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¡Paro Provincial para que triunfe la UTA!

Domingo, 12 Julio 2020 22:05

¡No a la extorsión de Llaryora y la FETAP!
¡Paro Provincial para que triunfe la UTA!

El conflicto de los trabajadores del transporte de pasajeros de Córdoba viene de vieja data. Pero la pandemia lo potenció. Mientras los compañeros de AOITA están de paro desde el inicio de la cuarentena, enfrentando un virtual lock out patronal-gubernamental, los choferes, trolebuseras y demás trabajadores de los colectivos de la capital están enfrentando el ataque de las patronales agrupadas en FETAP (ERSA-AUCOR y CONIFERAL) y de la municipalidad. Llaryora, en pocos meses, batió todos los récords en cuanto a ataques a los trabajadores, sumados al recorte a las jubilaciones de su jefe político Schiaretti.
Los municipales del SUOEM están en pié de lucha, aunque la conducción muestra deseos de levantar las medidas con muy poco. Frente a esto, Llaryora piensa que puede acorralar a la UTA, sabiendo que la burocracia nacional de Fernández-Kiener y la conducción local están dispuestos a entregar el salario y el aguinaldo bajo amenaza de despidos y baja de corredores. Este tipo de extorsiones las vemos día a día, en todas las ramas de la economía (estatales, industria, servicios). Dicen que “todos” tenemos que poner algo... ¡Es una mentira, nos quieren hacer pagar su crisis!
Ha trascendido que la oferta de Llaryora para frenar la lucha de la UTA, que lleva más de 12 días y gana su fuerza en las asambleas: para los trabajadores, rebaja salarial, pago del aguinaldo en cuotas y cambio en el cronograma de los pagos. Para la FETAP, subsidios nacionales, provinciales y municipales. ¿Esto es que “todos” pongan algo? No, es una provocación.
Todo el movimiento obrero cordobés, que vemos la tregua escandalosa de los “dirigentes”, tenemos la mirada puesta en el desarrollo de la lucha de ustedes compañeros. Porque se pueden enfrentar las extorsiones. Se puede vencer. Y los trabajadores de la UTA pueden convocar desde el lugar que legítimamente se han ganado en la lucha, y así buscar el apoyo del conjunto de nuestra clase, a un gran plenario regional para derrotar el ataque de Llaryora, Schiaretti, Alberto Fernández y las patronales.

PROPONEMOS tres mociones para el triunfo de la UTA

  1. Rechazo de la propuesta extorsiva del municipio y la FETAP. La contra-oferta de los trabajadores: no a la rebaja salarial ni al pago en cuotas del aguinaldo ni a la baja de ningún corredor.
  2. Elección de nuevos delegados o ratificación de los actuales a partir de asambleas en cada empresa. Que los delegados con mandato de las asambleas sean los que se sienten a negociar.
  3. Convocatoria desde la UTA en lucha a un Plenario Regional de Delegados mandatados por la base, de todo el movimiento obrero de Córdoba capital, para votar un programa y un plan de acción con un PARO ACTIVO PROVINCIAL para derrotar el ataque del gobierno y las patronales. Invitar a los trabajadores del interior a realizar plenarios análogos en los diferentes departamentos de la provincia.

COR - Regional Córdoba

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  • Seguir el ejemplo de los metalúrgicos de WEG

    ¡A los despidos se los enfrenta!

        Esta mañana, los trabajadores de la empresa de capitales brasileños WEG paralizaron la producción contra más de 35 despidos que la patronal pretende imponer desde el viernes 26/4 a la tarde, a través de telegramas y un escribano que iba casa por casa notificando a los compañeros y compañeras durante el fin de semana.

