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Los días 31 de mayo, 1 y 2 de junio se define quién dirigirá la UNC durante el trienio 2022-2025, además se renuevan los representantes estudiantiles del consejo superior (consiliarios) y los consejos directivos (consejeros) y, como si se tratara de un órgano más del régimen, también se elige conducción de los centros de estudiantes.
El candidato de la lista oficialista “SOMOS” es Jhon Boretto, ex decano de Económicas y secretario general durante los dos mandatos de Scotto, se presenta como continuador de las políticas de Juri, insistiendo con la flexibilidad educativa. Su plan es acelerar la adecuación de la UNC a los programas de Naciones Unidas, es decir, cumplir con las exigencias del FMI. Del lado de “VAMOS”, coalición K, presentan a Alberto León, principal promotor de las UVT (unidades de vinculación tecnológica), durante el mandato de Tamarit, que pusieron a la UNC al servicio de los Clúster y empresas que necesitan mano de obra barata y calificada, política que presenta como el camino a seguir. Si bien Boretto tiene más chances de ganar, bancado por Schiaretti y la UCR local, por 8 de las 15 facultades y por la FUC, ambas coaliciones saben que la tarea que tienen por delante, en los cargos que ocupen, será administrar la miseria presupuestaria.
Es que las autoridades universitarias, lejos de la autonomía que proclaman, no son más que la correa de transmisión de las políticas educativas del gobierno dictadas por el FMI y el BM. Ante una crisis que se acelera, producto de la guerra en Ucrania, con crisis inflacionarias en todo el mundo y el encarecimiento de los alimentos y las energías, y un FMI reclamando mayores ajustes y reformas, a las autoridades universitarias no les tiembla el pulso para descargar la crisis al interior de la UNC. Juri viene consolidando todo lo que avanzó en la cuarentena, las clases "híbridas" o la bimodalidad sin aumentar los cargos docentes, paritarias de hambre, cursos hacinados, recorte del comedor, son algunos ejemplos de cómo le deja el camino allanado a su sucesor.

Por un gobierno tripartito de los sindicatos docentes, no-docentes y los centros de estudiantes

Recuperar nuestras organizaciones se impone como tarea de primer orden ante este ataque, necesitamos barrer a las corrientes pro patronales que hoy las dirigen y que buscan llevarnos detrás de alguna de las variantes que se disputan la UNC, como Estudiantes al Frente (EAF-Bisagra) que ahora le hacen campaña a VAMOS, luego de haberse borrado durante los dos años de cuarentenas, dejando que empeoren nuestras condiciones de cursado, sin mover un dedo ante la deserción, ni cuando la justicia, aprovechando la cuarentena, avanzó en el juicio sobre nuestros 27 luchadores procesados.
Lamentablemente en estas elecciones, tanto el Ya Basta-NuevoMas, como el Frente de Izquierda (PTS-PO-IS-MST), no se ha constituido como alternativa ante los desafíos que tenemos planteados, con el agravante de que el Frente incorporó al MST, corriente que entre sus filas tiene al ex vice decano de Psico, es decir, a parte del régimen y de la patronal de los trabajadores. La izquierda no solo no denuncia la injerencia de las autoridades en nuestras elecciones de centros, sino que han centrado su campaña en conquistar puestos en los consejos sembrando confianza en que el régimen reaccionario puede ser reformado con más democracia y más representación. En Filo también se presenta el Frente Interasambleario, conformado por las asambleas de varias carreras, buscan conquistar lugares en el consejo directivo y los consejos de departamento, una orientación que, como se ha visto en numerosas experiencias similares, terminan siendo entrampados en los estrechos márgenes del régimen.
Es por esto que en estas elecciones desde la COR llamamos a los compañeros combativos a votar nulo o en blanco y prepararnos para recuperar nuestras organizaciones poniendo en pie los cuerpos de delegados de curso (mandatados y elegidos en asamblea) por facultad y carrera, que se conviertan en dirección alternativa a las actuales conducciones. Los Centros de Estudiantes y la FUC deben pasar a la lucha contra el ajuste, el presupuesto de Guzmán y las reformas que impone el FMI y el BM. Ante el desarrollo de la guerra, debemos poner en pie en cada centro de estudiante y en la FUC, secretarías de relaciones internacionales que se pronuncien en contra del imperialismo y la OTAN y por expulsar a las tropas rusas de Ucrania, y se proponga desarrollar las acciones de solidaridad internacional para enfrentar las consecuencias inmediatas de la guerra.
Para meter la lucha de clases al aparato educativo debemos poner en cuestionamiento su dirección, por eso la izquierda se equivoca al incorporar en su programa las consignas de los reformistas de defensa de la educación pública, olvidan lo esencial, la educación tiene un carácter de clases: burgués, y el régimen que la sostiene defiende los intereses de esa clase. Debemos pelear por una Universidad dirigida por sus trabajadores con un gobierno tripartito de los sindicatos docentes, no-docentes y los centros de estudiantes con un rol consultivo de las centrales obreras de la industria y los servicios. Llamamos a que la izquierda rompa su adaptación y discutamos, junto a los trabajadores y estudiantes combativos las tareas de la vanguardia en esta crisis, con el objetivo de poner en pie una Corriente Revolucionaria en la universidad, docente, no docente, estudiantil, con libertad de tendencias, que se proponga dar la pelea que está planteada.

  • Abajo el acuerdo con el FMI, no al pago de la deuda externa.
  • No al recorte, aumento del presupuesto universitario.
  • Apertura del comedor a todos los estudiantes y trabajadores.
  • Reapertura inmediata de las paritarias docente y no docente. Salario inicial igual a la canasta básica.
  • Pase a planta permanente de los precarizados.
  • ¡Absolución de nuestros 27 luchadores!
  • ¡Abran las escuelas y las universidades a la clase obrera! Horas de estudio bancadas por las patronales, triple turno de cursado, ingreso irrestricto.
  • Por una secretaria de relaciones internacionales en el CEFYH.

¡Unidad de las filas obreras contra las patronales y su agentes!

