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El 16 de diciembre cerró la revisión de la paritaria general de la administración pública nacional por el período Julio 2020/Junio 2021, que además se replica o marca la pauta para los convenios sectoriales de los organismos descentralizados. Luego del 7% que UPCN firmó en octubre, esta vez ambas burocracias acordaron una nueva pauta de 18% en 3 cómodas cuotas: 4% en febrero, 6% en marzo y 8% en mayo. A esto se suman la continuidad del bono de $4.000 otorgado a principios de año para salarios brutos inferiores a $60.000, un bonito de fin de año de $4.000 y el acuerdo de un “plan de regularización del empleo” para el pase a planta vía concursos (concursos 2.0) a lo largo del período 2021-2023, para supuestamente 29 o 30 mil trabajadores contratados, aunque el gobierno aclaró a los paritarios que sería 7.500 por año.
Estamos hablando de un aumento anual total de 25% en 4 cuotas no acumulativas, de las cuales 3 se otorgarán después de febrero, y contra una inflación acumulada interanual hasta noviembre de 35,8% según ATE-INDEC. La pauta es un recorte del salario real de más del 10%, lejos del “empate” que pretende vender la verde de ATE. Mientras, el gobierno miente diciendo que el 18% significa un aumento real para la 1º mitad de 2021, porque no cuenta todo lo que perdimos durante la cuarentena, menos lo perdido durante el macrismo y mucho menos la verdadera inflación 2021 que viene con tarifazos de todos los colores.
Con este acuerdo paritario, las burocracias sindicales de UPCN y ATE están avalando la política de ajuste que el gobierno impulsa en su negociación con el FMI, reflejada entre otras políticas en el presupuesto 2021 y la nueva reforma jubilatoria. La “convergencia fiscal” reclamada por los empresarios y el FMI se logra recortando los salarios para hacernos pagar la crisis y la pandemia a los trabajadores.
Desde 2006 que ATE no firmaba una paritaria y la explicación de “Cachorro” Godoy es simple: es necesario mantener el apoyo al Frente de Todos, esas son sus consideraciones políticas. Supuestamente, estaríamos ante la reversión de 4 años de ajuste… es una forma de intentar cubrir por izquierda lo que en realidad es la continuidad del mismo. El argumento de que hay que tener en cuenta el contexto de crisis internacional y pandemia, también agitado por la Verde y Blanca de Catalano (ATE Capital), es la contracara del apoyo que dieron UPCN y ATE a la gestión de la pandemia del gobierno de Alberto y Cristina, con sus rescates y subsidios a las patronales vía ATP, y sobre todo dejando pasar, junto con ATSA que encabeza el secretario general de la CGT Daer, el mantenimiento de condiciones laborales deplorables (salarios de miseria, pluriempleo, falta de EPPs, etc.) de los trabajadores de la salud a lo largo y ancho del país, por no hablar de la aplicación de la cuarentena y los protocolos para reprimir las luchas por salarios, condiciones de trabajo y contra despidos y suspensiones de los compañeros de UTA, Alimentación, UOM, frigoríficos, municipales, etc., a lo largo de todo 2020.
La zanahoria del acuerdo, no cabe duda, es el plan de regularización y la plataforma Concursar 2.0 del gobierno, que la verde y Andrés Rodríguez ponen en primer plano para acallar las críticas a la entrega salarial. Junto con la integración política al acuerdo con el FMI, este alineamiento con el gobierno pone de manifiesto el profundo nivel de estatización de los sindicatos de trabajadores estatales, detrás de banderas del tipo “ganar espacios” para la transformación del Estado. Y es que los tan relegados y necesarios pases a planta de los más de 60.000 compañeros contratados en el Estado Nacional van a ser puestos en un plan de concursos manejado por el propio gobierno, donde las burocracias sindicales tendrán participación, no sólo impidiendo el pase directo a partir del simple control de los propios trabajadores del sector del desempeño efectivo de tareas por más de 6 meses, sino permitiendo el intercambio de favores y las “listas” negociadas entre funcionarios y conducciones burocráticas. De esto se trata el “ganar espacios”. Si los concursos son parte de la formación de una burocracia estatal a partir de una jerarquía del saber que es la contracara de la igualación puramente formal de los “ciudadanos” en la democracia burguesa, estos concursos agregan en la descomposición de la burocracia una “jerarquía de la transa”, fuente de las prebendas con las que negocian y de las que viven las burocracias sindicales. De paso, la conducción de UPCN sigue corriendo con el “centauro” del comisario ya que tendría garantizada una nueva compulsa en mayoría a partir de aumentar el numero de “espacios” que responden a Rodríguez.

Rechacemos el acuerdo

Los estatales nacionales debemos impulsar asambleas en todos los lugares de trabajo, como las que se vienen impulsando en el INTA, en el Garrahan, en CONICET y tantas otras reparticiones, para rechazar este acuerdo de ajuste, parte del protocolo FMI. La bronca recorre los lugares de trabajo, no podemos cerrar 2020 dejando pasar todo lo que perdimos durante la cuarentena, debemos sentar las bases de la lucha por recuperarlo. Impulsemos un plenario nacional de delegados, que vote un plan de lucha para reabrir la paritaria y delegados paritarios elegidos por la base, ¡que los burócratas no negocien más por nosotros! Ante el visto bueno a la política del Estado frente a la pandemia de la burocracia sindical, tenemos que hacer nuestro propio balance: desde el punto de vista de los trabajadores fue un desastre, nosotros sufrimos el recorte salarial y pusimos los muertos en los lugares de trabajo, empezando por los hospitales. Votemos comisiones de seguridad e higiene para garantizar las medidas de protección necesarias para enfrentar la llamada “segunda ola”. Por el pase a planta directo de todos los precarizados, a partir del simple control de los compañeros de sector del cumplimiento efectivo de tareas, y el fin de las tercerizaciones en el Estado; reincorporación de todos los despedidos. Por un aumento que recupere lo perdido durante el macrismo y la cuarentena, salario inicial igual a la canasta básica calculada por ATE INDEC de $74.000, todos los bonos y sumas en negro al básico, no al presentismo y demás adicionales por productividad.
Debemos recuperar los sindicatos de los trabajadores estatales para ponerlos en función de la lucha. Por la independencia de los sindicatos del Estado. Abajo la ley de asociaciones profesionales y todas las reglamentaciones y acuerdos de la burocracia que nos atan a nuestros enemigos de clase.
Proponemos a las corrientes de oposición dentro de ATE decididas a enfrentar el pacto del gobierno, el FMI, la burocracia sindical y los empresarios, impulsar en conjunto un plenario nacional presencial de delegados de la oposición, con mandatos de base, para discutir como poner en pie una dirección alternativa que nos permita desarrollar la lucha, tirar abajo a Cachorro Godoy y el Tano Catalano, y echar a patas a todos los traidores de nuestro sindicato.

