial y sus secciones nacionales en un momento donde priman las ideas de movimientos o coaliciones electorales, que luego entran en crisis, como vemos por ejemplo con el PSOL de Brasil y su apoyo a Lula o el NPA de Francia y su campaña en común con Francia Insumisa de Melenchón.

Abrir este debate a la militancia y a los compañeros que influenciamos permitirá poder intervenir en este escenario mundial, desde una perspectiva marxista.

Por la unidad internacionalista de los trabajadores en contra del imperialismo y la OTAN. ¡Por la expulsión de las tropas rusas de Ucrania!

 

COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina

 

El paro docente en CABA contra la reforma del Estatuto, impulsada de forma unilateral por el gobierno de Rodríguez Larreta, tuvo altísima adhesión en las escuelas. Las medidas de lucha contra esta reforma laboral vienen siendo militadas por el activismo de Ademys, que obligó a UTE a poner su tregua con Cambiemos en suspenso y adherir a la medida de fuerza ante el rechazo masivo que genera en la base este ataque, que incluyó la represión a trabajadores y estudiantes mientras se aprobaba en la legislatura porteña.

Sin embargo, de parte de la conducción celeste de CTERA sólo recibió como apoyo un tibio comunicado. La ofensiva sobre las condiciones de trabajo de parte de los gobiernos del Frente de Todos, como de los gobiernos de la oposición burguesa, tiene un marco común: los acuerdos en el Consejo Federal de Educación, los acuerdos de ajuste en la paritaria nacional docente, y la negociación inconsulta de un Convenio colectivo de trabajo docente, todas instancias en las cuales la conducción celeste de CTERA colabora activamente, sin mandato de base.

Esta colaboración de la Celeste nacional desde CTERA y las conducciones sindicales de base, con el ajuste que se pactó con el FMI, y la cristalización en nuevas normativas que imponen los gobiernos nacional y provinciales, están avasallando las condiciones de trabajo, de ingreso y estabilidad en el cargo, la jornada laboral (extensión e intensificación), la bimodalidad, y un largo etcétera. Al que ahora hay que agregar nuevos intentos de declarar a la educación servicio esencial, para eliminar el derecho de huelga docente. Medida que gobiernos “nacionales y populares” como Correa en Ecuador y Tabaré Vázquez en Uruguay, impusieron respectivamente para castigar a los docentes en lucha. Por entonces, en Mendoza Cornejo imponía el ítem Aula, y Alicia Kirchner en Santa Cruz imponía un puntaje adicional en el bono docente por asistencia perfecta. Por esa misma época, las huestes de funcionarios kirchneristas (ejemplo: en 2014, Mariotto, vicegobernador de Bs As) dieron impulso al mismo debate que hoy retoma Finocchiaro.

Hay interna en el FdT y en Cambiemos, pero hay absoluta unidad burguesa y conciliación de clases de la burocracia sindical docente en consolidar el desplome salarial, y hacer pasar la reforma educativa y laboral que exige cumplir con el pago de la deuda externa. Están aprovechando el enorme terreno cedido durante la cuarentena, la dispersión y atomización del activismo aislado en sus casas, al que se adaptó la oposición antiburocrática docente, y que hoy, vuelta a la presencialidad en peores condiciones, no ha sabido revertir, como lo demuestra el retroceso de la multicolor en SUTEBA.

Brutal desplome del salario docente y del presupuesto educativo

Preventivamente se adelantaron revisiones paritarias y negociaciones en diferentes ramas de la industria y los servicios, para contener el malestar frente a la aceleración inflacionaria y la caída en la pobreza de los asalariados ocupados. Pero en el caso de la paritaria nacional docente, CTERA ni siquiera ha formalizado el pedido de reapertura. En paralelo, se ha desplomado el gasto público destinado a educación. Trabajadores con salarios de indigencia, aulas sobresaturadas de estudiantes, en edificios inhabitables. Hablan de más horas y días de clase, hablan de prohibir los paros docentes, pero no pueden garantizar la presencialidad por falta de espacio físico, mobiliario e incluso de docentes (caso de Jujuy).

Nunca les interesó la educación, sólo les interesa mostrarse como los más eficaces en la reducción del déficit y el disciplinamiento de la clase trabajadora ante el verdadero gobierno del país: el FMI y los acreedores privados.