Los trabajadores enfrentamos las consecuencias de la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis económica, política y social.  Asistimos a procesos inflacionarios a nivel mundial y un aumento en los alimentos y la energía producto de la guerra y las sanciones económicas impulsadas por el imperialismo contra Rusia. Todo esto golpea de lleno en las condiciones de vida de nuestra clase.
En nuestro país, el FMI tutela las política económica de un gobierno de Alberto en franca crisis. La burocracia sindical, golpeada por la descomposición histórica del PJ, toma nota y busca la unidad para prepararse de cara a la profundización del ajuste. El 11 de noviembre pasado, designaron al nuevo triunvirato en la conducción de la CGT nacional, Daer-Acuña-Pablo Moyano, de sanidad, estacioneros y camioneros respectivamente. Quieren ser un interlocutor válido en las negociaciones con el imperialismo, al tiempo que buscan solidificar sus estructuras ante el profundo malestar que la crisis económica atiza en las bases de todos los sindicatos, situación que ha generado sorpresas electorales en varios sindicatos como la UOMRA. La unidad que proclaman es contra nuestros intereses. No se trata de la unidad de las filas de nuestra clase, que solo puede lograrse con independencia de nuestros enemigos, las patronales, el Estado burgués y el imperialismo, todo lo contrario: es la unidad de los burócratas para someter a nuestras organizaciones a esos mismos enemigos; para permitirles aplicar el ajuste y descargar así la crisis sobre nuestras espaldas.

Normalización cegetista, capítulo Córdoba

Luego de la unificación de la plana mayor nacional, la CGT encargó a su secretaría del interior bajar la línea de unidad burocrática a las regionales de todo el país. En el interín esta secretaría tuvo cambio de titular, porque justamente está en manos de la UOMRA: Caló, antes de su triste partida, la había obtenido como premio consuelo al no lograr ingresar al triunvirato. Furlán, el nuevo mandamás metalúrgico, tomó la posta en la tarea y designó a Horacio Otero como nuevo secretario del interior. Ya han logrado avanzar en varias regionales, como La Matanza, Salta, Jujuy, Gualeguaychú, Uruguay, entre otras. Pero queda un hueso duro de roer: Córdoba, cuya CGT viene fraccionada desde hace varios años entre diferentes sectores, con disputas más o menos permeados por la propia fragmentación del peronismo y las relaciones siempre tirantes con las conducciones nacionales del sindicalismo.
Por estos días, la burocracia local ha recibido a Otero, que vino de Bs . As. con un ultimátum bajo el poncho: de no conseguirse la unificación hasta el 31 de mayo, la CGT nacional intervendrá la regional. Obliga así a Pihén, cuyo mandato ya es dado por caduco, a alinearse bajo extorsión. Recordemos que la “oposición” a Pihén está integrada por la UOM Córdoba que dirige Rubén Urbano, uno de los artífices de la nueva lista que sacó a Caló del sindicato, es decir, un aliado de Furlán y Otero. Ya están conformando una comisión normalizadora y, por ahora, está participando gran parte de la burocracia. La vieja CGT Rodriguez Peña, una supuesta “ala combativa”, prácticamente ha dejado de existir, no sin antes haber capitulado en todos los ataques orquestados por Schiaretti y las patronales sobre las condiciones de trabajo de los sectores que representaban: municipales de capital, lucifuercistas y recolectores principalmente. Las CTAs se caen a pedazos con la salida de varios sindicatos, entre ellos el SUTNA y Judiciales Córdoba. El proyecto reformista de una “central social” ha llegado a su límite y la integración escandalosa al frente de todos a nivel nacional se paga caro.
Mientras, los trabajadores cordobeses venimos enfrentando todas las consecuencias del ajuste, la inflación y la crisis económica. La marcha federal piquetera del 11/5 fue ignorada por la CGT y las CTAs, con la excepción de algunos sindicatos como la UTA , ATE, el SUTNA y la UTS. Tampoco hizo nada la CGT para apoyar el paro de la UTA, planteando una lucha para evitar que las patronales descuenten el presentismo al resto de los trabajadores y exigiendo que el costo del transporte sea a cargo de las empresas como un item salarial, absorbiendo los aumentos de boleto. Ni hablar de la lucha más importante de los últimos años, la de salud en plena pandemia, donde dejaron a su suerte a los trabajadores de los hospitales y clínicas privadas.

Por una Central Única de Trabajadores

La unidad, que se ha convertido en el slogan favorito de todo burócrata sindical cordobés, es la unidad con nuestros enemigos para hacer pasar el ajuste. Y además es falsa, porque en cada lucha se cuelan los intereses corporativos y los burócratas por abajo lanzan ataques contra los compañeros de otras ramas para defender a su propio sector patronal. Los trabajadores combativos debemos tener en claro que esa no es la unidad que queremos, porque va en contra de la independencia de la clase obrera.
Lo que necesitamos es la unidad de las filas obreras para enfrentar el ajuste y el plan de subordinación al FMI, que incluye la reforma laboral, educativa y previsional, entre otras, y todos los ataques que venimos sufriendo en las fábricas, con los premios y bonos atados a la productividad y el presentismo, los básicos por el suelo, el avance de las contrataciones precarias, los turnos “americanos” como impusieron en Toyota, los despidos y suspensiones, etc., etc. Esta unidad no podrá conquistarse si no enfrentamos a la burocracia sindical cómplice: pongamos en pie minorías en cada sindicato, que se propongan recuperarlos conformando oposiciones sindicales revolucionarias. Mocionemos en cada fábrica y lugar de trabajo el llamado a un congreso de delegados de base con mandato que unifique a los trabajadores de la industria, los servicios y estatales, sumando a los desocupados y trabajadores precarios, en un programa de salida a la crisis y un paro provincial activo como parte de un plan de lucha para pararle la mano a las patronales y al gobierno. Este puede ser un gran paso para avanzar nacionalmente en la organización del conjunto de las ramas, discutiendo un plan de salida a la crisis desde nuestros intereses y el plan de lucha para imponerlo. Por una Central Única de Trabajadores que nos permita unificar nuestras fuerzas, limpiando nuestras organizaciones de la lacra burocrática que nos ata al Estado y nos lleva a la derrota.

REORGANIZAR A LAS CORRIENTES TROTSKISTAS QUE AUN REIVINDICAN LA DICTADURA DEL PROLETARIADO

La situación mundial nos encuentra a los trabajadores enfrentando las consecuencias de la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis económica, política y social.  Asistimos a procesos inflacionarios a nivel mundial y un aumento en los alimentos y la energía producto de la guerra y las sanciones económicas impulsadas por el imperialismo contra la Rusia de Putin. Esto se combina con crisis de deuda en los países semicoloniales y ataques sobre el movimiento obrero. Todos estos factores están golpeando de lleno en las condiciones de vida de nuestra clase.