Jueves, 10 Diciembre 2020 19:51

XIV Congreso ordinario de la COR 2020

Los días 5 y 6 de diciembre realizamos el XIV Congreso de la COR en Buenos Aires con delegados de distintas regionales y delegaciones de la TRCI de COR Chile y LOI Brasil.

El Congreso fue presencial, ya que consideramos que era un deber de la organización poder debatir en medio de la pandemia las tareas de los revolucionarios y votar una nueva dirección. Fue importante poder reunir a los delegados de las regionales y las delegaciones internacionales para poder intercambiar las experiencias militantes durante la pandemia y debatir las tendencias a nivel internacional y nacional.

En todo el periodo de pandemia, logramos mantener las células funcionando, con reuniones presenciales en las regionales y reuniones virtuales nacionales, ante las restricciones. Eso nos permitió afianzar aún más la organización en la concepción de partido leninista de trabajo legal e ilegal. La realización del Congreso de forma presencial fue la conclusión lógica de nuestra política como partido.

Tanto en el plano internacional como nacional avanzamos en la necesidad de profundizar un debate sobre el balance de la pandemia y la crisis mundial en el sistema capitalista, lo que nosotros llamamos un ensayo general reaccionario.

Debate sobre el punto internacional

Hemos vivido en estos meses, producto de la pandemia, un proceso de masas a nivel mundial donde se vio de forma descarnada lo que es el sistema capitalista y sus formas de dominación. La aparición del virus aceleró las contradicciones de la crisis mundial y produjo un sinfín de crisis políticas en los distintos Estados y semi Estados. Se mostró el rol de los Estados para salvar sus sistemas de salud, a sus bancos y empresas, en detrimento de las condiciones de vida de millones de trabajadores.

Asistimos a un control estatal reaccionario en un momento histórico de decadencia de los Estados burgueses. Esa contradicción histórica temporal cruzó todo este periodo, el cual nosotros colocamos entre la descomposición imperialista y los procesos de asimilación de los ex Estados obreros.

Debatimos sobre los procesos de lucha de clases abiertos en estos meses y la acción de los trabajadores en los mismos. Sobre los conflictos en los ex Estados obreros como Bielorrusia, la crisis de la UE y, centralmente, el cambio de gobierno en la principal potencia imperialista, EEUU, con el recambio con Biden y cómo se va a reconfigurar el panorama internacional y la relación con China como eje central. También analizamos la perspectiva de que se abran crisis de deudas en distintos países, ante el exorbitante endeudamiento que provocaron las medidas excepcionales de la pandemia.

Analizamos la situación en Latinoamérica y los desvíos institucionales ante la irrupción de las masas, como en Chile, Perú, Ecuador y Venezuela, donde las sub burguesías intentaron institucionalizar los procesos radicalizado vía elecciones o constituyentes, como en Chile. Estos acontecimientos mostraron la debilidad de las corrientes revolucionarias para poder dirigir y a su vez dejaron en evidencia la adaptación del centrismo a las instituciones burguesas, con sus llamados a votar candidatos burgueses, como a Arce en Bolivia o Boulos en Brasil. También constatamos la aparición de una nueva generación de jóvenes en Latinoamérica y en gran parte en EEUU, que salen a pelear contra los distintos regímenes, sin grandes ataduras al pasado. Aun la clase obrera actúa de forma diluida en estos movimientos, pero es primordial para los revolucionarios hacer consciente esos procesos inconscientes.

Debate sobre el punto nacional

En el terreno nacional, reforzamos el planteo de avanzar en la lucha por recuperar lo que perdimos en la pandemia, ante el ataque brutal de nuestras condiciones laborales y de vida que hizo este gobierno en alianza con la oposición burguesa, los grandes empresarios y la burocracia sindical. Debemos organizarnos contra el ajuste y lo que denominamos “el protocolo FMI”, las directrices del Fondo para garantizar el pago de la deuda. Reforma previsional, laboral y tributaria, más una devaluación son parte del protocolo que quieren imponer. Definimos impulsar asambleas, reuniones y plenarios de base para imponer un paro general.

Algunas de las resoluciones

Votamos varias resoluciones en los puntos internacional y nacional y luego se votó una nueva dirección.

Resolvimos mejorar nuestro sistema de publicaciones y un plan de construcción de la COR para ganar a un sector que se destacó en la pandemia y enfrentó al estatismo reinante.

Reforzamos la tarea de impulsar una Conferencia latinoamericana y una Conferencia internacional con las corrientes que aun levanten la dictadura del proletariado y la reconstrucción de la IV Internacional.

El día 7 de diciembre hicimos una reunión de la TRCI, donde votamos sacar un boletín internacional online e impreso para el año que viene. Y preparar el II Congreso de la TRCI.

Martes, 01 Diciembre 2020 09:58

CTERA: cerrado a partir del 30/11

El último día de noviembre, la conducción de CTERA estampó su acuerdo con el techo salarial, reafirmando su rol garante del brutal ajuste que descarga Alberto y el conjunto de los gobernadores en pos de subsidiar a los empresarios, pagar la deuda externa y acordar con el FMI. De espaldas a los conflictos en las provincias, y abandonando a su suerte a la docencia que lidia con las condiciones impuestas para el cierre del año con una vuelta sin recursos ni condiciones a la presencialidad, la burocracia celeste de CTERA bajó la persiana hasta febrero. Serán felices vacaciones sólo para Alesso y Baradel.

 

210$ de material didáctico…

El monto por el ítem material didáctico, es insultante. Más aún si se considera que el 100% del gasto de conectividad que sostuvo la continuidad educativa en pandemia (en muchos casos, incluida la conectividad de los estudiantes), salió del bolsillo docente.

La paritaria nacional docente, vuelve a jugar el rol que tuvo bajo el gobierno del Cristina: imponer el techo paritario en las negociaciones provinciales. El acuerdo unánime firmado este 30/11, lleva de 25000 a 27500 el salario inicial docente de referencia, y extiende por 4 meses el pago de 1210 pesos mensuales de incentivo y 210 adicionales de material didáctico. Cifras congeladas desde el macrismo. La conducción de CTERA, sentencia así que los trabajadores nos resignemos a no ir por todo lo que perdimos en el período anterior, y carguemos, junto con los jubilados, el peso del recorte de partidas que comprometió el gobierno a los bonistas y al FMI.