Enfrentar la paz social de CTERA con el acuerdo gobierno/FMI, es la tarea de la oposición antiburocrática en cada sindicato de base. Instamos a forjar una oposición sindical, con independencia de clase y arraigo en la base, que dispute la dirección de los trabajadores de la educación, enfrentando la colaboración de la burocracia con el ajuste y la reforma educativa y laboral en curso.

Organicemos un congreso nacional de listas y agrupaciones antiburocráticas, para debatir fraternalmente un balance de las experiencias de las multicolores en los años recientes. Un balance que podamos discutir de cara a la base mediante boletines con libertad de tendencia, y plenarios de delegados escolares, y orientar la reorganización de la oposición a la Celeste a nivel nacional. Un congreso donde debatir un programa que arme para retomar el camino de lucha contra el ataque patronal en curso, y recuperar los sindicatos como parte de un nuevo ascenso en la lucha de las y los trabajadores de la educación.

 

Mientras a nivel internacional la crisis económica recrudece y la guerra en Ucrania y las políticas del imperialismo con las líneas de bloqueo económico hacen que se eleven mundialmente los precios de la energía y los alimentos, las condiciones de vida de la clase trabajadora se vuelven cada vez mas difíciles. Es que el plan de la burguesía imperialista es descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, por ello  intentan acabar con conquistas históricas, imponiendo nuevas leyes a favor de las patronales y triturando el salario obrero con políticas como la inflación y las devaluaciones. En Argentina, el acuerdo del gobierno con el FMI va a profundizar estas políticas.
La rama de la Industria de la alimentación es una de las mas favorecidas en la coyuntura, y desde el inicio de la crisis del Covid. Mientras, los salarios de los trabajadores alimenticios han venido decreciendo a ritmos agigantados si los comparamos con el costo de vida y sobre todo con las superganancias patronales. Durante la pandemia, los trabajadores debimos enfrentar las malas condiciones de seguridad e higiene con medidas de fuerza que fueron respondidas con represión y persecución de delegados como fue el caso de Bagley Córdoba, o luchas duras en ramas afines como la de la carne, mientras las patronales la levantaban en pala en plena cuarentena. Hoy, el puñado de empresas que monopolizan la rama, como Unilver, Mondelez, Bimbo, junto a la “nacional” ARCOR, siguen amasando fortunas.
La otra cara de la moneda es el nuevo acuerdo salarial miserable firmado el 5 de mayo por el reelecto secretario general de la Federación (FTIA), Héctor Morcillo. El acuerdo consiste en un aumento en 4 cómodas cuotas (a cobrarse en mayo, agosto, noviembre, febrero), las 2 primeras en negro, que suman un falso 59%, ya que no son acumulativas y la cuotificación reduce drásticamente el monto total del aumento. Se prometen 2 instancias de revisión, sabiendo de antemano que la inflación anual superará por mucho el 59%, y sin contar lo perdido los últimos años, que hace que el salario de las categorías iniciales esté muy por debajo de la canasta básica familiar. Después de bravuconear en los plenarios de delegados, amenazando con asambleas y paros de toda la Federación, Morcillo termina acatando el techo del 60% fijado por el gobierno y su ministro Moroni, sin consultar a ningún trabajador de la alimentación.
La burocracia de la Verde ademas viene dejando pasar los sistemáticos ataques de las patronales, que además de liquidar nuestros salarios haciendo que cada vez dependamos de una mayor explotación de nuestros cuerpos vía la necesidad de realizar horas extras, intentan avanzar sobre derechos adquiridos, sobre los esquemas de turnos y con nuevos métodos de contratación para precarizar las condiciones de trabajo. Es momento de poner un freno imponiendo los métodos de nuestra clase.