El conflicto entre Rusia y Ucrania se desarrolla en medio de una descomposición del imperialismo y un proceso de asimilación de los ex Estados obreros. El imperialismo norteamericano intenta retomar la hegemonía mundial, mostrando a su paso su debilidad histórica, mientras que las burocracias al mando de los ex Estados obreros de Rusia y China intentan mantener el lugar conquistado dentro del sistema capitalista en crisis.

La denominada “Operación especial” del gobierno de Putin en contra de Ucrania ya lleva más de dos meses de invasión, tratando de imponer mediante la fuerza militar las condiciones de un nuevo statu quo en el escenario mundial, después de la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la URSS.

Mientras tanto, la OTAN utiliza este conflicto bélico para acelerar el proceso de asimilación de los ex Estados obreros, tratando de imponerles condiciones de carácter semicolonial. Por eso, en el territorio ucraniano se están definiendo procesos históricos inconclusos, en la necesidad de supervivencia del sistema capitalista.

Como no podía ser de otra manera, la asimilación de los ex Estados obreros se plantea en la arena mundial y no en las particularidades de cada país.  Por eso sostenemos la unidad revolucionaria del proletariado ucraniano y ruso en contra de sus gobiernos actuales, contra esta guerra que no defiende ninguno de nuestros intereses como clase.

Para que se desarrolle el internacionalismo es de primer orden la reconstrucción de la IV Internacional, para dotar de una dirección revolucionaria a las masas obreras que atraviesan este proceso histórico, para regenerar una vanguardia obrera que pueda dar una perspectiva marxista al proletariado mundial.

Llamamos a una Conferencia Internacional a las corrientes trotskistas que aun reivindiquen la dictadura del proletariado, sosteniendo que las tácticas para intentar saldar la crisis de dirección revolucionaria deben ser internacionalistas siempre, ya que inclusive en la intervención de nuestras corrientes en cada país, se debe partir, en un máximo esfuerzo, del apoyo y desarrollo de nuestras tareas centrales, orientadas a impulsar el despertar de la revolución en todos los países. Esa es la mecánica para no caer en particularismos y adaptaciones a las instituciones burguesas.

La necesidad de concretar esta Conferencia Internacional es para abrir un debate al interior de las organizaciones trotskistas, sobre la importancia de la construcción del partido mundial y sus secciones nacionales en un momento donde priman las ideas de movimientos o coaliciones electorales, que luego entran en crisis, como vemos por ejemplo con el PSOL de Brasil y su apoyo a Lula o el NPA de Francia y su campaña en común con Francia Insumisa de Melenchón.

Abrir este debate a la militancia y a los compañeros que influenciamos permitirá poder intervenir en este escenario mundial, desde una perspectiva marxista.

Por la unidad internacionalista de los trabajadores en contra del imperialismo y la OTAN. ¡Por la expulsión de las tropas rusas de Ucrania!

 

COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina

 

El paro docente en CABA contra la reforma del Estatuto, impulsada de forma unilateral por el gobierno de Rodríguez Larreta, tuvo altísima adhesión en las escuelas. Las medidas de lucha contra esta reforma laboral vienen siendo militadas por el activismo de Ademys, que obligó a UTE a poner su tregua con Cambiemos en suspenso y adherir a la medida de fuerza ante el rechazo masivo que genera en la base este ataque, que incluyó la represión a trabajadores y estudiantes mientras se aprobaba en la legislatura porteña.

Sin embargo, de parte de la conducción celeste de CTERA sólo recibió como apoyo un tibio comunicado. La ofensiva sobre las condiciones de trabajo de parte de los gobiernos del Frente de Todos, como de los gobiernos de la oposición burguesa, tiene un marco común: los acuerdos en el Consejo Federal de Educación, los acuerdos de ajuste en la paritaria nacional docente, y la negociación inconsulta de un Convenio colectivo de trabajo docente, todas instancias en las cuales la conducción celeste de CTERA colabora activamente, sin mandato de base.

Esta colaboración de la Celeste nacional desde CTERA y las conducciones sindicales de base, con el ajuste que se pactó con el FMI, y la cristalización en nuevas normativas que imponen los gobiernos nacional y provinciales, están avasallando las condiciones de trabajo, de ingreso y estabilidad en el cargo, la jornada laboral (extensión e intensificación), la bimodalidad, y un largo etcétera. Al que ahora hay que agregar nuevos intentos de declarar a la educación servicio esencial, para eliminar el derecho de huelga docente. Medida que gobiernos “nacionales y populares” como Correa en Ecuador y Tabaré Vázquez en Uruguay, impusieron respectivamente para castigar a los docentes en lucha. Por entonces, en Mendoza Cornejo imponía el ítem Aula, y Alicia Kirchner en Santa Cruz imponía un puntaje adicional en el bono docente por asistencia perfecta. Por esa misma época, las huestes de funcionarios kirchneristas (ejemplo: en 2014, Mariotto, vicegobernador de Bs As) dieron impulso al mismo debate que hoy retoma Finocchiaro.

Hay interna en el FdT y en Cambiemos, pero hay absoluta unidad burguesa y conciliación de clases de la burocracia sindical docente en consolidar el desplome salarial, y hacer pasar la reforma educativa y laboral que exige cumplir con el pago de la deuda externa. Están aprovechando el enorme terreno cedido durante la cuarentena, la dispersión y atomización del activismo aislado en sus casas, al que se adaptó la oposición antiburocrática docente, y que hoy, vuelta a la presencialidad en peores condiciones, no ha sabido revertir, como lo demuestra el retroceso de la multicolor en SUTEBA.

Brutal desplome del salario docente y del presupuesto educativo

Preventivamente se adelantaron revisiones paritarias y negociaciones en diferentes ramas de la industria y los servicios, para contener el malestar frente a la aceleración inflacionaria y la caída en la pobreza de los asalariados ocupados. Pero en el caso de la paritaria nacional docente, CTERA ni siquiera ha formalizado el pedido de reapertura. En paralelo, se ha desplomado el gasto público destinado a educación. Trabajadores con salarios de indigencia, aulas sobresaturadas de estudiantes, en edificios inhabitables. Hablan de más horas y días de clase, hablan de prohibir los paros docentes, pero no pueden garantizar la presencialidad por falta de espacio físico, mobiliario e incluso de docentes (caso de Jujuy).

Nunca les interesó la educación, sólo les interesa mostrarse como los más eficaces en la reducción del déficit y el disciplinamiento de la clase trabajadora ante el verdadero gobierno del país: el FMI y los acreedores privados.