 

Escuelas sin partido… docentes con tapabocas y mordaza

Acuña se embanderó en la campaña contra la militancia docente y ciertas ideologías en las escuelas, preparando el terreno para una nueva ofensiva sobre los institutos de formación docente en CABA. No es nuevo, ni exclusivo de Cambiemos, este recurso al macartismo en las escuelas como vía para perseguir al activismo docente y estudiantil. Precede, en todo el mundo, ataques estructurales que buscan introducir criterios de productividad, para atar la estabilidad docente a resultados, para limitar o eliminar la participación sindical en los mecanismos de ingreso y continuidad, y para introducir reformas educativas. En simultáneo, la corte suprema de Mendoza, convalidaba las ideologías religiosas y sus rituales en las escuelas públicas, buen refuerzo de las huestes macartistas.

Profundicemos el repudio a estas avanzadas reaccionarias, unificando la lucha a nivel nacional por tirar abajo toda la legislación vigente, y reforzada en la dictadura, que instituye el control estatal del accionar, la opinión y la organización docente y estudiantil en las escuelas.

 

Unanimidad sin mandato de base

Este acuerdo nacional, firmado por UNANIMIDAD, por paritarios de la burocracia sindical de todos los gremios, y por los representantes del gobierno nacional y las provincias, enmarca los términos de la vuelta a la presencialidad masiva para 2021. Y deja en claro el amplio consenso que une al oficialismo y la oposición patronal, junto con todo el arco de la burocracia sindical, respecto a la política educativa/salarial/previsional y presupuestaria a tono con los compromisos asumidos de ajuste del gasto público a costa de los trabajadores.

El problema no solo es salarial. La cuarentena y el ASPO se tradujo en una ofensiva sobre las condiciones de trabajo docente, la extensión e intensificación de la jornada laboral impuestas de hecho, y que varios gobiernos provinciales pretenden imponerla de derecho –bimodalidad-, cristalizando estas imposiciones en modificaciones de los estatutos del docente y en reformas de las leyes de educación provincial como en Mendoza, donde logró posponerse por la férrea resistencia de la docencia. La sobre carga laboral tuvo su contracara en la alta desocupación docente, ante la negativa a llamar a suplencias en todo el país, como denuncian actualmente los docentes de San Luis, pero que fue una lucha constante este año en varias provincias. Las conducciones celestes de los sindicatos docentes provinciales colaboran abiertamente en la implementación de las reformas laborales y educativas, y sin mandato alguno, avanzan en negociar modificaciones en las condiciones de ingreso/titularización y continuidad, como en Córdoba.

 

Poner en pie una oposición sindical con independencia de clase

Las multicolores que recuperaron seccionales y sindicatos en el período anterior, se vieron tensionadas en sus acuerdos endebles, con tendencias que se integraron al Frente de Todos, como el PCR. La imposición de la cuarentena, el cierre de escuelas y la imposición del trabajo a distancia a los docentes, fue una medida unilateral del Estado burgués para preservar su sistema sanitario del colapso. A esta imposición se adaptaron las multicolores igual que la celeste, y la volvieron su postura frente a la crisis sanitaria, delegando en el gobierno la gestión de la pandemia. Esta postura, llevada al extremo del cierre de los sindicatos, y la aceptación pasiva del decreto de Moroni que restringió hasta febrero del 2021 la actividad sindical de base, desarmó al activismo frente a la ofensiva en las condiciones de trabajo y el deterioro salarial. La carencia en los frentes multicolores, de un programa basado en la independencia de clase, los desarmó para intervenir en la crisis con métodos de la clase obrera, tomando lecciones incluso de las experiencias de la docencia en otros países que recurrió a la huelga para definir el cierre de las escuelas.

La experiencia de lucha de la docencia de Misiones, que paró y cortó las rutas para romper el acuerdo miserable de la celeste de UDPM con Herrera Ahuad, la fuerte agitación de la docencia en el NOA, junto a la extendida movilización de Chubut, y la resistencia mendocina a la reforma educativa de Suárez, fueron muestras de la disposición a la lucha de las bases. Faltó una oposición nacional dispuesta a arraigar en esos procesos, para disputar la dirección del conflicto a la celeste.

La perspectiva de la recuperación de los sindicatos de base y de la CTERA, que varios ya discuten, tiene que sacar lecciones de esta etapa. Instamos a las tendencias antiburocráticas a preparar un plenario nacional para debatir un programa de independencia de clase, que forje una oposición sindical con libertad de tendencias, dispuesta a unificar al activismo y a disputar las bases, con un plan de lucha que rompa el acuerdo de CTERA con Trotta, e imponga paritarios revocables, electos y mandatados por un congreso de delegados de base. Que unifique una postura, desde los intereses y métodos de los trabajadores, respecto a las condiciones para la presencialidad. Que ponga a las escuelas en pie de lucha, preparando un paro nacional educativo contra el ajuste y la precarización.

Solidaridad con los estudiantes reprimidos por el gobierno griego

Cada año en Grecia, el 17 de noviembre la juventud y los estudiantes del país salen a las calles para conmemorar la Revuelta de la Universidad Politécnica que en el año 1973 enfrentó a la junta militar que gobernaba el país. Este año, el gobierno de Nueva Democracia encabezado por Mitsotakis lanzó la prohibición de cualquier manifestación en el marco de la nueva cuarentena impuesta ante la llamada segunda ola de la pandemia. Como en todos los países, esta medida reaccionaria, lejos de proteger la salud del pueblo, sirve para defender los sistemas de salud de la burguesía del colapso, sistemas que vienen siendo desmontados por las políticas de ajuste aplicadas por el imperialismo frente a la crisis del 2008 e incluso antes. En el caso de Grecia, el ajuste fue impuesto por la Troika (UE, FMI, BCE) a través de una serie de memorandums, el último de los cuales fue garantizado por el gobierno de Syriza y Tsipras.
La verdadera cara de la cuarentena es la represión ejercida contra la juventud el pasado 17 de noviembre, con miles de policías en las calles de Atenas para garantizar el orden y la estabilidad de las instituciones del Estado frente a la crisis social y económica que golpean al país, y para frenar la movilización de la clase obrera, sobre todo de sus sectores juveniles, y del estudiantado. La represión de los policía no se limitó a la capital y se desató en todas las ciudades importantes. En Ioánina, al noroeste, los anti-motines atacaron a un grupo de estudiantes, con el saldo de varios heridos, 30 detenidos y 23 estudiantes procesados por diversos cargos, entre ellos varios militantes del OKDE (Organización de Comunistas Internacionalistas de Grecia).
Nos solidarizamos con los estudiantes y la juventud que en Grecia enfrentan las políticas antiobreras de la UE, el FMI y su propio gobierno frente a la crisis, medidas que pretenden imponer con la represión más cruda y brutal. Nos ponemos a disposición de los jóvenes y los compañeros del OKDE para impulsar una campaña internacional por el desprocesamiento de los 23 estudiantes de Ioánina. Bregamos por la unidad internacionalista de la vanguardia de la clase obrera en todo el mundo, a través de un debate sobre los métodos, el programa y la organización internacional que necesitamos, que para nosotros es la IV Internacional reconstruida, para que nuestra clase pueda imponer una salida obrera y revolucionaria a la crisis capitalista que atraviesa el mundo.