Rechacemos el acuerdo salarial, reapertura ya de la paritaria

Como primer medida, necesitamos hacer asambleas por sector de trabajo, por turno y por planta productiva, para rechazar este acuerdo miserable y deliberar sobre un pliego de reivindicaciones que contemple también las condiciones de trabajo y de higiene y seguridad. Hay que imponer la reapertura de la paritaria, pero sacando a Morcillo y a la Verde de la mesa de negociación, ¡ya demostraron que juegan para las alimenticias! Debemos imponer la elección de delegados paritarios en asamblea para conquistar un aumento salarial que iguale la canasta básica de bienes y servicios (hoy en $145.456 mensuales según ATE INDEC) y que contemple la indexación por inflación. También debemos llevar a la negociación todos los reclamos ligados a los ritmos de producción, turnos y condiciones de seguridad e higiene, para pelear nacionalmente por todas nuestras reivindicaciones. ¡Somos mucho más fuertes luchando todos unidos!
Retomemos la experiencia de lucha de los trabajadores del grupo ARCOR / Bagley en 2010, que se plantaron en las fábricas de Colonia Caroya y Bagley Córdoba, e innovando en los métodos del paro en Bagley Villa Mercedes. Así impusieron los veedores en las negociaciones, aunque la burocracia de la verde pudo recomponerse debido a que no se pudo organizar al calor de la lucha una Oposición Sindical Revolucionaria a nivel nacional dentro de la FTIA. Debemos retomar esa tarea, iniciando la pelea con el convencimiento de que si no salimos hoy a luchar, la próxima empezaremos de mucho más atrás. Por un paro nacional y un plan de lucha de toda la rama de la alimentación, que nos permita desde esa posición llamar a la unidad de todo el movimiento obrero a partir de un congreso nacional de delegados de base contra el plan del FMI que aplican Alberto y su gobierno, con la complicidad de los burócratas de la CGT y las CTAs. En la crisis, las patronales tienen claros sus objetivos: seguir haciendo fortunas a costa de nuestras condiciones de vida y trabajo. Tenemos que tenerlo en claro, son ellos o nosotros.

Por: Bancarios de la COR

El 4 de mayo La Bancaria terminó cerrando un acuerdo salarial con las cámaras de banqueros, luego de haber cumplido una jornada de paro nacional de 24hs. Como todos los años, la paritaria del sector financiero establece una referencia de negociación para el resto de los gremios, dando este año la pauta de alcanzar, hacia fin de año, un 60% en cómodas cuotas, cuando los analistas ya proyectan una inflación superior al 70%. Pero además del porcentaje de actualización salarial, siguen estando en juego las condiciones de trabajo, en el marco de las exigencias del FMI y las patronales. Analizaremos algunos puntos a continuación.

Lo perdido con la inflación

El secretario general, Sergio Palazzo, se jacta de “luchar por la dignidad” del empleado bancario, bregando por aumentos que “no pierdan contra la inflación”. El deterioro del poder adquisitivo del salario, de hecho, ha sido brutal en estos primeros meses del año. Las cuatro cuotas acordadas no contemplan retroactivos y se calculan sobre el salario de diciembre de 2021, con lo cual, no recuperamos lo perdido en los meses pasados. Si bien el acuerdo incluye cláusula de revisión en octubre y noviembre, seguimos corriendo detrás de la inflación. Es que esta revisión no es como la cláusula gatillo que prevé un retroactivo por los meses de inflación anteriores. Además, los aumentos generan mayores descuentos del impuesto a las ganancias, lo que seguirá haciendo estragos sobre nuestros salarios. La Bancaria parece haber abandonado el reclamo del no pago de este impuesto. Mientras tanto, los bancos siguen ganando y nunca dejan de ganar.

Una novedad es que se incluye un ítem que reconoce los gastos por conectividad de quienes hacen trabajo remoto, sin embargo, tampoco tiene un carácter de retroactividad, cuando llevando más de dos años sosteniendo el trabajo desde casa.

Un elemento progresivo del acuerdo es la extensión del adicional por guardería para los padres a partir de 2023 (desde 2012 se otorgaba solo a mujeres). Pero aquí hemos de señalar que, más que una innovación del gremio, se trata de una nueva legislación a nivel general.