Enfrentar la paz social de CTERA con el acuerdo gobierno/FMI, es la tarea de la oposición antiburocrática en cada sindicato de base. Instamos a forjar una oposición sindical, con independencia de clase y arraigo en la base, que dispute la dirección de los trabajadores de la educación, enfrentando la colaboración de la burocracia con el ajuste y la reforma educativa y laboral en curso.

Organicemos un congreso nacional de listas y agrupaciones antiburocráticas, para debatir fraternalmente un balance de las experiencias de las multicolores en los años recientes. Un balance que podamos discutir de cara a la base mediante boletines con libertad de tendencia, y plenarios de delegados escolares, y orientar la reorganización de la oposición a la Celeste a nivel nacional. Un congreso donde debatir un programa que arme para retomar el camino de lucha contra el ataque patronal en curso, y recuperar los sindicatos como parte de un nuevo ascenso en la lucha de las y los trabajadores de la educación.

 

Mientras a nivel internacional la crisis económica recrudece y la guerra en Ucrania y las políticas del imperialismo con las líneas de bloqueo económico hacen que se eleven mundialmente los precios de la energía y los alimentos, las condiciones de vida de la clase trabajadora se vuelven cada vez mas difíciles. Es que el plan de la burguesía imperialista es descargar la crisis sobre las espaldas de los trabajadores, por ello  intentan acabar con conquistas históricas, imponiendo nuevas leyes a favor de las patronales y triturando el salario obrero con políticas como la inflación y las devaluaciones. En Argentina, el acuerdo del gobierno con el FMI va a profundizar estas políticas.
La rama de la Industria de la alimentación es una de las mas favorecidas en la coyuntura, y desde el inicio de la crisis del Covid. Mientras, los salarios de los trabajadores alimenticios han venido decreciendo a ritmos agigantados si los comparamos con el costo de vida y sobre todo con las superganancias patronales. Durante la pandemia, los trabajadores debimos enfrentar las malas condiciones de seguridad e higiene con medidas de fuerza que fueron respondidas con represión y persecución de delegados como fue el caso de Bagley Córdoba, o luchas duras en ramas afines como la de la carne, mientras las patronales la levantaban en pala en plena cuarentena. Hoy, el puñado de empresas que monopolizan la rama, como Unilver, Mondelez, Bimbo, junto a la “nacional” ARCOR, siguen amasando fortunas.
La otra cara de la moneda es el nuevo acuerdo salarial miserable firmado el 5 de mayo por el reelecto secretario general de la Federación (FTIA), Héctor Morcillo. El acuerdo consiste en un aumento en 4 cómodas cuotas (a cobrarse en mayo, agosto, noviembre, febrero), las 2 primeras en negro, que suman un falso 59%, ya que no son acumulativas y la cuotificación reduce drásticamente el monto total del aumento. Se prometen 2 instancias de revisión, sabiendo de antemano que la inflación anual superará por mucho el 59%, y sin contar lo perdido los últimos años, que hace que el salario de las categorías iniciales esté muy por debajo de la canasta básica familiar. Después de bravuconear en los plenarios de delegados, amenazando con asambleas y paros de toda la Federación, Morcillo termina acatando el techo del 60% fijado por el gobierno y su ministro Moroni, sin consultar a ningún trabajador de la alimentación.
La burocracia de la Verde ademas viene dejando pasar los sistemáticos ataques de las patronales, que además de liquidar nuestros salarios haciendo que cada vez dependamos de una mayor explotación de nuestros cuerpos vía la necesidad de realizar horas extras, intentan avanzar sobre derechos adquiridos, sobre los esquemas de turnos y con nuevos métodos de contratación para precarizar las condiciones de trabajo. Es momento de poner un freno imponiendo los métodos de nuestra clase.

Rechacemos el acuerdo salarial, reapertura ya de la paritaria

Como primer medida, necesitamos hacer asambleas por sector de trabajo, por turno y por planta productiva, para rechazar este acuerdo miserable y deliberar sobre un pliego de reivindicaciones que contemple también las condiciones de trabajo y de higiene y seguridad. Hay que imponer la reapertura de la paritaria, pero sacando a Morcillo y a la Verde de la mesa de negociación, ¡ya demostraron que juegan para las alimenticias! Debemos imponer la elección de delegados paritarios en asamblea para conquistar un aumento salarial que iguale la canasta básica de bienes y servicios (hoy en $145.456 mensuales según ATE INDEC) y que contemple la indexación por inflación. También debemos llevar a la negociación todos los reclamos ligados a los ritmos de producción, turnos y condiciones de seguridad e higiene, para pelear nacionalmente por todas nuestras reivindicaciones. ¡Somos mucho más fuertes luchando todos unidos!
Retomemos la experiencia de lucha de los trabajadores del grupo ARCOR / Bagley en 2010, que se plantaron en las fábricas de Colonia Caroya y Bagley Córdoba, e innovando en los métodos del paro en Bagley Villa Mercedes. Así impusieron los veedores en las negociaciones, aunque la burocracia de la verde pudo recomponerse debido a que no se pudo organizar al calor de la lucha una Oposición Sindical Revolucionaria a nivel nacional dentro de la FTIA. Debemos retomar esa tarea, iniciando la pelea con el convencimiento de que si no salimos hoy a luchar, la próxima empezaremos de mucho más atrás. Por un paro nacional y un plan de lucha de toda la rama de la alimentación, que nos permita desde esa posición llamar a la unidad de todo el movimiento obrero a partir de un congreso nacional de delegados de base contra el plan del FMI que aplican Alberto y su gobierno, con la complicidad de los burócratas de la CGT y las CTAs. En la crisis, las patronales tienen claros sus objetivos: seguir haciendo fortunas a costa de nuestras condiciones de vida y trabajo. Tenemos que tenerlo en claro, son ellos o nosotros.

Por: Bancarios de la COR

El 4 de mayo La Bancaria terminó cerrando un acuerdo salarial con las cámaras de banqueros, luego de haber cumplido una jornada de paro nacional de 24hs. Como todos los años, la paritaria del sector financiero establece una referencia de negociación para el resto de los gremios, dando este año la pauta de alcanzar, hacia fin de año, un 60% en cómodas cuotas, cuando los analistas ya proyectan una inflación superior al 70%. Pero además del porcentaje de actualización salarial, siguen estando en juego las condiciones de trabajo, en el marco de las exigencias del FMI y las patronales. Analizaremos algunos puntos a continuación.