  • Abajo las medidas represivas del Estado griego y del gobierno de Mitsotakis
  • Desprocesamiento de los 23 estudiantes de Ioánina

TRCI – Tendencia por la Reconstrucción de la Cuarta Internacional

COR - Corriente Obrera Revolucionaria - Chile
LOI - Liga Operária Internacionalista - Brasil
COR - Corriente Obrera Revolucionaria - Argentina

Jueves, 19 Noviembre 2020 13:59

“Calibrar” el ajuste

Otra palabra más para el diccionario político de cómo decir ajuste, que se suma a “sintonía fina”, “sinceramiento”, “reforma permanente”, “reperfilar” y tantos otros. Ahora, “calibrar” significa: acomodar los engranajes de la economía y la política al protocolo del FMI de mayor ajuste y sumisión al capital extranjero.

Para eso reflotan viejas recetas, como un pacto social con los grandes empresarios y la burocracia sindical, para buscar contener los procesos de lucha de clase ante el ataque. Pero son pactos débiles ante el nivel de crisis, ya que es imposible unificar en el sistema capitalista, donde lo que prima es la competencia de capitales y alguno debe perder o ceder. Es un buen ejemplo la reciente ley votada de impuesto a las riquezas, donde se recauda para darle a YPF, de capital mixto, es decir, se redistribuyen las ganancias entre las fracciones capitalistas. Siempre es importante resaltar que los marxistas no luchamos por imponer impuestos, es un mecanismo de la economía burguesa para sostener a sus Estados. Nosotros combatimos el estatismo.

“Calibrar” apunta a la devaluación que se está produciendo, para que no ocurra de manera desordenada. Planean devaluar entre el 10 o 15%, como les pide el FMI. Ya están avisadas las grandes patronales, que después de especular con el dólar, porque son las que los tienen, se sentaron a negociar con el gobierno el rumbo económico. El poder es de los grandes empresarios y el capital financiero, el gobierno es el que administra sus intereses.

“Calibrar” es aumento de tarifas, eliminación del IFE y el ATP a las empresas, reducción de presupuesto a obras públicas, la baja los salarios de los jubilados con una nueva ley de movilidad jubilatoria, salarios de miseria para los trabajadores estatales, cuando la inflación está por arriba del 35%. Todas medidas que el macrismo festejaría de pie. Para los capitalistas, el ajuste es para que no pierdan, un festival de bonos a los grandes especuladores para dolarizar la deuda en pesos y de esta forma aumentar la deuda externa, para contener el tipo de cambio.

Todo milimétricamente pensado para convencer al FMI de que el gobierno de los Fernández es mejor garante que el anterior macrista. Por eso, tantas cartas de amor han aparecido en estos días, donde se dicen “no sos vos, soy yo”, “no, ambos tenemos la culpa” y tantas otras estupideces ante el fracaso de todas las fracciones burguesas que dirigieron el país durante años, lo que se expresa de forma más decadente ante la debacle por la crisis mundial y la aceleración de esta situación por la pandemia.

Por eso el desalojo en Guernica y en otras partes del país. Este 19 de noviembre hubo otro desalojo en el barrio estación Ferreyra de Córdoba con represión y detenidos. Todo esto para demostrar que defienden la propiedad privada, ante todo. El asesinato de Facundo Castro fue para mostrar el control e impunidad de las fuerzas represivas hacia la juventud. Es evidente el desprecio por las condiciones laborales de la gran mayoría de los trabajadores que tuvieron que salir a ganar el mango en medio de la pandemia.

Tenemos que enfrentar este ajuste porque vienen para pauperizar aún más nuestras condiciones de vida, con despidos, suspensiones, salarios a la baja, mayor ataque a los activistas y delegados combativos.

Debemos preparar las condiciones para un paro general, con asambleas de base, plenarios de delegados regionales, con mandato de base que se imponga a las burocracias sindicales, con los métodos de la clase, en la necesidad de enfrentar a este gobierno y el pacto con el FMI. Hay que paralizar el país, recuperar lo perdido en la pandemia, por la reapertura de las paritarias, y un programa obrero de salida a la crisis.

Con la presencia de diferentes listas antiburocráticas del ferrocarril, de delegados y agrupaciones combativas de trabajadores de zona norte, se realizó en la Estación Boulogne el acto en solidaridad con los ferroviarios de la Lista Roja atacados por la concesionaria Ferrovías.


Como denunciaron los compañeros de Lista Roja -Vanguardia Ferroviaria, convocantes del acto, las suspensiones son de 30 días al guardatrén Aranovich al borde del despido, de 15 días a Leiva y 5 a Ledesma ambos de Material Rodante. El contenido de las mismas es claramente persecutorio. Se los persigue por denunciar la falta de protocolos frente a la pandemia y por realizar actividad sindical dentro de la empresa en reclamo de paritarias y asamblea. Todas estas acciones de la patronal cuentan con la complicidad de la burocracia de la lista verde.

Los delegados de la verde y la cip intentan boicotear cualquier medida de lucha como paro, que se está debatiendo y es exigida por los mismos compañeros. En estos días se sucedieron asambleas en material rodante y movilización a RRHH y a la seccional en dos oportunidades por parte de compañeros del sector de guardas en rechazo a la persecución a estos compañeros.


Del acto, participaron delegaciones de compañeros del Roca, Mitre y Sarmiento. Tomaron la palabra compañeros y compañeras la Lista Naranja, la Lista Negra (Encuentro Ferroviario), Lista Gris, Causa Ferroviaria (tendencia) y la Bordó del Belgrano Norte. Hubo también intervenciones de delegados de la línea 60, delegados de Bimbo (San Fernando), de telefónicos de FOETRA, de Easy San Martin (SEC) y de la oposición docente de SUTEBA San Isidro y presencia de dirigentes de AGD-UBA, trabajadores del Conicet, repartidores de Apps en lucha, etc. Se leyeron también algunas adhesiones. Por parte de las organizaciones sindicales, sociales y políticas, estuvieron también presentes Jubilados Clasistas, la Corriente sindical 18 de diciembre,  el Polo Obrero (T) y los partidos PTS, Nuevo Mas, PO, IS, MST, PO (T) y la COR.