Reforma laboral

Ya es sabido que las patronales aprovecharon la situación de la pandemia para imponer nuevas condiciones de trabajo, experimentar nuevas formas de aumentar la productividad, “reestructurar” el trabajo y despedir personal. Los bancos se pusieron a la vanguardia de esta línea capitalista y hubo en estos últimos 2 años una sangría de puestos de trabajo bancarios, incluyendo cierres de sucursales. La tercerización es cada vez mayor, principalmente en las áreas relacionadas a servicios informáticos. La respuesta del sindicato a esta situación ha sido enviar impotentes misivas al el Ministerio de Trabajo y hacer acciones aisladas que no han movido mucho el amperímetro de las patronales. Lo cierto es que hay cada vez menos trabajadores del sistema financiero encuadrados en la esfera de acción del sindicato, mientras las FinTech desarrollan su negocio con trabajadores que no tienen filiación gremial. Si bien recientemente se encuadró a los trabajadores del banco digital Openbank bajo convenio bancario, la gran mayoría de trabajadores de este sector está fuera de convenio.  La imposición del trabajo remoto por parte de la mayoría de las entidades se dio de forma unilateral, a la conveniencia de los banqueros, sin que los trabajadores pudiéramos discutir concienzudamente al interior del sindicato sobre los cambios en nuestras condiciones de trabajo inmediatas y, sobre todo, a futuro. Si no preparamos esta pelea desde ahora, organizados desde el sindicato, lo que hoy los bancos nos dicen que es un “beneficio”, mañana se puede transformar en un avance de las patronales sobre nuestras condiciones de contratación y, por qué no, de nuestras escalas salariales. La cuestión no pasa sobre si el avance tecnológico es una amenaza para los empleados, sino sobre quién impone las condiciones de trabajo y quién se beneficia con esos cambios. Por eso, más allá de las denuncias generales de la burocracia, es fundamental organizarse en la base para preparar las batallas que se vienen.  Por ahora, las patronales vienen a la ofensiva, imponiendo de hecho la reforma laboral que pide el FMI.

Palazzo, el diputado delfín de CFK

Ahora que el ala kirchnerista ha declarado abiertamente su enfrentamiento al presidente que “ellos pusieron”, los sindicalistas devenidos en diputados nacionales del FdT se alinearon con Cristina y decidieron (ahora sí) retomar las medidas de acción, luego de que bajaran las persianas en 2020 y dejaran pasar todo tipo de abusos por parte de las patronales en plena pandemia. En este marco, el paro nacional bancario del 28 de abril mostró claramente las intenciones políticas de la burocracia. Eso sin desmerecer la necesidad real de la medida y el enojo genuino que hay entre los trabajadores con las patronales y con la situación en general. No es un hecho menor que, a minutos de haberse realizado el anuncio del acuerdo, fuera CFK la primera en felicitar “al compañero Palazzo” por el logro. La burocracia sindical, totalmente dependiente del Estado, transforma a nuestros sindicatos en campo de las peleas burguesas, tomando de rehenes a sus trabajadores. Necesitamos un sindicato totalmente independiente de las patronales y del Estado burgués para encarar la lucha que tenemos por delante en este intento de los capitalistas de establecer un nuevo “pacto capital-trabajo” que les genere mejores condiciones de explotación. Y aquí vale hacer un llamado de atención: CFK imagina un desarrollo capitalista de Argentina tomando el ejemplo del “capitalismo chino”; pero el proceso de restauración del capitalismo en China se desarrolla con jornadas laborales de más de 12 horas, bajísimos salarios, ningún derecho sindical. El peronismo en su propia paradoja.

Los trabajadores no podemos permitir que se unan nuestras organizaciones a los intereses capitalistas. Desarrollemos una oposición sindical revolucionaria en bancarios, con todos los compañeros que vean la importancia de dar esta pelea por recuperar nuestros sindicatos.

En las elecciones del 11 de mayo de SUTEBA, llamamos a votar críticamente a la lista Multicolor.

El 11 de mayo en el sindicato docente que nuclea a los trabajadores de la provincia de Buenos Aires, SUTEBA, van a realizarse las elecciones para elegir una nueva conducción del sindicato. Se presentan tres listas provinciales: la Celeste, que conduce el gremio y está dirigida por Baradel, un burócrata aliado a la fracción de los K; la Azul y Blanca que responde al PCR, partido maoísta que convivió en alianza durante 8 años con las corrientes que se reivindican de izquierda en los SUTEBA multicolor y hoy se han ido a una frente con el gobierno de Alberto, y la lista multicolor, que es un frente de distintas agrupaciones de izquierda que dirige algunas seccionales, la más importante la de la Matanza,.