Lo perdido con la inflación

El secretario general, Sergio Palazzo, se jacta de “luchar por la dignidad” del empleado bancario, bregando por aumentos que “no pierdan contra la inflación”. El deterioro del poder adquisitivo del salario, de hecho, ha sido brutal en estos primeros meses del año. Las cuatro cuotas acordadas no contemplan retroactivos y se calculan sobre el salario de diciembre de 2021, con lo cual, no recuperamos lo perdido en los meses pasados. Si bien el acuerdo incluye cláusula de revisión en octubre y noviembre, seguimos corriendo detrás de la inflación. Es que esta revisión no es como la cláusula gatillo que prevé un retroactivo por los meses de inflación anteriores. Además, los aumentos generan mayores descuentos del impuesto a las ganancias, lo que seguirá haciendo estragos sobre nuestros salarios. La Bancaria parece haber abandonado el reclamo del no pago de este impuesto. Mientras tanto, los bancos siguen ganando y nunca dejan de ganar.

Una novedad es que se incluye un ítem que reconoce los gastos por conectividad de quienes hacen trabajo remoto, sin embargo, tampoco tiene un carácter de retroactividad, cuando llevando más de dos años sosteniendo el trabajo desde casa.

Un elemento progresivo del acuerdo es la extensión del adicional por guardería para los padres a partir de 2023 (desde 2012 se otorgaba solo a mujeres). Pero aquí hemos de señalar que, más que una innovación del gremio, se trata de una nueva legislación a nivel general.

Reforma laboral

Ya es sabido que las patronales aprovecharon la situación de la pandemia para imponer nuevas condiciones de trabajo, experimentar nuevas formas de aumentar la productividad, “reestructurar” el trabajo y despedir personal. Los bancos se pusieron a la vanguardia de esta línea capitalista y hubo en estos últimos 2 años una sangría de puestos de trabajo bancarios, incluyendo cierres de sucursales. La tercerización es cada vez mayor, principalmente en las áreas relacionadas a servicios informáticos. La respuesta del sindicato a esta situación ha sido enviar impotentes misivas al el Ministerio de Trabajo y hacer acciones aisladas que no han movido mucho el amperímetro de las patronales. Lo cierto es que hay cada vez menos trabajadores del sistema financiero encuadrados en la esfera de acción del sindicato, mientras las FinTech desarrollan su negocio con trabajadores que no tienen filiación gremial. Si bien recientemente se encuadró a los trabajadores del banco digital Openbank bajo convenio bancario, la gran mayoría de trabajadores de este sector está fuera de convenio.  La imposición del trabajo remoto por parte de la mayoría de las entidades se dio de forma unilateral, a la conveniencia de los banqueros, sin que los trabajadores pudiéramos discutir concienzudamente al interior del sindicato sobre los cambios en nuestras condiciones de trabajo inmediatas y, sobre todo, a futuro. Si no preparamos esta pelea desde ahora, organizados desde el sindicato, lo que hoy los bancos nos dicen que es un “beneficio”, mañana se puede transformar en un avance de las patronales sobre nuestras condiciones de contratación y, por qué no, de nuestras escalas salariales. La cuestión no pasa sobre si el avance tecnológico es una amenaza para los empleados, sino sobre quién impone las condiciones de trabajo y quién se beneficia con esos cambios. Por eso, más allá de las denuncias generales de la burocracia, es fundamental organizarse en la base para preparar las batallas que se vienen.  Por ahora, las patronales vienen a la ofensiva, imponiendo de hecho la reforma laboral que pide el FMI.

Palazzo, el diputado delfín de CFK

Ahora que el ala kirchnerista ha declarado abiertamente su enfrentamiento al presidente que “ellos pusieron”, los sindicalistas devenidos en diputados nacionales del FdT se alinearon con Cristina y decidieron (ahora sí) retomar las medidas de acción, luego de que bajaran las persianas en 2020 y dejaran pasar todo tipo de abusos por parte de las patronales en plena pandemia. En este marco, el paro nacional bancario del 28 de abril mostró claramente las intenciones políticas de la burocracia. Eso sin desmerecer la necesidad real de la medida y el enojo genuino que hay entre los trabajadores con las patronales y con la situación en general. No es un hecho menor que, a minutos de haberse realizado el anuncio del acuerdo, fuera CFK la primera en felicitar “al compañero Palazzo” por el logro. La burocracia sindical, totalmente dependiente del Estado, transforma a nuestros sindicatos en campo de las peleas burguesas, tomando de rehenes a sus trabajadores. Necesitamos un sindicato totalmente independiente de las patronales y del Estado burgués para encarar la lucha que tenemos por delante en este intento de los capitalistas de establecer un nuevo “pacto capital-trabajo” que les genere mejores condiciones de explotación. Y aquí vale hacer un llamado de atención: CFK imagina un desarrollo capitalista de Argentina tomando el ejemplo del “capitalismo chino”; pero el proceso de restauración del capitalismo en China se desarrolla con jornadas laborales de más de 12 horas, bajísimos salarios, ningún derecho sindical. El peronismo en su propia paradoja.

Los trabajadores no podemos permitir que se unan nuestras organizaciones a los intereses capitalistas. Desarrollemos una oposición sindical revolucionaria en bancarios, con todos los compañeros que vean la importancia de dar esta pelea por recuperar nuestros sindicatos.

En las elecciones del 11 de mayo de SUTEBA, llamamos a votar críticamente a la lista Multicolor.

El 11 de mayo en el sindicato docente que nuclea a los trabajadores de la provincia de Buenos Aires, SUTEBA, van a realizarse las elecciones para elegir una nueva conducción del sindicato. Se presentan tres listas provinciales: la Celeste, que conduce el gremio y está dirigida por Baradel, un burócrata aliado a la fracción de los K; la Azul y Blanca que responde al PCR, partido maoísta que convivió en alianza durante 8 años con las corrientes que se reivindican de izquierda en los SUTEBA multicolor y hoy se han ido a una frente con el gobierno de Alberto, y la lista multicolor, que es un frente de distintas agrupaciones de izquierda que dirige algunas seccionales, la más importante la de la Matanza,.

En un escenario mundial donde la pandemia y ahora la guerra en Ucrania aceleraron los procesos de la crisis iniciada allá por el 2008 y que aún se sigue desarrollando, los trabajadores estamos pagando las consecuencias en la pérdida de conquistas y la pauperización en nuestras condiciones de vida.