Se rechazó también la persecución a compañeros opositores de otros ramales como en el Roca con Augusto Dorado (Naranja), quien tomó la palabra, y Omar Merino (Causa Ferroviaria T).


Con estos ataques, la patronal y la burocracia buscan golpear a una lista opositora combativa, como la Lista Roja, que defiende un programa obrero en el ferrocarril. El “acuerdo social” que impulsa el gobierno y el FMI, que significa una mayor descarga de la crisis sobre nuestra clase, cuenta con la colaboración los burócratas como Sasia que viene de firmar 7% para todo el año, lo que ya genera cada vez más rechazo entre los trabajadores, y que fue respondido por una movilización a las puertas de la UF convocada por las listas de oposición, mientras continúan las acciones. También se expresa, en la firma de convenios flexibilizadores como denunciaron los compañeros del Belgrano Norte y el aumento de la tercerización en todos los ramales.


Como lo mencionaron varias agrupaciones ferroviarias y cerraban el acto los compañeros de la Lista Roja: “recogemos el guante, porque la tarea que tenemos por delante es la pelea por recuperar las seccionales, los sindicatos, los cuerpos de delegados, para que la crisis no la peguemos los trabajadores”.

Los sindicatos como herramientas de la clase trabajadora deben enfrentar a las patronales como Ferrovías, del Grupo Emepa, que nos sancionan a los trabajadores como si ellos mismos pudieran impartir justicia, cuando son parte constitutiva de una burguesía no monopolista, totalmente descompuesta, que viven de parasitar al semi Estado burgués. También enfrentar a las patronales como Trenes Argentinos. El control y la administración obrera del transporte son tareas que tenemos por delante en el enfrentamiento con nuestros enemigos de clase y en la lucha por imponer nuestro poder.

¡Basta de persecución a los luchadores en el Belgrano Norte y en todo el Ferrocarril! ¡Viva la lucha de los ferroviarios, contra el ajuste del gobierno, las patronales y el FMI! ¡Abajo la burocracia sindical!

Jueves, 29 Octubre 2020 11:43

Desalojo en Guernica

Desalojo en Guernica

Distanciamiento social

Otra vez, y seguimos sumando, el peronismo privilegió los intereses especulativos inmobiliarios a las necesidades de los trabajadores. En la madrugada de hoy un ejército de policías y gendarmes desalojó el predio de Guernica, reprimiendo a las familias y deteniendo a más de 40 compañeros.

Al comando de Berni, a las órdenes de Kicillof (que ahora no podrán decirle que es un dirigente estudiantil, ya que después de este desalojo se recibió de dirigente político) y supervisados por Alberto y Cristina, mostraron para qué clase gobiernan y en función de qué intereses defienden la propiedad privada de la tierra y la legalidad burguesa.

Antes del desalojo, en el Congreso, se votaba el presupuesto con rebajas en salud y educación, en consonancia con lo que plantea el FMI. Podríamos decir que ya está en marcha el acuerdo nacional al que llamaba Cristina en su carta. Toda la oposición burguesa festejó el desalojo, inclusive la iglesia, que, siendo los máximos usurpadores de tierra en la historia, ahora están en contra de las ocupaciones.

Pero no se va a poder frenar la bronca con represión, esto sólo es el comienzo de un proceso más álgido de lucha de clases. Así como el gobierno, la justicia, los empresarios, la oposición burguesa y la burocracia sindical tienen claro para qué clase gobiernan, debemos hacer consciente en el conjunto de los trabajadores la necesidad de la independencia de clase y de organizarnos para enfrentarlos.

Repudio al desalojo de Guernica.

Libertad a los detenidos.

Por un paro general para dar una salida obrera a la crisis.

 

Miércoles, 28 Octubre 2020 17:14

Braden y Perón

La única “certeza” que da la carta de la vicepresidenta para recordar a Néstor Kirchner a 10 años de su fallecimiento es que son una clase burguesa y pequeñoburguesa que fracasó en la dirección de un semi Estado burgués. Es la confirmación de una burguesía nacional sin rumbo histórico y, en su decadencia, sin objetivos claros. Ese sueño de desarrollar una burguesía nacional independiente del imperialismo para poder mejor negociar, como pregonaba Perón en el slogan de campaña en contra del embajador de EEUU en 1945, de apellido Braden, fracasó. Así como el mal recuerdo que dejaron con el gobierno de Menem, que de la revolución productiva y el salariazo pasaron a la contrarrevolución liberal; o cuando intentaron recrear una burguesía nacional post 2001. Todos esos procesos, sumando al radicalismo y el corto periodo de Macri, como señala la carta, fracasaron.

En su carta cree encontrar la génesis del problema, que sería el bimonetarismo, es decir, el peso como moneda para satisfacer las necesidades y el dólar como unidad de atesoramiento. Lamentamos informarle que la Argentina es una semi colonia inserta en un sistema de Estados mundial, donde el dinero internacional, después del pacto de Breton Woods, se basa en la paridad con el dólar. Con esto queremos decir que la supuesta particularidad argentina no es tal. Que la burguesía argentina y la pequeña burguesía acumulen y fuguen en dólares es la demostración de una clase que se negó a ser independiente y está sometida a los designios del imperialismo, por eso para los marxistas es una sub burguesía. Ahora, que en la carta pretenda igualar a la ínfima minoría de trabajadores que compran dólares con los grandes capitales es, como mínimo, un cinismo. Pero, viniendo de una corriente que pelea por la conciliación y niega la lucha de clases, es importante desenmascarar esa falacia y mostrar que en el fondo esa igualación muestra el contenido burgués de su argumento, ya que quieren hacer creer que trabajadores y patrones están en igualdad de condiciones: sería lo mismo 200 dólares que millones.