En un escenario mundial donde la pandemia y ahora la guerra en Ucrania aceleraron los procesos de la crisis iniciada allá por el 2008 y que aún se sigue desarrollando, los trabajadores estamos pagando las consecuencias en la pérdida de conquistas y la pauperización en nuestras condiciones de vida.

La crisis económica, política y social que vivimos en Argentina no escapa de ese escenario mundial, donde estamos sometidos a un brutal ajuste, un proceso inflacionario descontrolado y un acuerdo con el FMI que plantea mayor sumisión y dependencia al imperialismo.

En medio de esta situación, la Celeste, que dirige el sindicato y la CTERA, se borró en la pandemia, garantizó el ajuste mediante paritarias a la baja que hicieron perder mucho a nuestro salario. No movieron un dedo para impedir el acuerdo con el FMI y ahora nos quieren hacer intervenir en la pelea entre fracciones del gobierno, para apoyar al ala K contra los albertistas en una pelea por ver quién es más servil a los mandatos del imperialismo.

Por eso debemos recuperar nuestro sindicato, de estos agentes del gobierno, como Baradel, que no defiende nuestros intereses, sino que es el garante de las políticas de ajuste y reforma laboral (extensión de la jornada laboral, bimodalidad, programas precarizantes, etc.) de este gobierno. Somos conscientes de que las elecciones no son el único camino para recuperar nuestra herramienta de lucha, pero debemos intervenir en esos escenarios para consolidar minorías en los sindicatos, que impongan un programa de salida a la crisis y que obliguen a los burócratas a salir de sus sillones, impulsando paros, plenarios de delegados, movilizaciones que permitan desarrollar una dirección revolucionaria que recupere el sindicato para los trabajadores de la educación.

Llamamos a votar críticamente a la Lista Multicolor, porque consideramos que es una lista antiburocrática y combativa, en su mayoría, aunque en las listas también participa el MST, por el acuerdo que tienen a nivel nacional por el FITU, que es una corriente que no sostiene la independencia de clase, como lo demuestran sus acuerdos con alas de la burocracia en algunos gremios. Además, a diferencia de los últimos años, en estas elecciones la Multicolor no se presenta con la Azul y Blanca del PCR, que es una corriente que siempre apoyó a lo más rancio de la burguesía nacional.

Debemos recuperar el SUTEBA, para que los sindicatos sean independientes del Estado y sean organismos de lucha que permitan preparar las condiciones para derrotar a nuestros verdugos.

   

Por la unidad internacionalista de los trabajadores en contra del imperialismo y la OTAN. ¡Fuera las tropas rusas de Ucrania! 

Ese debe ser el grito de guerra de los trabajadores del todo el mundo en nuestro día. Debemos enfrentar esta situación histórica mundial con la fuerza de nuestra clase, para destruir este sistema capitalista que solo nos garantiza super explotación y una vida miserable.

En este día vuelven a flamear las banderas de la Comuna de París, de la Revolución Rusa, de los mártires de Chicago y de los dirigentes obreros que murieron o fueron asesinados enfrentando a este sistema capitalista. Por eso, a 136 años de aquel 1° de mayo en el que la burguesía norteamericana asesinó a los mártires de Chicago, debemos reafirmar las tareas de los revolucionarios en la pelea contra el capitalismo y sus instituciones. Luchamos por la destrucción del Estado burgués y nos apoyamos en la experiencia de la Revolución Rusa y su sistema soviético.

Este 1° de mayo nos encuentra a los trabajadores enfrentando las consecuencias de la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis económica, política y social.  Asistimos a procesos inflacionarios a nivel mundial y un aumento en los alimentos y la energía producto de la guerra y las sanciones económicas impulsadas por le imperialismo contra la Rusia de Putin. Todo esto golpea de lleno en las condiciones de vida de nuestra clase.

La denominada “Operación especial” del gobierno de Putin en contra de Ucrania ya lleva más de dos meses de invasión, tratando de imponer mediante la fuerza militar las condiciones de un nuevo statu quo en el escenario mundial, después de la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la URSS.

Mientras tanto la OTAN utiliza este conflicto bélico para acelerar el proceso de asimilación de los ex Estados obreros, tratando de imponer condiciones de semi colonia a éstos. Por eso, en el territorio ucraniano se están definiendo procesos históricos inconclusos, en la necesidad de supervivencia del sistema capitalista.