La crisis económica, política y social que vivimos en Argentina no escapa de ese escenario mundial, donde estamos sometidos a un brutal ajuste, un proceso inflacionario descontrolado y un acuerdo con el FMI que plantea mayor sumisión y dependencia al imperialismo.

En medio de esta situación, la Celeste, que dirige el sindicato y la CTERA, se borró en la pandemia, garantizó el ajuste mediante paritarias a la baja que hicieron perder mucho a nuestro salario. No movieron un dedo para impedir el acuerdo con el FMI y ahora nos quieren hacer intervenir en la pelea entre fracciones del gobierno, para apoyar al ala K contra los albertistas en una pelea por ver quién es más servil a los mandatos del imperialismo.

Por eso debemos recuperar nuestro sindicato, de estos agentes del gobierno, como Baradel, que no defiende nuestros intereses, sino que es el garante de las políticas de ajuste y reforma laboral (extensión de la jornada laboral, bimodalidad, programas precarizantes, etc.) de este gobierno. Somos conscientes de que las elecciones no son el único camino para recuperar nuestra herramienta de lucha, pero debemos intervenir en esos escenarios para consolidar minorías en los sindicatos, que impongan un programa de salida a la crisis y que obliguen a los burócratas a salir de sus sillones, impulsando paros, plenarios de delegados, movilizaciones que permitan desarrollar una dirección revolucionaria que recupere el sindicato para los trabajadores de la educación.

Llamamos a votar críticamente a la Lista Multicolor, porque consideramos que es una lista antiburocrática y combativa, en su mayoría, aunque en las listas también participa el MST, por el acuerdo que tienen a nivel nacional por el FITU, que es una corriente que no sostiene la independencia de clase, como lo demuestran sus acuerdos con alas de la burocracia en algunos gremios. Además, a diferencia de los últimos años, en estas elecciones la Multicolor no se presenta con la Azul y Blanca del PCR, que es una corriente que siempre apoyó a lo más rancio de la burguesía nacional.

Debemos recuperar el SUTEBA, para que los sindicatos sean independientes del Estado y sean organismos de lucha que permitan preparar las condiciones para derrotar a nuestros verdugos.

   

          La paz social que los sindicatos ferroviarios mantienen con el gobierno de Fernández tuvo un quiebre parcial el pasado 29 de marzo cuando La Fraternidad (sindicato que agrupa a los maquinistas, ayudantes y motormen) realizó un paro nacional. La medida estuvo motivada por el rechazo a la suspensión vía judicial del ramal de pasajeros Constitución - Bahía Blanca.

          La justicia federal de Azul, a cargo del juez Gabriel Di Giulio, había dictado una cautelar luego del descarrilo de una formación por mal estado de vías, el pasado 8 de marzo, y que causó heridas leves a una veintena de pasajeros. El juez exigió a Ferroexpreso Pampeano (grupo Techint), la concesionaria privada responsable de mantener las vías, y a Trenes Argentinos, la operadora estatal del ramal de pasajeros, un “relevamiento e inspección del ramal completo, que detalle el estado de las vías”, actualizado, y donde “deberán informar al Juzgado cuáles son las medidas de seguridad que se adoptarán para garantizar la seguridad de los pasajeros y personal ferroviario y remitir el plan de implementación con detalle de metas y en su caso de plazos”. Maturano denunció que detrás de esta medida judicial estaba el lobby del transporte automotor de ómnibus para buscar cerrar el ramal, con la consecuencia de pérdida de puestos de trabajo. Sostuvo, que la intromisión judicial era impertinente, y que la función de control correspondía a la CNRT y al ministerio de transporte.

          El paro no fue para nada del agrado del gobierno. Sobre todo, porque una medida de esta índole conlleva poner sobre la mesa el arma de la huelga ante un sector de masas en momentos en que el gobierno busca establecer un acuerdo social tripartito, empresas, sindicatos y estado de cara al FMI, para aplicar el ajuste comprometido. Podemos decir que este ha sido el aspecto más progresivo de la medida del sindicato de los maquinistas, no así su programa, basado en confiar en los “controles” del estado sobre las empresas concesionarias privadas y las estatales. La medida de fuerza duró menos de medio día, aunque llegó a paralizar todos los trenes del país, y luego fue levantada por una “conciliación obligatoria” y tras “una reunión con el ministerio de transporte”. Todo esto, sin discusión ni resolución de asambleas con los trabajadores, como acostumbra la burocracia sindical.

          Sergio Sasia, que dirige la Unión Ferroviaria, el gremio más numeroso del ferrocarril, carnereó. Es que Sasia, el más conciliador de los burócratas sindicales, ahora al frente de la CATT tras el acuerdo con el moyanismo, es parte de los interlocutores del gobierno para capear la crisis y se postula para integrar las mesas técnicas tripartitas estado-empresarios-sindicatos pos acuerdo con el FMI, por supuesto, para avanzar con la modificación de los convenios y la flexibilización laboral como ya hizo con el marcrismo en la rama ferroviaria (convenio Unión Ferroviaria, 2018).

          La burocracia fraternal también ha tomado la acción sindical del 29/3 para hacer una demostración de fuerzas y poder de fuego de paralizar el transporte ferroviario, luego de su (auto)exclusión de la CATT. Maturano lidera el grupo de gremios del transporte disidentes del armado de Sasia-Moyano-Biró. Junto a la UTA, los sindicatos barrionuevistas (con el sindicato de Estaciones de Servicios, que tiene al frente a Acuña uno de los triuviros cegetistas), Carga y Descarga (Mercado Libre), Señaleros Ferroviarios, entre otros, han reflotado sello de la UGATT, una central paralela a la CATT, para mantener un lugar directo en la mesa, con el gobierno, las cámaras patronales y prestar y cotizar sus “servicios” tan caros en tiempos crisis.

          Al cierre de esta edición, el 22/4, luego de 45 días de interrupción, se restableció el servicio de Pasajeros Constitución-Bahía Blanca. Atendiendo a las precauciones en la circulación que debió establecer Ferro Expreso Pampeano por el fallo judicial, y en reconocimiento q la falta de mantenimiento de vías, para recorrer los 700 Kilómetros del trayecto el servicio demoró más 18 horas, casi 5 horas mas de las que tardaba antes del descarrilamiento en Olavarría (12 horas). Un trayecto que en 1940 se hacía en solo 7 horas. La empresa, cómo siempre hacen las patronales, había culpado al maquinista por exceso de velocidad, es decir, por "falla humana". Y desde el estado Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado, dijeron que descarriló por "exceso de lluvias".