        La política de la empresa, en lo inmediato, se relaciona con la caída “como un piano” del consumo de la rama a la cuál abastece de motores eléctricos producidos en la fábrica de Córdoba capital, que es la de línea blanca. La recesión llevó a su principal cliente, la mexicana MABE, ex Alladio instalada en la ciudad de Luque, al despido hace algunas semanas de 200 de sus 900 operarios. Alladio, antes de ser adquirida por el grupo mexicano, ya concentraba más del 60% del mercado de lavarropas, con marcas como Drean. La política recesiva del gobierno se combina con la ofensiva patronal para hacernos pagar la crisis de los empresarios, que el gobierno pretende hacer ley con la reforma laboral incluida en la Ley de Bases, reforma laboral que ya negoció con la burocracia sindical.

        Las medidas tomadas por los trabajadores de WEG y su cuerpo de delegados tienen la importancia de una demostración: los despidos se pueden enfrentar con los métodos obreros. ¡Por la reincorporación de todos los metalúrgicos y metalúrgicas de WEG!

        A los trabajadores no nos interesan los problemas de mercado que tenga la patronal, es un problema de ellos. Plata hay, por la apertura de los libros de contabilidad para que los operarios escruten los movimientos y los millones que la empresa viene ganando, como fue el caso en plena pandemia, donde pretendieron desaforar a los delegados por ejercer su actividad sindical para poder utilizar mejor los métodos policiales de la cuarentena para imponer su disciplina y sus salarios a la baja.

        Hoy a la tarde, el ministerio de trabajo convocó a una audiencia solicitada por la UOM a las partes. No podemos confiar en la intervención del ministerio. Son los propios trabajadores con sus métodos los que pueden sentar a la patronal a la mesa para retrotraer los despidos. La UOM debe convocar a un paro de todas las fábricas metalúrgicas, porque también la empresa MABE está encuadrada en la UOM y son muchas las fábricas donde se multiplican los despidos. Esto, en el camino de una lucha generalizada contra la ofensiva de los empresarios, que golpean en la producción e impulsan leyes para cristalizar una relación de fuerzas que creen que les es favorable. Reivindiquemos el 1º de Mayo, nuestro día, con una gran acción de lucha que puede ser un gran acto obrero contra los despidos, las suspensiones y por salarios que superen la canasta familiar. Garanticemos que el paro del 9 de mayo sea una medida contundente, donde no se mueva una máquina y pongamos en la calle todo el peso de la clase obrera.

        ¡Por el triunfo de los trabajadores de WEG!
        ¡Reincorporación de todos los despedidos!
        ¡Apertura de los libros de contabilidad!
        ¡Por un paro general de la UOM!

  • Enorme lucha de los trabajadores del neumático

    Después de 5 meses de lucha los trabajadores del SUTNA lograron arrancarle un aumento salarial a las patronales que permite que el valor de la fuerza de trabajo no pierda tanto ante el ajuste y la inflación. Pero lo más importante es que lo lograron imponiendo los métodos obreros de paralizar la producción, base de poder de la burguesía. Y lograron quebrar el gran frente burgués que se había formado para derrotar a los trabajadores y su conducción, dentro del cual están todas las alas de la burocracia, desde los más carneros hasta los que se la dan de combativos, como Pablo Moyano.

    Mostraron donde está el poder de la clase obrera, en la producción, y no en los pasillos del parlamento, o en las oficinas de los ministerios. Además, este conflicto tuvo expresión internacional, al recibir la solidaridad del sindicato de Brasil, lo cual abrió la posibilidad de una acción internacional. La unidad de las tres plantas de neumáticos, con piquetes, quite de colaboración, movilizaciones, paros escalonados, dirigidos por un sindicato recuperado como es el SUTNA mostró también por qué debemos recuperar nuestras organizaciones para la lucha, echar a la burocracia sindical de nuestras organizaciones y luchar para que los sindicatos se conviertan en herramientas revolucionarias en la lucha por el poder.

    Y demostraron, por enésima vez, dónde están nuestros enemigos: en el gobierno, en la oposición patronal, en el empresariado nacional e internacional y en la burocracia sindical.

