El pasado 4 de octubre apareció sin vida, colgado de una reja pública, el dirigente sindical de los pescadores y referente de movimientos ambientalistas de la V Región, Alejando Castro. Las circunstancias de su fallecimiento llaman la atención de todo el activismo y ponen en duda con total fundamento la hipótesis de un suicidio, toda vez que las manifestaciones contra la contaminación se han visto duramente reprimidas tanto por carabineros como por la armada.
Las protestas contra la contaminación se sucedieron luego de que más de 300 personas, en su mayoría ancianos y niños, llegaran con síntomas de intoxicación a los hospitales, episodio que desde entonces no ha parado de reiterarse, teniendo todos los días nuevos afectados.
El gobierno respondió con medidas administrativas, sin conocer ni investigar la fuente de la contaminación, con el cierre parcial de las plantas de propiedad estatal como la refinería de ENAP. Con este tipo de medidas se colocó directamente sobre la cabeza de los trabajadores la amenaza de la reducción de personal y desvinculaciones masivas.
Estas zonas industriales fueron definidas por los gobiernos burgueses de todos los colores como “zonas de sacrificio”. Es decir, lugares destinados al desarrollo de la explotación de los recursos naturales sin ningún tipo de obstáculo o regulación industrial como parte de la lógicas anárquicas del capitalismo mundial que concentra en distintos puntos centros productivos, lo que forma parte fundamental del “modelo chileno” ligado y subyugado al capital financiero internacional. Baste como ejemplo de vasallaje y pleitesía de este modelo la imagen de Piñera entregando a Trump una bandera norteamericana que tomaba una minúscula estrella representando la bandera de su “patria”. Algo que no hizo sentir incómodo a ninguno de los parlamentarios burgueses ya que ven como algo completamente natural la sujeción del país y sus destinos al imperialismo.
Esta es la verdadera democracia, la forma acaramelada con la que se cubre la dictadura del capital, la dominación imperialista y el régimen de la explotación del hombre por el hombre. De este modo, la “democracia” del sufragio universal periódico que sirve el juego de la charlatanería parlamentaria, complementa su esencia con sus cárceles, con sus fuerzas represivas, sus servicios de inteligencia, en defensa de la propiedad privada capitalista. Por ello es que no tienen el menor pudor a la hora de perseguir, reprimir y hasta aniquilar al activismo obrero y estudiantil.
El nombre de Alejandro Castro estuvo ausente en los discursos que tanto oficialismo como oposición hicieran con motivo de la conmemoración de los 30 años del plebiscito que iniciara la transición tutelada por el Estado de la dictadura de Pinochet a los gobiernos concertacionistas. Y es que Alejandro Castro es uno más de los tantos trabajadores y activistas populares que fueron ejecutados en la defensa de esta democracia para ricos. Cabe recordar a luchadores de nuestra clase como Rodrigo Cisternas, Juan Pablo Jimenez o Nelson Quichillao o también luchadores sociales como Matías Catrileo, Alex Lemún, Macarena Valdés y un largo etcétera que fueron asesinados en democracia.
No podemos dejar la investigación de estos sucesos en manos de los organismos del Estado. Es necesario levantar una comisión investigadora independiente dirigida e impulsada por los sindicatos de la región. Junto con esta investigación se vuelve primordial luchar por implementar un plan obrero de producción que se apropie de todos los recursos necesarios para eliminar la contaminación, enfrentar los despidos e imponer la escala móvil de horas de trabajo. Para ello será prioritario desarrollar el control obrero de los sindicatos sobre la producción a fin de impedir el boicot capitalista a estas medidas.
La lucha por la verdad y justicia para esclarecer el crimen de Alejando Castro debe estar en manos de la clase trabajadora, en lucha contra la democracia de los explotadores.
Por una salida obrera a la crisis
Después del segundo acuerdo con el FMI, donde se aumentó el préstamo y se adelantaron los desembolsos para asegurar un 2019 supuestamente tranquilo, el ministro Dujovne llamó a “tener paciencia” y a prepararnos por meses duros y de fuerte recesión.