Inexorablemente la asimilación de los ex Estados obreros se iba a plantear en la arena mundial y no en las particularidades de cada país.  Por eso sostenemos la unidad revolucionaria del proletariado ucraniano y ruso en contra de sus gobiernos actuales, contra esta guerra que no defiende ninguno de nuestros intereses como clase.

En distintos lugares del planeta sectores de trabajadores han retomado los métodos de nuestra clase para enfrentar los procesos de la pandemia y el desarrollo de la guerra en Ucrania. Como sostenemos los marxistas, la unión creativa de lo consciente y lo inconsciente es lo que habitualmente llamamos inspiración. La revolución es la inspiración violenta de la historia.

Es en estos momentos en los que se torna primordial la intervención del proletariado como una clase internacional, para mostrar el poderío de una clase que puede enfrentar a sus Estados burgueses, transformar la guerra en Ucrania en guerra revolucionaria y detener el proceso de asimilación en los ex Estados obreros de forma revolucionaria.

Para que se desarrolle el internacionalismo es de primer orden la reconstrucción de la IV Internacional, para dotar de una dirección revolucionario a este proceso histórico, para regenerar una vanguardia obrera que pueda dar una perspectiva marxista al proletariado mundial. Creemos que como primera tarea en esa dirección debemos llamar a una Conferencia internacional de las corrientes trotskistas que aun reivindican la dictadura del proletariado para discutir las tareas ante la guerra en Ucrania y la crisis mundial.

Ante una dirección anárquica como es el sistema capitalista, que depende de sus Estados mayores armados para garantizar la reproducción del capital, nosotros peleamos por una dirección colectiva consciente, que prepare las etapas de la dictadura del proletariado, ya que el sistema actual engendra las condiciones materiales y las formas sociales para la reconstrucción económica de la sociedad.

 

COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina

Jueves, 07 Abril 2022 21:48

Revista Internacional de la TRCI

Ya está disponible para descargar en pdf la Revista Internacional de la TRCI #2. 

Jueves, 07 Abril 2022 21:13

EL IMPRESO #80

El acuerdo firmado por el Gobierno Nacional con el FMI significa una política de ajuste que busca la reducción del déficit fiscal y gasto público, sumado a las reformas laboral, educativa, jubilatoria, etc.  Para configurar una nueva relación capital –trabajo con el objetivo de extraer mayor plusvalía, lo que significa una mayor explotación de nuestra clase con la que se pagará dicho préstamo. En educación esto se traduce en un recorte del ya magro presupuesto educativo.

Las y los estudiantes venimos de un aumento en el boleto del colectivo, de la bandeja del comedor universitario, las condiciones de vida de la juventud cada día son más severas, a más de dos años del comienzo de la pandemia todavía no sabemos cuántos compañeras y compañeros han dejado de cursar definitivamente por la crisis económica. Las conducciones de los centros de estudiantes han sido garantes y cómplices de la pasividad que buscan imponer las autoridades hacia el interior del movimiento estudiantil. Actualmente en derecho tenemos más de 500 estudiantes en un limbo permanente porque peligra la continuidad de su carrera en pos del ajuste presupuestario. La academia burguesa es elitista y busca perpetuar la dominación de clase, su política de expulsión debe ser enfrentada con todas nuestras fuerzas, luchemos para abrir la universidad a la clase trabajadora, el triple turno de cursado, el boleto educativo gratuito, la comida accesible para todos son reivindicaciones urgentes.

 

ABAJO EL PLAZO DE EGRESO EN DERECHO

En la Facultad de Derecho se estableció un plazo límite de egreso para Marzo de 2023 para los estudiantes ingresados con el plan de estudios del 84/90 y, para quienes no logren terminar en ese tiempo, su cambio automático al plan 2017, lo que implicaría que se agreguen 22 materias más, entre otras cosas. Por su parte, el Centro de Estudiantes conducido por la Franja Morada (agrupación universitaria juvenil del rancio radicalismo) dijo desde un principio que la eliminación del plazo no era factible y ofrecieron una lista de propuestas a la medida de las autoridades como la extensión del plazo condicionado a la evaluación de una comisión con “criterios objetivos” de la situación de cada estudiante en particular y el diseño de un plan de trabajo sujeto a un seguimiento estricto, es decir, hay que informar si se desaprueba, si se aprueba, si se decide no rendir, etc… La FM conduce el centro de estudiantes desde 2020 sin llamar a elecciones con la excusa de la pandemia, tampoco convoca a asambleas.