    La patronal tuvo que ceder algunos puntos en la negociación paritaria, pero logró no ceder en cuanto a la discusión de los ritmos de trabajo, o sea en el control de la producción. Esta tarea es la queda pendiente, sobre todo porque es un sindicato que es dirigido e influenciado centralmente por el PO. Decimos esto, partiendo del planteo de que los sindicatos deben ampliar sus funciones, es decir, no solo pelear por el salario, sino cuestionar el poder al interior de las fábricas, en la necesidad del control obrero de la producción para mostrar al conjunto de la clase la potencia de la dirección obrera contra la anarquía del capital.

    Madanes, dueño de FATE, en gran parte del conflicto dejó en claro que su objetivo era destruir la organización sindical para garantizar que la productividad del trabajo no fuera afectada por problemas sindicales. La necesidad de garantizar el trabajo continuo es una de sus obsesiones. Marx debatía mucho sobre la importancia del tiempo en la economía burguesa y decía: “Por eso, no hay que decir que una hora de trabajo de un hombre vale tanto como una hora de otro hombre, sino más bien que un hombre en una hora vale tanto como otro hombre en una hora. El tiempo lo es todo, el hombre no es nada; es, a lo sumo, la cristalización del tiempo.” Esta definición de Marx es el fundamento del sistema capitalista para la explotación, por eso los marxistas peleamos por destruir la relación entre capital y trabajo, y esta destrucción no puede darse de otra forma que de forma revolucionaria.

    Después de esta lucha el SUTNA tiene la posibilidad de organizar una tendencia al interior de nuestra clase que se organice ante la necesidad de enfrentar el ajuste y a nuestros enemigos de clase. Puede lanzar una campaña por un Congreso de delegados de base que vote un plan de lucha, llamando a formar oposiciones sindicales en todos los gremios y, especialmente, por la simpatía que este conflicto generó entre los trabajadores de las principales automotrices, donde la burocracia del SMATA viene de acordar con los patronales mayor flexibilización laboral.

    Por una salida obrera a la crisis.



  • El paro de La Fraternidad y la recurrente crisis del sistema ferroviario

              La paz social que los sindicatos ferroviarios mantienen con el gobierno de Fernández tuvo un quiebre parcial el pasado 29 de marzo cuando La Fraternidad (sindicato que agrupa a los maquinistas, ayudantes y motormen) realizó un paro nacional. La medida estuvo motivada por el rechazo a la suspensión vía judicial del ramal de pasajeros Constitución - Bahía Blanca.

              La justicia federal de Azul, a cargo del juez Gabriel Di Giulio, había dictado una cautelar luego del descarrilo de una formación por mal estado de vías, el pasado 8 de marzo, y que causó heridas leves a una veintena de pasajeros. El juez exigió a Ferroexpreso Pampeano (grupo Techint), la concesionaria privada responsable de mantener las vías, y a Trenes Argentinos, la operadora estatal del ramal de pasajeros, un “relevamiento e inspección del ramal completo, que detalle el estado de las vías”, actualizado, y donde “deberán informar al Juzgado cuáles son las medidas de seguridad que se adoptarán para garantizar la seguridad de los pasajeros y personal ferroviario y remitir el plan de implementación con detalle de metas y en su caso de plazos”. Maturano denunció que detrás de esta medida judicial estaba el lobby del transporte automotor de ómnibus para buscar cerrar el ramal, con la consecuencia de pérdida de puestos de trabajo. Sostuvo, que la intromisión judicial era impertinente, y que la función de control correspondía a la CNRT y al ministerio de transporte.

              El paro no fue para nada del agrado del gobierno. Sobre todo, porque una medida de esta índole conlleva poner sobre la mesa el arma de la huelga ante un sector de masas en momentos en que el gobierno busca establecer un acuerdo social tripartito, empresas, sindicatos y estado de cara al FMI, para aplicar el ajuste comprometido. Podemos decir que este ha sido el aspecto más progresivo de la medida del sindicato de los maquinistas, no así su programa, basado en confiar en los “controles” del estado sobre las empresas concesionarias privadas y las estatales. La medida de fuerza duró menos de medio día, aunque llegó a paralizar todos los trenes del país, y luego fue levantada por una “conciliación obligatoria” y tras “una reunión con el ministerio de transporte”. Todo esto, sin discusión ni resolución de asambleas con los trabajadores, como acostumbra la burocracia sindical.