El acuerdo con el FMI terminó de sellar la nula independencia del gobierno y convirtió a Macri en un simple “empleado del mes” del imperialismo. Los empresarios y la oposición patronal del PJ (expresada en los gobernadores) sus variantes K y la burocracia sindical se han ubicado como garantes de la gobernabilidad. Esto quedó demostrado con el debate por el presupuesto, en donde -con matices- todo este arco ha definido apoyar el ajuste.
El ataque al conjunto de los trabajadores es descomunal. La caída del salario real, la inflación, los despidos y suspensiones nos obliga a responder para que no seamos nosotros los que paguemos la crisis.
Mientras, nos bombardean con millones de recetas económicas, unas apostando nuestro destino al capital extranjero y sus inversiones y otras haciendo demagogia sobre el “desarrollo industrial nacional” y el fortalecimiento del rol del estado y sus instituciones. Todas ellas comparten la misma idea, sean gradualismo o shock, sea inversiones extranjeras o desarrollo del mercado interno, todas parten de la idea de que hay que salvar el Estado y proponen a los trabajadores seguir a uno u otro capitalista, asegurando la dominación política sobre la única clase que produce valor, que es la clase obrera. En un “desarrollo de la industria nacional” los explotados vamos a seguir siendo explotados, sólo cambian de apellido los explotadores.
En estos últimos días hemos visto regresar a la arena pública a Massa, los cristinistas, los pejotistas y sus curas aliados, que durante 12 años sostuvieron el capitalismo de amigos del gobierno k y que hoy aprovechan el descontento con el macrismo para armar sus proyectos electorales de cara al 2019. Hablan de fortalecer las pymes “que dan trabajo” cuando fueron justamente los patroncitos nac and pop los que sostuvieron la red de precarización laboral de la “década ganada”. De repente les importan los pobres, cuando durante estos 12 años usufructuaron el precio de la soja con un 30% de pobreza y desocupación. Y ahora nos dicen que tenemos que rezar con Bergoglio para que se vaya Macri y venga….algún peronista con cara de bueno.
Los burócratas sindicales, ya sean los dinosaurios de la CGT, Moyano o la corriente federal, son correa de transmisión de esta ideología patronal entre los trabajadores. Mientras dejan pasar el ajuste sin pelear, nos dicen que hay que esperar al 2019 y “votar bien”. Todo dentro de la institucionalidad.
Los marxistas en cambio, decimos que la lucha de clases es en última instancia la lucha por la plusvalía, la lucha por el excedente que se apropia el sistema capitalista de nuestro trabajo. Eso es lo que timbean en los mercados los cráneos de la city, juega con nuestro sudor y sangre para garantizar su existencia parasitaria como clase. Por eso jamás puede haber una salida nacional a la crisis actual argentina sino unimos nuestros esfuerzos con los trabajadores en una primera instancia latinoamericanos que están sufriendo el ataque del FMI y sus gobiernos de turno.
Ante este escenario debemos intervenir de forma independiente, abriendo una deliberación al interior de nuestra clase en cuanto a la necesidad de mostrar por qué los trabajadores podemos dirigir los resortes de la economía y preparar los requisitos para la lucha por el poder.
Decimos abajo el macrismo, ya que, con la acción independiente de los trabajadores y nuestros métodos de lucha de clases, como los paros las huelgas, las ocupaciones debemos tirar a este gobierno, donde cada día que pasa en el poder implica más sufrimiento para nuestra clase. Por un gobierno obrero, que parta de la destrucción del estado capitalista, la expropiación y el control obrero de la producción, es decir la dictadura proletaria y su extensión internacional. Estos procesos implican la necesidad de levantar un programa de transición y la construcción del partido revolucionario internacional para el desarrollo y triunfo de la revolución y sus transiciones.
Corresponsal
El sábado 22 de setiembre se realizó el plenario del sindicalismo combativo en Córdoba, continuidad del plenario de Lanus del mes de junio. Aún teniendo diferencias con el programa de convocatoria, que partía del programa votado en Lanus, donde prima una política de presión sobre el estado burgués para que aplique medidas anticrisis desde una concepción meramente nacional (no internacionalista), decidimos participar del mismo con una delegación de compañeros de la regional Córdoba de la COR. Asistimos con un material haciendo eje en la necesidad de garantizar un paro activo para el próximo 25 de septiembre y con una serie de mociones que permitieran darle una perspectiva al reagrupamiento hacia la conformación de una oposición revolucionaria por ramas y sindicatos. A diferencia de otras corrientes como el PTS que declinaron la posibilidad de dar una discusión programática, aun a sabiendas de que entre los convocantes a estos plenarios hay corrientes de conciliación de clases como el pro sojero y pro gendarmería MST, nuestra intención era dar la lucha política por nuestras ideas entre los sectores de vanguardia que asistieran a la cita.