Llama a un gran acuerdo nacional para poder solucionar el problema del bimonetarismo, consciente del nivel de crisis política, social, económica y sanitaria por la que atraviesa la Argentina, pero no busca ese acuerdo por el problema de la moneda, sino para estar en mejores condiciones para negociar con el FMI y preparar el ajuste que se viene. Todo el arco burgués está temeroso de las consecuencias de la crisis, por eso se desesperan ante el ataque a la propiedad privada y por ver qué fracción pagará la crisis. Ante el fracaso, se bajan las banderas y se despliegan las banderas del FMI y sus recetas. Este es el penúltimo acto de renuncia en “función de la patria”: engañar a las masas antes de que sean las masas en lucha las que obliguen a utilizar otros mecanismos institucionales o de fuerza para enfrentar la crisis. Al no ser las masas las que están en escena, los mecanismos de desvío, como el pacto entre el MAS y la oposición burguesa en Bolivia después de la renuncia de Evo para llamar a elecciones, o el pacto en Chile entre Piñera y todo el arco opositor para el plebiscito y contener los proceso abiertos después del 18 de octubre, aún no están en agenda en la política argentina, pero no se descartan en caso de que fracasen estas ideas de acuerdo o pactos sociales. Es notable cómo se expresa la crisis de dirección revolucionaria: ya hay sectores intelectuales que han comenzado a teorizar cómo la lucha de clases puede tener una salida institucional y escriben sobre los procesos sobre Bolivia y Chile llegando a la conclusión de que la militancia existe, que la movilización da resultados, que la acción directa combinada con la participación electoral funciona como herramienta virtuosa de los sectores populares. Es la versión pequeñoburguesa de la lógica del centrismo trotskista de luche y vote.

 

Todo acuerdo o pacto social siempre será para atacar a los trabajadores y el pueblo pobre, por eso debemos organizarnos, porque también es cierto que todo acuerdo o pacto, por la situación general, es débil y de difícil concreción.

Debemos enfrentar el acuerdo con el FMI y un eventual pacto social y contraponerle, con los métodos de la clase obrera, una salida revolucionaria a la crisis. No es el bimonetarismo, es el sistema capitalista y sus ejecutores.

The dispute over the territory of Nagorno-Karabakh, or Upper Karabakh, between Azerbaijan and the Armenian independentists who control the area has triggered a war that has blown two ceasefires since it began on 27 September.

 

The current territories of Armenia, Azerbaijan and Georgia in the southern Caucasus were part of the tsarist empire and were incorporated into the USSR after the October revolution. The territory of Nagorno-Karabakh maintained a special status within the Soviet federation, as an autonomous territory with an Armenian majority integrated into the territory of the Soviet Republic of Azerbaijan. The break-up of the USSR led to a confrontation between Armenia and Azerbaijan from 1988 onwards, and after its fall a bloody war began which, following the intervention of Russia and imperialism, ended in a precarious ceasefire in 1994. Azerbaijan is an oil and gas extraction power, linked to Turkey by language and history. Armenia is a small mountainous country of just over 3 million inhabitants, whose industrialization advanced with its integration into the USSR and then fell back abruptly with its fall, and receives large remittances from the so-called diaspora, some 10 million Armenians who live outside this republic, after being expelled from eastern Anatolia by the Ottoman Empire during the First World War, through the genocide of over a million people.

 

The social basis of disorder

 

What characterizes the present historical period is, on the one hand, a tortuous process of assimilation of the former laboring states to the capitalist system and, on the other hand, the advance of imperialist decomposition that at the same time determines the difficulties to complete this assimilation. This is exacerbated by the disorientation of the US imperialism, which has not had any coherent policy in the region and is rather plunged into its own internal economic and social crisis and electoral dispute. On the other hand, the EU, which was the supra-state structure that was supposed to organize the assimilation of the former workers' states of Eastern Europe, is, on the contrary, immersed in the negotiation of the exit of one of its main partners with Brexit. And it has been paralyzed in its policy for its south-eastern border, because of divided positions on its relationship with Turkey, whose bourgeoisie defined to stop fighting for the entry into the European bloc (which led to a coup attempt in 2016). This division is exposed by the different positions in relation to the Turkish advance in the hydrocarbon prospections in the Eastern Mediterranean, its policy in Cyprus, its interventions in Libya and Syria and finally its position of open support to the Azeri government in the current war in High Karabakh. While the French President, Macron, is trying to lead a policy of more confrontation with the Turkish Erdogan government, with the support of the right-wing Greek government, Merkel and the German government prefer a policy of appeasement. However, it is necessary to say that the obstacles for the assimilation of the former Soviet states are not given by a flaw in the foreign policy, but by the tearing apart of the European imperialist project in its material capitalist bases, especially since the outbreak of the crisis in 2008. Today, we can speak of a new crisis that is a continuation of that, but not a linear one, exacerbated by the pandemic and by the disastrous consequences of the destruction of workers' conquests of the previous decades, which the European imperialist bourgeoisie used under the banner of austerity to try to find a bourgeois way out.

 

Before this imperialist decomposition and the erratic foreign policy of the metropolitan states, the Turkish bourgeoisie tries to design its own road map as a regional power, what could be called an "operetta empire" with totally semi-colonial bases, not less brutal and murderous. In its turn, the Bonapartism of the Russian proto-bourgeoisie led by Putin must face the contradictions that burst in the borders of its state rule, as it is the case of the crisis in Belarus, the semi-insurrection in Kyrgyzstan and the war we refer to in this note. Here, we find it interesting to take up Leon Trotsky's hypothesis in relation to capitalist restoration, which proposed that the counter-revolutionary leadership that would lead the restoration processes, in its contradiction of not being able to conform in class, would generate, in its relation to the tendential laws of the world economy, a capitalist chaos. In this case, it extends to the periphery of the former USSR, where sectors coming from the state bureaucracy and the petty bourgeoisie of these countries are pushing for territorial control under the guise of arguments of international law and nationalist ideologies in an attempt to establish new, undoubtedly semi-colonial states, seeking a balance between the different surrounding international forces (both Armenia and Azerbaijan belong to countless post-war international coalitions) in a period of capitalist decline and, therefore, of the decline of the state form of bourgeois domination, the nation state.

 

The truncated experience of the USSR

 

In the face of the current war, which already counts dozens of deaths, hundreds of refugees and the bombing of major cities in Nagorno-Karabakh and Azerbaijan, some groups and intellectuals are proposing a return to the "cosmopolitan and internationalist values" of the Soviet state as a solution for achieving peace between peoples. The Marxist basis of the revolutionary program, which led the Bolsheviks to seize power and develop the experience of the USSR as a state form of the dictatorship of the proletariat, denies that a program is based on ideologies. Because it is the social being that determines the consciousness and not the other way around. The problem of the national minorities who were trapped in the then called "prison of the peoples", the Tsarist empire, was taken very seriously by Lenin. These oppressed nations were living under conditions of backward economic and social development. The appeal of the communists, materialized in the Congresses of the Third International, was to integrate into a Federation of Socialist Republics in a revolutionary alliance with the Russian proletariat in order to overcome this backwardness through socialist forms of economic and social organization, by compressing the historical stages. The transition from capitalism to socialism under the leadership of the proletariat through its dictatorship, these were the material bases that would allow the democratic reorganization of the peoples within the federation. A socialist future would pose new problems, but it would undoubtedly make it possible to liquidate the fratricidal struggles sown by backwardness and the subsequent needs for territorialization of profit typical of capitalism.