              Sergio Sasia, que dirige la Unión Ferroviaria, el gremio más numeroso del ferrocarril, carnereó. Es que Sasia, el más conciliador de los burócratas sindicales, ahora al frente de la CATT tras el acuerdo con el moyanismo, es parte de los interlocutores del gobierno para capear la crisis y se postula para integrar las mesas técnicas tripartitas estado-empresarios-sindicatos pos acuerdo con el FMI, por supuesto, para avanzar con la modificación de los convenios y la flexibilización laboral como ya hizo con el marcrismo en la rama ferroviaria (convenio Unión Ferroviaria, 2018).

              La burocracia fraternal también ha tomado la acción sindical del 29/3 para hacer una demostración de fuerzas y poder de fuego de paralizar el transporte ferroviario, luego de su (auto)exclusión de la CATT. Maturano lidera el grupo de gremios del transporte disidentes del armado de Sasia-Moyano-Biró. Junto a la UTA, los sindicatos barrionuevistas (con el sindicato de Estaciones de Servicios, que tiene al frente a Acuña uno de los triuviros cegetistas), Carga y Descarga (Mercado Libre), Señaleros Ferroviarios, entre otros, han reflotado sello de la UGATT, una central paralela a la CATT, para mantener un lugar directo en la mesa, con el gobierno, las cámaras patronales y prestar y cotizar sus “servicios” tan caros en tiempos crisis.

              Al cierre de esta edición, el 22/4, luego de 45 días de interrupción, se restableció el servicio de Pasajeros Constitución-Bahía Blanca. Atendiendo a las precauciones en la circulación que debió establecer Ferro Expreso Pampeano por el fallo judicial, y en reconocimiento q la falta de mantenimiento de vías, para recorrer los 700 Kilómetros del trayecto el servicio demoró más 18 horas, casi 5 horas mas de las que tardaba antes del descarrilamiento en Olavarría (12 horas). Un trayecto que en 1940 se hacía en solo 7 horas. La empresa, cómo siempre hacen las patronales, había culpado al maquinista por exceso de velocidad, es decir, por "falla humana". Y desde el estado Ferrocarriles Argentinos Sociedad del Estado, dijeron que descarriló por "exceso de lluvias".

              Sin dudas, se ha puesto sobre el tapete la crisis que sigue teniendo el sistema ferroviario, y los cortocircuitos en el marco de esta decadencia, que involucra a las patronales del transporte automotor por una mayor rentabilidad y mercado (en contra de la tarifa subsidiada del ferrocarril), las concesionarias privadas y empresas estatales ferroviarias, a la burocracia estatal (gobierno y justicia) y burócratas sindicales. A 10 años de la masacre de Once, más allá de algunas compras de material rodante chino y renovación parcial de vías de trenes de pasajeros metropolitanos del AMBA, la recuperación de la administración estatal de la mayoría de la red, la infraestructura ferroviaria nacional de conjunto, incluido el estado de vías, sigue en emergencia. Los descarrilos en los trenes, mayormente de cargas, son diarios. Y no solo en las concesionarias como Ferroexpreso sino en las estatales Trenes Argentinos Cargas (Belgrano, San Martin, Urquiza).

              Todo esto además entrará aún más en un cuello de botella con el ajuste presupuestario que plantea en subsidios el FMI, lo que prepara tarifazos, mayor precarización laboral y tercerización, y el continuo ataque a los salarios. Ni Maturano ni Sasia tampoco defienden los puestos de trabajo, como ya lo demostraron con el gobierno de Macri, ambos permitiendo el cierre de ramales (como Ferrobaires) y miles de despidos en todo el país sin mover un dedo. En cuanto al estado general del ferrocarril, primeramente, hacen falta inversiones, pero sobre todo la incorporación de miles de trabajadores, para combatir la falta de mantenimiento y mejorar las vías existentes, señalamiento, etc., y reabrir ramales cerrados.