Al momento del acto de apertura, se fueron ubicando en el palco dirigentes de las corrientes convocantes: PO, MST, IS y el Nuevo MAS. También fueron invitados sectores sindicales en lucha y estudiantes de la UNC. Los discursos de los dirigentes nacionales que habían asistido plantearon la necesidad de luchar contra la burocracia sindical. Esto se mostró un mero saludo a la bandera: al iniciar los discursos de los dirigentes provinciales, tomó la palabra Gabriel Suárez, secretario general del Sindicato de Luz y Fuerza Córdoba y secretario adjunto de la CGT “nacional y popular” Rodríguez Peña. Suárez es un burócrata sindical peronista que no reniega de sus posiciones: su apoyo al kirchnerismo y su programa de defensa de la industria nacional (un sector de la patronal). Cumplió un rol traidor en la lucha de las trolebuseras y colectiveros de UTA el año pasado en la que, luego de un inicial apoyo a la pelea contra el techo salarial de 8% y la intervención del sindicato, se retiró del conflicto y nunca llamó al paro en su rama ni peleó por imponer el paro provincial, única salida a una lucha que fue quebrada con la militarización de la ciudad a manos de gendarmería para imponer la voluntad de Mestre y los empresarios del transporte. Y en la actual lucha de Luz y Fuerza, que hemos definido como la principal línea de frente del ataque de Macri, Schiaretti y el FMI en Córdoba, deja pasar la tercerización sector por sector de la empresa, como ha sucedido en la toma de estado de medidores, Seguros, y últimamente en Automotores. Ante la aparición de este burócrata como orador privilegiado en el plenario supuestamente antiburocrático y combativo, nuestra delegación definió retirarse del encuentro.
Es grave que la izquierda esté haciendo de cobertura del flanco izquierdo a la conducción peronista de Luz y Fuerza, que nadie con un mínimo de conocimiento del sindicalismo cordobés podría argumentar que esté en ningún supuesto “giro a izquierda”. Además de engañar a la vanguardia obrera separando sus consignas de la realidad de los acuerdos oportunistas que está tejiendo, lo doblemente grave es que declina su tarea de constituir una dirección alternativa en Luz y Fuerza en el conflicto que se está desarrollando, dando la espalda a los delegados combativos que deben enfrentar cotidianamente las maniobras de la burocracia sindical.
La centralidad del programa
La contradicción entre la consigna de “una nueva dirección combativa y antiburocrática del movimiento obrero” y la presencia de la burocracia sindical peronista en la apertura del plenario es sólo un botón de muestra de las contradicciones que acarrea el acuerdo que impulsó el plenario de Lanus desde un inicio, al incorporar a corrientes como el MST que vienen de dirigir la CTA en alianza con la burocracia de la verde además de haber apoyado a un sinnúmero de sectores patronales, desde la Sociedad Rural y Luís Juez hasta el gobierno de Tsipras en Grecia.