 

In fact, the experience of the USSR enabled the Caucasian nations to live together and achieve relative industrial development. However, the experience was truncated by the bureaucratic counter-revolution led by Stalin, who established the rule of this caste over the proletariat and national minorities in the USSR, strengthening the state apparatus instead of laying the social foundations for its extinction. The passage of the bureaucracy into the ranks of the open capitalist restoration in the early 1990s liberated all the centrifugal tendencies of capital, leading to wars like the one in the Balkans, and this process will continue to develop for a certain period of time, the duration of which we cannot define a priori, as we cannot find a stable capitalist way out given imperialist decomposition. And neither a progressive way out, given the crisis of revolutionary leadership. This conditionality will be determined, in turn, not by "values and ideals" to the taste of the nostalgic, but by class struggle, by the clash between the proletarian forces of the world revolution and the bourgeois counter-revolution. "To define the Soviet regime as transitional, or intermediate, means to abandon such finished social categories as capitalism (and therewith "state capitalism") and also socialism. But besides being completely inadequate in itself, such a definition is capable of producing the mistaken idea that from the present Soviet regime only a transition to socialism is possible. In reality a backslide to capitalism is wholly possible. [...] Doctrinaires will doubtless not be satisfied with this hypothetical definition. They would like categorical formulae; yes-yes, and no-no. In our analysis, we have above all avoided doing violence to dynamic social formations which have no precedent and have no analogies. The scientific task, as well as the political, is not to give a finished definition to an unfinished process, but to follow all its stages, separate its progressive from its reactionary tendencies, expose their mutual relations, foresee possible variants of development, and find in this foresight a basis for action.". (L. Trotsky, The Revolution Betrayed)

 

We revolutionaries are opposed to the fratricidal war between Armenians and Azeris, which is led by the sectors that want to create small vassal states of imperialism in the region. It is part of the general militarism to which the Bonapartist tendencies around the world in the face of bourgeois decay are leading. We are fighting for a workers' solution, based on a program of expropriation of the expropriators, the defeat of the proto-bourgeoisies that run the republics of the former Soviet Union and for a Socialist Federation of the Caucasus. The Russian working class is called upon to support the Azeri, Armenian and Georgian workers in this task, starting with the paralysis of the arms and military equipment factories and their transport, intended to arm both sides for the benefit of Putin and his acolytes. We also call on the workers of Turkey, the European countries and the USA to labor actions against the intervention of their bourgeois states in the region, which as it was shown in Kosovo, only serves to increase the massacres and hardships of the workers and poor people. Once again, and in an increasingly urgent manner, we call on all the revolutionary currents that defend the historical necessity of the dictatorship of the proletariat and fight for the reconstruction of the Fourth International to promote an International Conference.

  La disputa por el territorio de Nagorno Karabaj, o Alto Karabaj, entre Azerbaiyán y los independentistas armenios que controlan la zona ha desatado un enfrentamiento bélico que se ha llevado puestas 2 treguas desde su inicio el 27 de septiembre.
  Los actuales territorios de Armenia, Azerbaiyán y Georgia, en el Cáucaso meridional, eran parte del imperio zarista y tras la revolución de Octubre fueron incorporados a la URSS. El territorio de Nagorno Karabaj mantuvo un estatus especial dentro de la federación soviética, como territorio autónomo de mayoría armenia integrado al territorio de la República Soviética de Azerbaiyán. La descomposición de la URSS llevó a que se desatara un enfrentamiento entre Armenia y Azerbaiyán a partir de 1988, y tras la caída de la misma, comenzó una sangrienta guerra que, a partir de la intervención de Rusia y el imperialismo, llegaría a un alto el fuego precario en 1994. Azerbaiyán es una potencia petrolera y de la extracción del gas, ligada a Turquía por el idioma y la historia. Armenia es un pequeño país montañoso de un poco más de 3 millones de habitantes, cuya industrialización avanzó con su integración a la URSS y luego retrocedió abruptamente con su caída, y recibe cuantiosas remesas de la llamada diáspora, unos 10 millones de armenios que viven fuera de esta república, luego de ser expulsados de Anatolia oriental por el imperio Otomano durante la 1º Guerra Mundial, a través del genocidio de más de un millón de personas.

Las bases sociales del desorden

  Lo que caracteriza el actual período histórico es, por un lado, un tortuoso proceso de asimilación de los ex-Estados obreros al sistema capitalista y, por el otro, el avance de la descomposición imperialista que a la vez determina las dificultades para completar esa asimilación. En la coyuntura, esto se ve exacerbado por la desorientación del imperialismo yanqui, que no ha tenido ninguna política coherente en la región y está más bien sumido en su propia crisis económica y social interna y en la disputa electoral. Por su parte, la UE, que era la estructura supra estatal que supuestamente estaba destinada a organizar la asimilación de los ex Estados obreros de Europa oriental, está, en cambio, sumida en la negociación de la salida de uno de sus principales socios con el Brexit. Y ha quedado paralizada en su política para su frontera sur-oriental, por posturas divididas en cuanto a su relación con Turquía, cuya burguesía definió dejar de pelear por el ingreso al bloque europeo (lo que llevó a un intento de golpe de Estado en 2016). Esta división queda expuesta por las diversas posiciones en relación al avance turco en las prospecciones hidrocarburíferas en el Mediterráneo oriental, su política en Chipre, sus intervenciones en Libia y Siria y finalmente su posición de abierto apoyo al gobierno Azerí en la actual guerra en Alto Karabaj. Mientras el francés Macron pretende encabezar una política de mayor enfrentamiento al gobierno turco de Erdogán, con el apoyo del gobierno derechista griego, Merkel y el gobierno alemán prefieren una política de apaciguamiento. Sin embargo, es necesario decir que los obstáculos para la asimilación de los ex Estados soviéticos no están dados por una falencia en la política exterior, sino por el desgarramiento del proyecto imperialista europeo en sus bases materiales capitalistas, sobre todo a partir del estallido de la crisis de 2008. Actualmente, podemos hablar de una nueva crisis que es continuidad de aquella, pero no lineal, exacerbada por la pandemia y por las funestas consecuencias de la destrucción de conquistas obreras de las décadas anteriores, que utilizó la burguesía imperialista europea bajo la bandera de la austeridad para intentar dar una salida burguesa.
  Frente a esta descomposición imperialista y a la errática política exterior de los Estados metropolitanos, la burguesía turca intenta diseñar su propia hoja de ruta como potencia regional, lo que podría llamarse un “imperio de opereta” con bases totalmente semicoloniales, no por ello menos brutal y asesino. A su turno, el bonapartismo de la protoburguesía rusa encabezado por Putín debe enfrentarse a las contradicciones que explotan en la periferia de su dominio estatal, como es el caso de la crisis en Bielorrusia, de la semiinsurrección en Kirguistán y de la guerra a que nos referimos en esta nota. Acá, nos parece interesante tomar la hipótesis de León Trotsky en relación a la restauración capitalista, que planteaba que la dirección contrarrevolucionaria que dirigiera los procesos de restauración, en su contradicción de no poder conformarse en clase, generaría, en su relación con las leyes tendenciales de la economía mundial, un caos capitalista. En este caso, se extiende a la periferia de la ex- URSS, donde los sectores provenientes de la burocracia estatal y la pequeña burguesía de estos países pujan por el control territorial bajo el ropaje de argumentos de derecho internacional e ideologías nacionalistas para intentar establecer nuevos Estados, sin duda semicoloniales, buscando un equilibrio entre las diferentes fuerzas internacionales circundantes (tanto Armenia como Azerbaiyán pertenecen a un sinnúmero de coaliciones internacionales de posguerra) en un período de decadencia capitalista y, por lo tanto, de decadencia de la forma estatal de dominación burguesa, el Estado-nación.