              La confianza en el estado y los organismos de control estatal, el banque a las patronales es el programa de la burocracia ferroviaria, que ha llevado calamitoso estado actual, a la masacre de Once, a la desidia patronal y al continuo ajuste sobre los trabajadores. El único programa progresivo ante la crisis del sistema, que se profundiza, es el control obrero del ferrocarril. Se abre la discusión paritaria, y en la misma, hay que exigir asambleas y pelear por no pagar el ajuste, por un plan de lucha unitario de todos los ferroviarios, por el salario iguala la canasta familiar para la categoría más baja indexado a la inflación, por incorporación de los desocupados al trabajo pagados por las empresas para mantener y mejorar el estado de vías, por el pase a planta de los tercerizados. Fortalezcamos una oposición sindical revolucionaria en el ferrocarril y el transporte con un programa obrero.

     

    * Por Ferroviarios de la COR 

  • Nuevos protocolos COVID, otro ataque a los trabajadores de la salud

    El gobierno de Schiaretti picó en punta en la "nueva normalidad" al anunciar que a partir del lunes 17 de enero dejará de correr el aislamiento por contacto estrecho en toda industria, comercio y oficina de la provincia de Córdoba, medida reclamada por la Unión Industrial local. Pone fin de esta manera al protocolo que se implementó el 28 de diciembre pasado, llamado "Medidas excepcionales para la salud pública", que dejaba sin efecto el aislamiento por contacto estrecho solo para los trabajadores de salud. Ahora esto se generalizará para todos los trabajadores sin distinción. Incluso muchas patronales ya se han adelantado al propio decreto y obligan a sus empleados a cumplir tareas a pesar de haber tenido un contacto estrecho. Queda más que evidente el interés del Estado en sostener las ganancias empresariales por sobre la salud y las condiciones laborales de la clase obrera. Desde la aparición de los primeros brotes de la variante ómicron, los contagios no han hecho más que aumentar, saturando los centros de testeo y las guardias en todos los hospitales públicos y privados.
    Los trabajadores vienen denunciando el carácter anti obrero de este nuevo protocolo, ya que reduce la cantidad de días de aislamiento para quienes son positivos de covid y, para el caso de trabajadores que tuvieran contacto estrecho, el aislamiento directamente desaparece, debiendo presentarse a trabajar aún a riesgo de contagiar a los demás compañeros.
    En el Hospital de Niños, las camas de internación ya están ocupadas al 100%. Y varios trabajadores están cumpliendo tareas a pesar de haber tenido un contacto estrecho, entre ellos varias mujeres embarazadas. En el Neuropsiquiátrico Provincial, debido al ausentismo producido por el brote surgido a finales de diciembre, un profesional de guardia tuvo que presentarse a trabajar aún siendo positivo y no haber completado los días correspondientes de aislamiento. En la Manzana de salud mental, las autoridades pretenden unificar una sola guardia para las 4 instituciones. En el Hospital Vicente Agüero de la localidad de Jesús María se tomó la determinación de atender solo urgencias por guardia, a causa de la gran cantidad de contagios entre el personal. En la Clinica Reina Fabiola debieron trasladar a varios profesionales que trabajan en el centro periférico de Barrio Jardín a la clínica de Barrio General Paz, ya que el ausentismo por covid ponía en riesgo la normal atención de pacientes. En el Hospital Italiano llegó a saturarse la guardia de emergencias, y en el área de internación hubo momentos donde solo 3 enfermeros debian atender a alrededor de 25 pacientes positivos. Este tipo de situaciones se repite a lo largo y ancho de todo el sistema de salud. El total de camas ocupadas en la provincia ya alcanzó el 27% al día jueves 13/1 y va en franco ascenso. El ministro de salud Cardozo ya anunció que se impondrán restricciones si esta llega al 65%. Todo este cuadro se desarrolla en medio de la permanente falta de personal, agravando aún más la situación, sobreexigiendo en largas