Sin embargo, hay un aspecto más profundo en la concepción programática que sustenta este plenario que es su programa de neto corte estatista, lo que lo aproxima al programa de la propia burocracia sindical. Cuando decimos estatista, nos referimos a un programa basado en una serie de mediadas anticrisis como la nacionalización de la banca, el monopolio del comercio exterior, la redistribución de los impuestos, hasta llegar a la asamblea constituyente, hoy caballito de batalla de todas estas corrientes. Estas medidas están planteadas sin desarrollar la necesidad de la revolución y, por lo tanto, de la toma del poder por el proletariado, cuya dictadura podría quizás aplicar algunas de estas medidas de orden táctico, pero no como medidas para palear una crisis nacional sino como parte de la lucha de la extensión de la dictadura del proletariado a nivel internacional. Esta concepción nacional del programa es lo que aproxima peligrosamente a la izquierda a Suárez y el resto de la burocracia sindical, que son burócratas por las bases materiales que atan a los sindicatos al estado, no porque estén por principio en contra de las asambleas y la democracia sindical mal entendida. No por nada Guillermo Pacagnini de CICOP y el MST postuló en su discurso la necesidad de atraer a dirigentes que rompan con la burocracia a estos plenarios… sin explicar que entiende por “romper”. En momentos en que la CGT nacional, presionada por la magnitud de la crisis capitalista y el fracaso del proyecto Macri, se debate en una fuerte interna dentro del triunvirato, y entre este y el sector encabezado por el moyanismo y Palazzo de la bancaria, esta orientación se hace doblemente impotente y liquidadora de una verdadera oposición antiburocrática dentro de los sindicatos, que para serlo no puede dejar de plantear la independencia de los sindicatos del estado y la necesidad de enfrentar al estado burgués.
La cercanía de los programas de la izquierda y la burocracia sindical puede constatarse mejor en el ejemplo de la lucha del propio sindicato de Luz y Fuerza, donde la izquierda hace eje en la lucha popular contra la privatización, por una EPEC integrada y estatal, lo mismo que plantea Suarez. Niegan así la posibilidad de armar programáticamente a un sector de delegados combativos que vienen haciendo una experiencia con los métodos y la política conciliadora de la conducción del sindicato, pero cuya oposición debe avanzar en el desarrollo programático, luchando por el control obrero del servicio eléctrico y de la rama de la energía en su conjunto, política que se opone por el vértice a la idea del estado burgués como árbitro imparcial y “regulador” de la sed de lucro capitalista que defiende Suárez… y la izquierda.
Por una oposición sindical revolucionaria
La experiencia del plenario de Lanus viene dando muestras de ser un nuevo experimento de la izquierda para confluir entre sí y tratar de sumar alas díscolas de la burocracia sindical. Su resultado práctico ha sido listas de unidad con corrientes que vienen de frentes con la burocracia de la CTA como el MST. En particular el plenario cordobés fracasó en permitir a un sector de vanguardia del sindicato de Luz y Fuerza sacar lecciones frente a la política conciliadora de su dirección burocrática, algo central dada la importancia de esa lucha.
Desde la COR seguiremos batallando por el agrupamiento de la vanguardia en una Oposición Sindical Revolucionaria con libertad de tendencias a su interior, unificando en las diferentes ramas de producción a los agrupamientos y tendencias antiburocráticas, combativas y de izquierda. Llamamos a los activistas, delegados y dirigentes antiburocráticos a pelear por esta perspectiva. La tarea es echar a la burocracia sindical de nuestras organizaciones, y desnudar a aquellos que se disfrazan de compañeros de ruta para consolidar su posición en tanto garantes del régimen burgués. Sólo a partir de esa clarificación política y programática podremos desarrollar las condiciones para construir el partido revolucionario.
El triunvirato de la CGT convocó a un paro general para el 25 de setiembre, ya que las negociaciones con Macri fracasaron. De esta manera salen de la tregua con el gobierno contener la bronca de los trabajadores y buscar canalizar el descontento en una salida dentro de los marcos de las instituciones burguesas. Mientras la CGT estaba en su tregua, se desarrollaron procesos de luchas obreras en distintos puntos del país, en estatales como el Hospital Posadas, tomas de universidades, agroindustria, mineros de Rio Turbio, Luz y Fuerza en Córdoba o el conflicto de astilleros Rio Santiago, con ocupación con los gerentes adentro, por nombrar los más recientes, mostrando que disposición a la lucha no falta.
La corrida del dólar en estos meses y después el acuerdo con el FMI, implicaron una brutal devaluación con las consecuencias conocidas: mayor carestía de la vida, pérdida del salario real, despidos y suspensiones. Quedó más que claro el fracaso del plan Macri, recurriendo al FMI en un intento de salvar a su clase capitalista del desastre económico, y profundizar el ajuste que le reclaman los empresarios, cansados del gradualismo bobo y sus magros resultados.
El ajuste “made in USA” no solucionará la crisis económica. El presupuesto (con el tristemente célebre déficit cero) presentado por el macrismo y escrito por el FMI, ha logrado el apoyo de la oposición burguesa que con un PJ, el massimo y los K (con sus matices), intentará, a pesar de tener una debilidad muy grande como mediación, llevar todo al plano parlamentario y electoral en un lejano 2019.