En este marco, un sector de estudiantes nos venimos organizando para enfrentar esta avanzada. El día lunes 4 de abril, fecha en que se retoma el cursado presencial, se realizará una sentada en las puertas de la facultad para exigir la eliminación del plazo 2023. Esta acción debe ser el puntapié inicial de un plan de lucha en conjunto con docentes, no docentes y estudiantes de otras facultades que se proponga derrotar las políticas expulsivas de la academia burguesa.

 

RECUPEREMOS LOS CENTROS PARA LA LUCHA

Frente a este panorama de ajuste brutal en el cual avanza la expulsión, ¿Qué otras excusas pondrán para no hacer asambleas por curso y general? Debemos reorganizarnos, elegir delegados por curso que formen un cuerpo de delegados mandatados por sus compañeros y compañeras que se proponga luchar por la recuperación de los centros de estudiantes para enfrentar la miseria cotidiana que impone el FMI.  Hagamos asambleas en todas las facultades, paralicemos la UNCUYO, con tomas y cortes para que nadie se quede afuera.

Este 4 de abril se conmemoran 50 años del levantamiento obrero y popular, con rasgos de semi insurrección, que no solamente obligó a renunciar al ganso Gabrielli como gobernador interventor puesto por la dictadura de la “Revolución Argentina”. El Mendozazo hirió de muerte al plan de transición democrática, el Gran Acuerdo Nacional (GAN), que desde 1971 ideaba la cúpula de la dictadura en negociaciones con las facciones burguesas y sus partidos políticos nucleados en la Hora del Pueblo.

El Mendozazo de abril de 1972, y su coletazo en el interior provincial -el Malargüinazo de julio de 1972-, se inscribe dentro de la tendencia al ascenso obrero y popular de la lucha de clases con hechos fundamentales como el Cordobazo (1969) y el Viborazo (1971), y que sólo será derrotado a sangre y fuego por la última dictadura cívico militar de 1976 a 1983. 

La dictadura de la Revolución Argentina (1966-1973) encarnó la expresión estatal de una ofensiva burguesa que buscó disciplinar brutalmente a un movimiento obrero altamente sindicalizado, para recomponer la tasa de ganancia empresaria a fuerza de racionalización del trabajo y productividad. Los éxitos iniciales en esta ofensiva, capitaneada por Onganía, restringiendo las negociaciones salariales, atacando la centralidad sindical, promoviendo los sindicatos por empresas, persiguiendo y despidiendo al activismo más combativo, fueron desafiados desde sectores neurálgicos de la industria en nuestro país con el Cordobazo, y luego el Viborazo. El Mendozazo, expresó esta tendencia en amplios sectores de trabajadores agrícolas, de la industria, de servicios (luz y fuerza, telefónicos, ferroviarios, bancarios) y estatales (salud, administración, municipales, docentes), a la vanguardia de un levantamiento popular contra una política económica antiobrera y un régimen en crisis.

La ocupación de fábricas en alza, las huelgas y paros de planta, la renovación de las comisiones internas, el desarrollo de una vanguardia obrera que desafiaba la vieja guardia sindical peronista y colaboracionista, la radicalización de la juventud obrera y estudiantil, prepararon este ascenso obrero y popular que desafió los planes burgueses y puso contra las cuerdas a un régimen militar que nunca se pensó como transición, sino como un proyecto de reorganización profunda del sistema político argentino para un alineamiento más abierto con el capital imperialista.

El paro general del 4 de abril de 1972

El malestar social contra la política económica de la dictadura encuentra en el aumento de las tarifas de la luz un catalizador. Las movilizaciones de días previos, van caldeando la creciente protesta que ya se extendía en todas las actividades. La CGT convoca a un paro general y movilización para el martes 4 de abril, pese a la prohibición del gobierno. A la temprana represión contra los manifestantes, se responde con el levantamiento de barricadas, enfrentamientos callejeros en el centro de la ciudad, y el ataque a emblemas del capital imperialista (aseguradora Leng Robert, City Bank). La resistencia callejera convoca la adhesión de amplios sectores de la población que se movilizan espontáneamente al mediodía hacia el centro de la ciudad. La movilización se abre paso hacia la explanada de la Casa de Gobierno exigiendo no sólo la anulación del tarifazo sino también la renuncia del interventor puesto por la dictadura, Gabrielli.