jornadas extenuantes a los trabajadores. Este es el objetivo del "nuevo protocolo" de Schiaretti: evitar detener la producción y la generación de plusvalía a como de lugar, sin importar la salud de los trabajadores. Los argumentos que esgrimen para sostener semejante ataque al conjunto de la clase obrera es que la variante ómicron, a pesar de ser más contagiosa, sería menos letal por efecto de la vacunación, cuando solamente el 18% de la población nacional recibió la 3ra dosis. Argumento que es fácilmente refutable, ya que la ocupación de camas aumenta de forma galopante y el día miércoles 12/1 se registró el mayor número de muertes desde el pasado mes de septiembre, con 139 fallecidos por coronavirus en el país, número que promete ir en aumento.
    Ante está nueva ofensiva estatal-patronal los distintos sindicatos han salido a pronunciarse. ATE emitió un comunicado denunciando la saturación del sistema, pero no ha organizado a los trabajadores en asambleas para discutir cómo enfrentar los planes del gobierno. ATSA también se limitó solamente a publicar un tenue comunicado, "preocupado" por el alza de los contagios y la reducción del aislamiento. UTS llamó a asamblea y acordaron un paro en el neuropsiquiátrico para el martes 4/1. La medida se vio limitada por aprietes del ministerio de salud, quienes amenazaron con recoger los nombres de los trabajadores que se adhirieran al paro. También se vio limitada por el gran porcentaje de compañeros aislados por covid, lo que dificultó garantizar la medida. Además se realizaron asambleas en el Hospital Misericordia dónde se mocionó el paro de actividades.
    La dificultad de garantizar una medida contundente se explica, en parte, por la falta de asambleas conjuntas entre los distintos sindicatos que intervienen en el sistema de salud público y privado. Se hace necesario impulsar un gran plenario interhospitalario, sin distinción de sindicatos, que discuta un plan de lucha para rechazar de plano el nuevo protocolo que Schiaretti y Cardozo quieren imponer. Un plenario interhospitalario de base podría ser una instancia que supere a la ya desdibujada Multisectorial de Salud, que con sus acuerdos por arriba entre las burocracias de los distintos sindicatos y agrupaciones médicas demostró ser más un escollo que una salida para la organización de los trabajadores. Contra la fragmentación organizativa que nos imponen las diferentes burocracias, debemos pelear por un sindicato único de la rama salud. Y avanzar en la unidad con el conjunto de nuestra clase con el objetivo de preparar e imponer a las centrales sindicales un paro provincial de la industria, los servicios y estatales, para torcer el brazo al gobierno y las patronales, para impedir el deterioro de nuestras condiciones de trabajo, por el pase a planta y el aumento del personal, por un salario igual a la canasta familiar, por la creación de comités independientes de higiene y seguridad que garanticen el cuidado de nuestra salud, por la recuperación de los sindicatos en manos de la burocracia traidora. Solo confiando en los métodos históricos de la clase obrera podremos evitar ser nosotros los trabajadores quienes paguemos la crisis que el Estado y la burguesía han generado.

  • Ómicron y el desarrollo de la pandemia

    El comienzo del 2022 nos encuentra con la continuidad de la pandemia, en este caso con el desarrollo de la variante ómicron, y el surgimiento de nuevas variantes ante el desastroso manejo del covid 19 por parte de los gobiernos de turno de todo el planeta.

    La continuidad de la pandemia y la inexistente “nueva normalidad” dificulta aun más los planes del imperialismo norteamericano en su afán de recuperar la hegemonía mundial. EEUU continúa con su política agresiva hacia China, en el terreno económico y de influencia, como lo muestra la disputa por Taiwán y la política de recuperar el patio trasero latinoamericano de la injerencia de China. Además del conflicto abierto con Rusia por Ucrania, en una región que sigue convulsionada, como demuestran los recientes procesos agudos de lucha de clase en Kazajistán.