Por una salida obrera
El Paro de la CGT no sólo no sirve porque es una medida asilada sin continuidad con un plan de lucha. Lo más grave es su programa basado en la defensa de la industria nacional, es decir, en defensa de los patrones “nacionales”. Contra esta trampa necesitamos oponerle un programa revolucionario, transicional, que prepare a los trabajadores para la lucha por el poder.
Ante los acontecimientos no hay atajos. Debemos atacar la base de todo el régimen burgués, es decir, la producción. Somos los trabajadores quienes podemos parar los tarifazos, los despidos y demostrar que, ante el caos capitalista, podemos organizar la economía sobre otras bases.
Por eso es central recuperar los sindicatos para que sean independientes de Estado y ponerlos en función de la lucha y ampliar sus funciones en la necesidad de organizar la economía, peleando por la destrucción del Estado y no para mejorar su maquinaria.
Hay que pelear para tirar abajo el pacto de Macri, los gobernadores y el FMI, y reabrir las paritarias en las ramas en las que ya se firmaron, ante la escalada de la inflación.
Asambleas en los lugares de trabajo para imponer un paro nacional activo, ocupación de las fábricas ante despidos y ocupación de los ministerios. Por delegados paritarios para negociar con las empresas, y convenio único para terminar con la tercerización.
Preparar un Congreso de Delegados de Base con mandato para impulsar un programa de salida a la crisis. Plenarios de la Oposición en las distintas ramas para conformar una oposición sindical revolucionaria.
Una lucha programática
Las concepciones estatistas liquidan el desarrollo de una vanguardia que pueda, con un programa revolucionario, enfrentar al Estado y al imperialismo y preparar las condiciones para el establecimiento de la dictadura proletaria y la edificación internacional del socialismo, a partir de la destrucción del Estado burgués. Salidas institucionales como una Asamblea Constituyente, diluyen el poder del proletariado.
Es necesaria una deliberación en la clase obrera, para que podamos discutir un programa transicional que logre enfrentar a nuestros enemigos de clase y a nuestros enemigos en nuestras propias filas, la burocracia, y desarrollar las condiciones para construir el partido revolucionario.
Durante las paritarias llevadas a cabo recientemente por los sindicatos de la educación y el Gobierno Nacional un sector importante de la juventud salió en el país a participar activamente de la lucha de clases después de mucho tiempo de estar adormecida, para apoyar a los trabajadores y contra la reforma educativa del FMI.
Si bien en San Luis el proceso no tuvo la masividad de otros lugares dejo varios elementos para el análisis.
Desde la COR fuimos parte de las tomas de edificios y actividades que se dieron en San Luis rectorado y Facultad de Cs.Humanas y en Villa Mercedes de Decanato Fica y F.CJEs. y Unvime.
San Luis fue la vanguardia por ser los compañeros que sin vacilar primero votaron en Asamblea llevar adelante la toma en apoyo a los docentes, contra los garantes del ajuste en la Universidad Rectores, Decanos, burocracia sindical y burocracia estudiantil, esto motivo a compañeros de Merlo y Villa Mercedes a replicar el método de la ocupación de edificios.
Participaron del conflicto estudiantes, docentes y no docentes auto convocados en estado de Asamblea permanente. El debate en las asambleas fue muy interesante y rico en cuanto a la variedad de tendencias políticas y agrupaciones que intervinieron. Desde la COR planteamos permanentemente la discusión respecto al carácter de clase que tiene la educación y su rol dentro del sistema capitalista, el cuestionamiento acerca que no es publica, libre y gratuita como nos quieren hacer creer, la importancia de un programa obrero para enfrentar la crisis, y el plan político y económico que quiere imponer el FMI. Se pudo avanzar en muchas de estas discusiones.
En el transcurso de la lucha se armaron diversas comisiones, desde prensa y difusión, de redacción de comunicados, seguridad, limpieza, logística, etc.