Para el despeje de la explanada, la policía recibe el refuerzo de la Gendarmería y el Ejército, con un saldo de decenas de heridos y el asesinato en la represión de Ramón Quiroga, trabajador canillita de 39 años. La represión, fuerza a la dispersión hacia las barriadas de Las Heras y Guaymallén, adyacentes a la ciudad capital, donde se levantan barricadas para impedir el avance del ejército. La lucha sigue en las calles. A última hora del martes 4/4, el interventor Gabrielli comunica su renuncia, siendo reemplazado por el General Gómez Centurión. La CGT convoca a un paro para el 5/4 en repudio a la represión y por la muerte de Ramón Quiroga. La adhesión a la medida es total. La represión a los asistentes al sepelio de Quiroga, reaviva los enfrentamientos. La policía y la gendarmería encuentran resistencia en las barriadas de Las Heras, adyacente a la capital, con barricadas y hogueras que les impiden el control del territorio.

El accionar de las fuerzas de seguridad desplegado durante el Mendozazo, dio cuenta ya de la preparación del aparato represivo que se generalizará a partir de 1976. La inteligencia sobre las organizaciones sindicales, políticas y estudiantiles, la infiltración.

La magnitud del levantamiento impone un paro de hecho para jueves 6/4. Nuevas movilizaciones y enfrentamientos se producen. Entre ellos, la concentración para exigir la liberación de los cientos de detenidos en las jornadas previas. Una nueva jornada de paro de la CGT para el viernes 7/4 paraliza la provincia. Los escarceos siguen pese a las centenas de detenciones, nuevos heridos y muertos en el despliegue territorial de la represión. El presidente, General Lanusse anuncia la suspensión del aumento de las tarifas ese mismo viernes a la noche. Este retroceso en un aspecto parcial de la política de la dictadura tendrá su correlato más profundo en el abandono del proyecto inicial del Gran Acuerdo Nacional: transición a la institucionalidad democrática, con Lanusse como candidato dentro de un rehabilitado sistema de partidos.

La vigencia del Mendozazo

La memoria de este levantamiento obrero y popular que desafió a la dictadura aún atemoriza a la burguesía y sus marionetas en el gobierno de turno. Suárez y los representantes radicales y peronistas en la Legislatura provincial, fueron derrotados por un movimiento social que, remitiéndose a esta experiencia histórica, los obligó a derogar la modificación de la ley 7722.

La unidad burguesa garantiza el pacto de sumisión al FMI a costa de la pauperización masiva, mientras gobierno y burocracia preparan nuevos ataques a nuestras condiciones de vida y de trabajo para garantizar el pago de la deuda y la mejora de la tasa de ganancia en base a una intensificación de la explotación obrera.

Necesitamos debatir las lecciones de nuestra experiencia histórica. Reagrupar en cada lugar de trabajo, en cada rama de actividad, una minoría organizada que forje oposiciones sindicales revolucionarias. Sobre la base de la independencia de clase, discutir un plan de salida a la crisis en curso desde nuestros intereses. Las lecciones del Mendozazo nos remiten a la centralidad de nuestras organizaciones de masas, los sindicatos y centrales. La burocracia de entonces fue arrastrada a las medidas de fuerza por el empuje decidido de las bases que impusieron los llamados a la acción y los sacaron de sus cómodos sillones para marchar con los dirigentes a la cabeza, o con la cabeza de los dirigentes. Nuestra tarea es retomar esta perspectiva, preparando un congreso de delegados de base de la industria, servicios y estatales. Contra la política de miseria salarial, reforma laboral y deterioro de nuestras condiciones de vida por el efecto de la inflación, el tarifazo y el ajuste, centralicemos las fuerzas de nuestra clase hacia un paro general.

“¡Qué cagazo, qué cagazo: caminan por las calles los hijos del Mendozazo!”

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