    Seguimos asistiendo a un intenso ataque por parte de la burguesía a nuestras condiciones de vida, generando una mayor pauperización de nuestros salarios para garantizar la subsistencia del sistema capitalista. La pelea por las vacunas ha mostrado de manera descarnada su inexorable descomposición. Nos habían dicho que estábamos transitando la post pandemia y no sólo no pasa eso, sino que seguimos con altos niveles de contagiados, muertes y un caos generalizado de los sistemas de salud y acentuándose aún más la crisis económica mundial ante el parate de ramas de la economía por el nivel de contagios. Nos habían prometido que con las vacunas se resolvía todo, pero seguimos en estado de emergencia. Debemos exigir test de anticuerpos para saber la verdadera efectividad de las vacunas. El control por parte del Estado de cada vez más aspectos de la vida, como se expresa en la política de los pases sanitarios, no sólo para eventos, sino en los lugares de trabajo es totalmente reaccionario, al estar al servicio del interés capitalista. Otro claro ejemplo es la modificación de los protocolos de aislamiento, disminuyéndolos para acortar los tiempos muertos de la mercancía “fuerza de trabajo”, la única garante de plusvalor que se apropia la burguesía. A este método, que no es otra cosa que la centralización reaccionaria del Estado burgués de la dirección de la pandemia, debemos enfrentarlo con los métodos obreros para quitarles la dirección. Lo que está en juego no es sólo nuestra salud, sino la relación de fuerza con nuestra clase antagónica, ya que si sigue avanzando en esto que nosotros denominamos un “ensayo general reaccionario” llevará a una mayor descomposición de nuestras filas.

    Enfrentarlo con nuestros métodos significa que nos organicemos y luchemos para imponer nuestras demandas desde las fábricas y cada lugar de trabajo, donde abramos un debate al interior de nuestra clase sobre la necesidad de imponer el control obrero de la producción, ante la desorganización de la economía capitalista. Significa mostrar el poder obrero como elemento de transición en la sociedad capitalista. Es derrotar la política estatal con un programa transicional. Hay que implementar la escala móvil de horas de trabajo y de salario, el control obrero de los laboratorios para la distribución de las vacunas, el control obrero de las ramas de producción para garantizar el abastecimiento a la población sin que nos separen, como hicieron al comienzo de la pandemia, entre esenciales y no esenciales. Estos son elementos programáticos que debemos debatir y explicar.  Esto impone la tarea de recuperar los sindicatos para que amplíen sus funciones en la administración de las cosas, buscando la unidad de las filas obreras, entre ocupados y desocupados.  Es imperioso recuperar nuestras organizaciones para preparar las condiciones para la lucha por el poder y enfrentar a la burguesía y sus Estados.

    Debemos imponer nuestras demandas con ocupaciones de fábricas, de edificios, piquetes de autodefensa y todas las medidas que vayan en el sentido de la preparación de paros generales para recuperar todo lo perdido en la pandemia y que abran el camino a la huelga general.

    Estos años de pandemia han mostrado que los trabajadores y el pueblo pobre de todo el mundo salieron a pelear en contra de las políticas de cada gobierno que intentó atacar, vía reformas, nuestras condiciones de vida. Hay miles de ejemplos de la combatividad de nuestra clase en estos 2 años de pandemia de covid 19, es tarea de los revolucionarios hacer conscientes esos procesos inconscientes, para que puedan llegar a la conclusión de que es necesaria la construcción de partidos revolucionarios que unan las lecciones de su época con la tarea histórica de nuestra clase. 

    Entramos a escenarios más convulsivos desde el punto de vista de la lucha de clases, ya que el sistema capitalista no ha logrado salir de su crisis económica, que se agudiza con la pandemia e incorpora nuevos elementos, como un proceso inflacionario mundial y crisis de deuda ante los gastos de la pandemia.

    No seremos nosotros los que vamos a pagar la crisis. 

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