          Sin dudas, se ha puesto sobre el tapete la crisis que sigue teniendo el sistema ferroviario, y los cortocircuitos en el marco de esta decadencia, que involucra a las patronales del transporte automotor por una mayor rentabilidad y mercado (en contra de la tarifa subsidiada del ferrocarril), las concesionarias privadas y empresas estatales ferroviarias, a la burocracia estatal (gobierno y justicia) y burócratas sindicales. A 10 años de la masacre de Once, más allá de algunas compras de material rodante chino y renovación parcial de vías de trenes de pasajeros metropolitanos del AMBA, la recuperación de la administración estatal de la mayoría de la red, la infraestructura ferroviaria nacional de conjunto, incluido el estado de vías, sigue en emergencia. Los descarrilos en los trenes, mayormente de cargas, son diarios. Y no solo en las concesionarias como Ferroexpreso sino en las estatales Trenes Argentinos Cargas (Belgrano, San Martin, Urquiza).

          Todo esto además entrará aún más en un cuello de botella con el ajuste presupuestario que plantea en subsidios el FMI, lo que prepara tarifazos, mayor precarización laboral y tercerización, y el continuo ataque a los salarios. Ni Maturano ni Sasia tampoco defienden los puestos de trabajo, como ya lo demostraron con el gobierno de Macri, ambos permitiendo el cierre de ramales (como Ferrobaires) y miles de despidos en todo el país sin mover un dedo. En cuanto al estado general del ferrocarril, primeramente, hacen falta inversiones, pero sobre todo la incorporación de miles de trabajadores, para combatir la falta de mantenimiento y mejorar las vías existentes, señalamiento, etc., y reabrir ramales cerrados.

          La confianza en el estado y los organismos de control estatal, el banque a las patronales es el programa de la burocracia ferroviaria, que ha llevado calamitoso estado actual, a la masacre de Once, a la desidia patronal y al continuo ajuste sobre los trabajadores. El único programa progresivo ante la crisis del sistema, que se profundiza, es el control obrero del ferrocarril. Se abre la discusión paritaria, y en la misma, hay que exigir asambleas y pelear por no pagar el ajuste, por un plan de lucha unitario de todos los ferroviarios, por el salario iguala la canasta familiar para la categoría más baja indexado a la inflación, por incorporación de los desocupados al trabajo pagados por las empresas para mantener y mejorar el estado de vías, por el pase a planta de los tercerizados. Fortalezcamos una oposición sindical revolucionaria en el ferrocarril y el transporte con un programa obrero.

 

* Por Ferroviarios de la COR 

Por la unidad internacionalista de los trabajadores en contra del imperialismo y la OTAN. ¡Fuera las tropas rusas de Ucrania! 

Ese debe ser el grito de guerra de los trabajadores del todo el mundo en nuestro día. Debemos enfrentar esta situación histórica mundial con la fuerza de nuestra clase, para destruir este sistema capitalista que solo nos garantiza super explotación y una vida miserable.

En este día vuelven a flamear las banderas de la Comuna de París, de la Revolución Rusa, de los mártires de Chicago y de los dirigentes obreros que murieron o fueron asesinados enfrentando a este sistema capitalista. Por eso, a 136 años de aquel 1° de mayo en el que la burguesía norteamericana asesinó a los mártires de Chicago, debemos reafirmar las tareas de los revolucionarios en la pelea contra el capitalismo y sus instituciones. Luchamos por la destrucción del Estado burgués y nos apoyamos en la experiencia de la Revolución Rusa y su sistema soviético.

Este 1° de mayo nos encuentra a los trabajadores enfrentando las consecuencias de la pandemia, la guerra en Ucrania y la crisis económica, política y social.  Asistimos a procesos inflacionarios a nivel mundial y un aumento en los alimentos y la energía producto de la guerra y las sanciones económicas impulsadas por le imperialismo contra la Rusia de Putin. Todo esto golpea de lleno en las condiciones de vida de nuestra clase.

La denominada “Operación especial” del gobierno de Putin en contra de Ucrania ya lleva más de dos meses de invasión, tratando de imponer mediante la fuerza militar las condiciones de un nuevo statu quo en el escenario mundial, después de la caída del muro de Berlín y el desmembramiento de la URSS.

Mientras tanto la OTAN utiliza este conflicto bélico para acelerar el proceso de asimilación de los ex Estados obreros, tratando de imponer condiciones de semi colonia a éstos. Por eso, en el territorio ucraniano se están definiendo procesos históricos inconclusos, en la necesidad de supervivencia del sistema capitalista.

Inexorablemente la asimilación de los ex Estados obreros se iba a plantear en la arena mundial y no en las particularidades de cada país.  Por eso sostenemos la unidad revolucionaria del proletariado ucraniano y ruso en contra de sus gobiernos actuales, contra esta guerra que no defiende ninguno de nuestros intereses como clase.

En distintos lugares del planeta sectores de trabajadores han retomado los métodos de nuestra clase para enfrentar los procesos de la pandemia y el desarrollo de la guerra en Ucrania. Como sostenemos los marxistas, la unión creativa de lo consciente y lo inconsciente es lo que habitualmente llamamos inspiración. La revolución es la inspiración violenta de la historia.

Es en estos momentos en los que se torna primordial la intervención del proletariado como una clase internacional, para mostrar el poderío de una clase que puede enfrentar a sus Estados burgueses, transformar la guerra en Ucrania en guerra revolucionaria y detener el proceso de asimilación en los ex Estados obreros de forma revolucionaria.

Para que se desarrolle el internacionalismo es de primer orden la reconstrucción de la IV Internacional, para dotar de una dirección revolucionario a este proceso histórico, para regenerar una vanguardia obrera que pueda dar una perspectiva marxista al proletariado mundial. Creemos que como primera tarea en esa dirección debemos llamar a una Conferencia internacional de las corrientes trotskistas que aun reivindican la dictadura del proletariado para discutir las tareas ante la guerra en Ucrania y la crisis mundial.

Ante una dirección anárquica como es el sistema capitalista, que depende de sus Estados mayores armados para garantizar la reproducción del capital, nosotros peleamos por una dirección colectiva consciente, que prepare las etapas de la dictadura del proletariado, ya que el sistema actual engendra las condiciones materiales y las formas sociales para la reconstrucción económica de la sociedad.