Esta organización independiente de las corrientes patronales hizo que con el correr de los días la presión de las autoridades de a UNSL para levantar la toma se intensificara, con la mentira de que al estar el rectorado tomado, no se podían liquidar los sueldos de los trabajadores de la universidad, que no se podían pagar becas, ni funcionar el comedor universitario. No se podía esperar menos de los garantes de ajuste en la Universidad.
Para esta campaña sucia logro alinear a sus aliados de siempre, los docentes que forman parte del régimen, la burocracia sindical de los gremios no docente (APUNSL), y docente (SIDIU), la burocracia estudiantil de Franja Morada y los “independientes” kirchneristas. Siendo ADU la única conducción gremial que dio apoyo político a los compañeros de la toma.
El desenlace de esta campaña se dio el lunes 4 de septiembre cuando después de negociar con el régimen el ingreso de 25 no docentes para poder liquidar los sueldos, y habiendo estos ya ingresado para esa tarea la burocracia de Geraiges (APUNSL) convocó a una asamblea donde se hicieron presentes su grupo de choque, allí estaban también todo los amigos del Rector: Franja, independientes, SIDIU con el objeto de amedrentar a los luchadores. Querían ellos también meterse al rectorado y desalojar la toma. Quedo a toda vista los intereses patronales que defiende esta burocracia del régimen.
La toma de la Facultad de Cs Humanas en San Luis duro más tiempo del esperado por las autoridades y termino acompañando en la lucha a ADU quien quedo como único sindicato que rechazo un acuerdo escandaloso aun cuando ya Conadu, SIDIU en SL había firmado una paritaria miserable aceptando sumas en negro y un salario muy por atrás de la inflación e inclusive desconociendo el mandato de miles de compañeros de base en el país.
Por otro lado en VM a diferencia de San Luis la toma votada en la asamblea interclaustro al no haber participación masiva de estudiantado fue dirigida (burocráticamente a decir verdad) por el peronismo en sus distintas variantes (JUP, San Luis Independiente, EPU, dirigentes de Sidiu, etc) que trataron de anular permanentemente cualquier discusión que fuera más allá de una anodina defensa de la “Educación pública” , sin querer enfrentar más allá del discurso a los garantes del ajuste, quienes son representantes de Macri en la Universidad (decanos, burocracia estudiantil de la franja morada, etc.) y vaya que lo dejaron claro en las asambleas ante las propuestas, debates y mociones que hicimos desde la COR, los compañeros de ADU Y del IFDC y también otros compañeros independientes.
Se negaron sistemáticamente a sacar un solo comunicado de la Interclaustro, para denunciar los aprietes que recibían permanentemente quienes estaban en la toma de rectorado en San Luis, también a discutir y pronunciarse contra la precarización de los trabajadores de la Universidad. Aceptaron acríticamente que un burócrata cómplice del ajuste hacia los trabajadores como Carlos Ponce CGT y Vice Gobernador de la provincia se hiciera presente, haciendo campaña en todos lados como en supuesta Solidaridad a la lucha estudiantil, algo que verdaderamente desconoce cuándo se trata de los despidos y a precarización laboral que sufren los compañeros en el Parque Industrial.
Quedó Claro para los compañeros independientes que estas agrupaciones que llevan adelante la política de conciliación de clases no son alternativa de dirección para enfrentar el ajuste y están atados por uno y mil lazos a Régimen universitario.
La Toma de decanato en Villa mercedes fue levantada en una asamblea que se realizó en el mismo horario que ADU estaba en asamblea rechazando la oferta paritaria por el alineamiento de las corrientes estudiantiles peronistas con la conducción de SIDIU que ya había entregado la lucha. Quisieron hacer pasar como un triunfo que el decano los había llamado a una mesa de diálogo para negociar no se sabe que, tal como el peronismo logro levantar otras tomas en el país. Quedo expuesto como el PJ es quien le garantiza a gobernabilidad de Macri en su plan de ajuste.
Esta etapa de la lucha contra el ajuste dejo una gran experiencia y tareas por delante, poner en pie un cuerpo de delegados para reagrupar a los compañeros que verdaderamente quieran enfrentar el ajuste, en el camino de recuperar los centros de estudiantes para ponerlos al servicio de la lucha echando a la burocracia estudiantil.
En ese sentido es fundamenta levantar un pliego de reivindicaciones que necesariamente debe ser obrero estudiantil, como parte de la discusión junto a los trabajadores de un programa de acción para enfrentar la crisis.