La experiencia trunca de la URSS

  Frente a la guerra actual, que ya cuenta decenas de muertos, cientos de refugiados y el bombardeo de importantes ciudades de Alto Karabaj y Azerbaiyán, algunos grupos e intelectuales proponen volver a los “valores cosmopolitas e internacionalistas” del Estado soviético como solución para conquistar la paz entre los pueblos. Las bases marxistas del programa revolucionario, que guió a los bolcheviques a tomar el poder y desarrollar la experiencia de la URSS como forma estatal de la dictadura del proletariado, niega que un programa se base en ideologías. Porque es el ser social el que determina la conciencia y no al revés. El problema de las minorías nacionales que estaban atrapadas en la entonces llamada “cárcel de los pueblos”, el imperio Zarista, fue tomado con mucha seriedad por Lenin. Estas naciones oprimidas vivían bajo condiciones de atraso en su desarrollo económico y social. El llamado de los comunistas, materializado en los Congresos de la III Internacional, era a integrarse a una Federación de Repúblicas Socialistas en una alianza revolucionaria con el proletariado ruso para superar ese atraso a través de formas socialistas de organización económica y social, comprimiendo las etapas históricas. La transición del capitalismo al socialismo bajo la dirección del proletariado a través de su dictadura, esas fueron las bases materiales que permitirían la reorganización democrática de los pueblos en el seno de la federación. Un futuro socialista plantearía nuevos problemas, pero sin dudas permitiría liquidar las luchas fratricidas sembradas por el atraso y las necesidades posteriores de territorialización de la ganancia propias del capitalismo.
  De hecho, la experiencia de la URSS permitió una convivencia entre las naciones del Cáucaso y un relativo desarrollo industrial. Sin embargo, la experiencia fue truncada por la contrarrevolución burocrática dirigida por Stalin, que estableció el dominio de esta casta sobre el proletariado y sobre las minorías nacionales de la URSS, fortaleciendo el aparato estatal en lugar de sentar las bases sociales para su extinción. El pasaje de la burocracia a las filas de la restauración capitalista abierta a principios de los noventa liberó todas las tendencias centrífugas del capital, llevando a guerras como la de los Balcanes y este proceso continuará desarrollándose por un período determinado de tiempo, cuya duración no podemos definir a priori,  al no poder encontrar una salida capitalista estable dada la descomposición imperialista. Y tampoco una salida progresiva, dada la crisis de dirección revolucionaria. Esta condicionalidad estará determinada, a su vez, no por “valores e ideales” al gusto de los nostálgicos, sino por la lucha de clases, por el choque entre las fuerzas proletarias de la revolución mundial y de la contrarrevolución burguesa. “Definir al régimen soviético como transicional o intermedio es descartar las categorías sociales acabadas como capitalismo (incluyendo al "capitalismo de Estado"), y socialismo. Pero esta definición es en sí misma insuficiente y susceptible de sugerir la idea errónea de que desde el régimen soviético actual solo es posible una transición al socialismo. En realidad, un retroceso hacia el capitalismo es totalmente posible. [...] Naturalmente, los doctrinarios no quedarán satisfechos con una definición tan hipotética. Quisieran fórmulas categóricas: sí y sí, no y no. Los fenómenos sociológicos serían mucho más simples si los fenómenos sociales tuviesen siempre contornos precisos. Pero nada es más peligroso que desechar, en nombre de la integridad lógica, los elementos de la realidad que hoy contrarían nuestros esquemas, y que mañana pueden refutarlos por completo. En nuestro análisis hemos evitado, ante todo, violentar las formaciones sociales dinámicas que no han tenido precedentes y que no tienen analogías. La tarea científica, tanto como la política, no es dar una definición acabada de un proceso inacabado, sino seguir todas sus fases, desprender sus tendencias progresivas de las reaccionarias, exponer sus relaciones recíprocas, prever posibles variantes del desarrollo ulterior, y encontrar en esta previsión un punto de apoyo para la acción.” (L. Trotsky, La Revolución Traicionada)
  Los revolucionarios nos oponemos a la guerra fratricida entre armenios y azeríes, dirigida por los sectores que pretenden la creación de pequeños Estados vasallos del imperialismo en la región. Es parte del militarismo general al que llevan las tendencias bonapartistas que recorren el mundo ante la decadencia burguesa. Peleamos por una salida obrera, a partir de un programa de expropiación de los expropiadores, la derrota de las protoburguesías que dirigen las repúblicas de la Ex Unión Soviética y por una Federación Socialista del Cáucaso. La clase obrera rusa está llamada a apoyar a los trabajadores azeríes, armenios y georgianos en esta tarea, comenzando por la paralización de las fábricas de armas y pertrechos militares y del transporte de los mismos, destinados a armar a ambos bandos para beneficio de Putín y sus acólitos. Así como llamamos a los trabajadores de Turquía, los países europeos y Estados Unidos a acciones obreras contra la intervención de sus Estados burgueses en la región, que como quedó demostrado en Kosovo, sólo sirve para aumentar las masacres y las penurias de los trabajadores y el pueblo pobre. Nuevamente, y de manera cada vez más urgente, llamamos a impulsar una Conferencia Internacional a todas las corrientes revolucionarias que defienden la necesidad histórica de la dictadura del proletariado y luchan por la reconstrucción de la IV Internacional.

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