 

COR Chile - LOI Brasil - COR Argentina

La crisis económica en la que se encuentra el capitalismo a nivel mundial ha dado un salto de calidad a partir de la Guerra en Ucrania. Para tratar de superarla, se ha acelerado el plan burgués para descargar sus consecuencias sobre las condiciones de vida de la clase obrera. El aumento de la inflación, empujada por los precios de los alimentos y la energía, y el avance de una nueva crisis de deuda, son los primeros indicios de este ataque a las masas.

En argentina la situación pasa por la necesidad del gobierno de cumplir con las expectativas del acuerdo con el FMI votado recientemente en el congreso. En esta votación quedó demostrado como se salteó la supuesta grieta para descargar las consecuencias de este acuerdo de saqueo, centralmente sobre las espaldas de la clase trabajadora.

El aumento galopante de los precios y el temor a su mayor descontrol por los efectos de la guerra en Europa llevan al gobierno de Alberto a declarar su “guerra a la inflación”, lo que significa reunir a la terna burocracia sindical-cámaras patronales-Estado para planchar los salarios, consolidando la pérdida del poder adquisitivo de los últimos años (cuarentena incluida) y a partir de ahí iniciar un nuevo ciclo de negocios capitalistas.

El ajuste ya comenzó, y se viene profundizando en el último tiempo. Ya empezaron los tarifazos, comienzan a discutir las reformas laboral, previsional y educativa (todo lo que Alberto decía que no iba a hacer) y las patronales avanzan en los lugares de trabajo con despidos, disciplinamiento, paritarias a la baja, reformas de convenios colectivos, estatutos etc. Todo con la colaboración activa de la burocracia sindical.


Situación de los docentes

Las deficientes condiciones salariales, laborales, y condiciones edilicias que veníamos teniendo los docentes a nivel nacional en las escuelas, se vieron agudizadas por la irrupción de la pandemia, y la utilización de la cuarentena como política estatal para tratar de desorganizar a la clase trabajadora, con cierre de sindicatos, prohibición de llevar adelante asambleas e instancias de organización y la prohibición de elegir nuevos delegados, para enfrentar estos problemas. Las conducciones sindicales se disciplinaron a esta realidad y no fue porque les importara las condiciones sanitarias, sino por su alineamiento político. La política de colaboración de la burocracia sindical con el gobierno de Alberto Fernández allana el camino a los planes de reforma educativa y laboral que se cocinan en el Consejo Federal de Educación y a las negociaciones, de espaldas a la base, de un nuevo convenio colectivo de trabajo docente que servirá de marco a nuevas modificaciones de los estatutos del docente en las provincias.

Las políticas estatales de manejo de la pandemia en Educación avanzaron en la extensión e intensificación de la jornada laboral, la bimodalidad y la precarización laboral docente que se preparan para cristalizar en nuevas leyes.

En San Luis la situación es aún más compleja debido al avance histórico por parte del Gobierno de Rodríguez Saá en cuanto a la precarización del sistema educativo con la creación de las escuelas charter, autogestionadas, digitales y generativas como forma de semi privatización de la Educación. Lejos de la mentira que nos quisieron hacer creer de la innovación en los sistemas pedagógicos la finalidad siempre fue y es fragmentar y llevar a la baja las condiciones del trabajo docente. Si a esto le sumamos la gran división sindical que hay en la provincia ya que existen UDA, ASDE, UTEP y AMET para los docentes de las escuelas públicas y SADOP para los docentes de las privadas; y el muy bajo grado de afiliación a los sindicatos se torna aún más difícil plantar cara a los atropellos a los que nos tiene acostumbrados el Gobierno de los Rodríguez Saá.

Reagrupar nuestras fuerzas

La tarea de primer orden para comenzar a revertir la situación en la que nos encontramos es la de incentivar la afiliación a los sindicatos, conformando oposiciones sindicales revolucionarias al interior de los mismos para imponer asambleas y planes de lucha a las conducciones sindicales que como hemos visto están más del lado de la patronal que de la base docente.

Debemos reagruparnos al interior de nuestras organizaciones de clase, solo así podremos estar en mejores condiciones de enfrentar el ajuste al que nos quieren someter el acuerdo del Gobierno con el FMI y que está bancado por sus aliados en nuestras filas, la burocracia sindical.

Si algo quedó claro como balance de los conflictos docentes en la provincia del 2004 y 2010 es que la línea de la organización autoconvocada y por fuera de los sindicatos se reveló impotente para lidiar con un gobierno centralizado como el de los Saá, que si bien tuvo momentos de zozobra con la movilización y las huelgas, luego de salir triunfante en esos episodios fue a la carga con más fuerza sobre nosotros. Si le dejamos regalada a las conducciones la posibilidad de tomar determinaciones sin ninguna consulta a la base seguiremos cada vez peor.

Ante esta enorme dispersión, es central comenzar a reagruparnos en nuestros lugares de trabajo; discutiendo con nuestros compañeros, realizando asambleas deliberativas para poner a la docencia en pie de lucha. Debemos enfrentar, en primera instancia, las modificaciones regresivas que el gobierno quiere imponer al estatuto docente y luego votar delegados con mandato de asamblea para confluir en plenarios de delegados regionales y así intentar dar un salto de calidad en nuestra organización para pasar a la ofensiva.

Estos plenarios regionales serían el primer paso para discutir un pliego de reivindicaciones que contemple nuestras problemáticas, como lo son el imponer al gobierno paritarias salariales para reclamar un sueldo igual a la canasta familiar de bienes y servicios indexado por inflación, equiparación salarial y de condiciones de trabajo y derechos para todos los trabajadores de la educación ya sea que trabajen en el sistema tradicional o en escuelas autogestionadas, generativas, digitales etc. Es fundamental garantizar la posibilidad de afiliación gremial y organización de los compañeros que trabajan en estas escuelas.

Para lograr imponer este pliego de reivindicaciones a la patronal es necesario votar un plan de lucha en base a los métodos históricos de la clase trabajadora, como lo son los paros, movilizaciones y tomas de edificios. Será en esta pelea donde se forje una nueva dirección que nos permita recuperar nuestras organizaciones para que pasen a la lucha contra el ajuste, el presupuesto de miseria y las reformas educativas (y todo el paquete de reformas) del FMI y el Banco Mundial.

DOCENTES de la COR (San Luis)

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