COR
REGIONAL SAN LUIS
Corriente Obrera Revolucionaria
12/9/18
Em 3 de setembro de 1938, se realizou a conferência de fundação em Paris, na qual 26 delegados representaram 11 seções de 29 afiliadas (segundo informe do Secretariado Internacional). Trotsky não pôde comparecer, já que ele estava exilado no México. Várias delegações não puderam viajar por diversos problemas, como perseguições ou dificuldades econômicas (não se pode esquecer que o stalinismo buscava impedir a formação da Internacional). Um dos organizadores, Rudolph Klement, foi assassinado antes da conferência e muitos documentos importantes foram perdidos. Erwin Wolf e Leon Sedov, filho de Trotsky, também foram mortos pela GPU pouco antes da realização da Conferência.
Trotsky defendia a necessidade da formação da IV Internacional, com o objetivo de regenerar uma direção revolucionária frente ao declínio da Terceira Internacional dirigida pelo stalinismo.
Diante do cenário mundial, que se encaminhava para a Segunda Guerra Mundial depois de inúmeras derrotas em processos revolucionários como o espanhol ou alemão, no qual o stalinismo provou ser uma direção contrarrevolucionária, era necessário recuperar uma continuidade teórica e política do marxismo revolucionário, tão espancado naquele momento.
A formação da IV Internacional tinha a intenção de criar uma nova direção revolucionária, com um Programa de Transição, que foi a expressão dos resultados da revolução russa generalizada para todo um processo. Levantou as tarefas históricas do proletariado para destruir o sistema capitalista.
Oitenta anos após sua formação, essas tarefas históricas permanecem intactas, mas ainda subsiste o problema da liderança revolucionária. Retirar as lições programáticas das várias tendências centristas que dirigiram a IV Internacional até seu desaparecimento virtual, é uma tarefa necessária para recuperar o Programa de Transição da influência estatista, sindicalista e reformistas que levaram a que muitas correntes se degenerassem e se adaptassem ao sistema capitalista.
Reconstruir a IV Internacional é tentar resolver a crise de direção revolucionária e preparar a luta pelo poder, recuperar o Programa de Transição e desdobrar a ação revolucionária frente a uma crise global que segue seu curso.
Os revolucionários nos encontramos diante de processos históricos sem precedentes: um processo de decomposição do imperialismo e um processo de assimilação dos ex-Estados Operários. Porém, temos ferramentas teóricas e políticas deixadas pelo marxismo. A teoria de Marx e Engels, a teoria da Revolução Permanente, a do imperialismo, a teoria do Partido Revolucionário, o programa das Internacionais em sua fase revolucionária, o Programa de Transição e muitas lições programáticas de processos vivos de luta de classes.
Fazemos nossas, a 80 anos da formação da IV Internacional, a definição programática da IV que fazia Trotsky. A Quarta Internacional pode ser definida em três palavras: Pela ditadura do proletariado!
Traduzido por LOI - Brasil
¡Viva la IV Internacional, el partido mundial de la revolución socialista!
El 3 de septiembre de 1938 se realizó la conferencia de fundación en Paris, donde 26 delegados representaron a 11 secciones, sobre 29 afiliadas (según el informe del Secretariado Internacional). Trotsky no pudo concurrir, ya que estaba en el exilio en México. Varias delegaciones no pudieron viajar por diversos problemas, como persecuciones o apremios económicos (hay que recordar que el estalinismo buscaba impedir la formación de la Internacional). Uno de los organizadores, Rudolph Klement, fue asesinado antes de la conferencia y se perdieron muchos documentos importantes. Erwin Wolf y León Sedov, el hijo de Trotsky, también fueron asesinados por la GPU poco antes de la realización de la Conferencia.
Trotsky sostenía la necesidad de la formación de la IV Internacional, con el objetivo de regenerar una dirección revolucionaria ante la debacle de la III Internacional dirigida por el estalinismo.
Ante el escenario mundial, que se encaminaba a la segunda guerra mundial después de un sinfín de derrotas en procesos revolucionarios como el español o el alemán, donde el estalinismo mostró ser una dirección contrarrevolucionaria, era necesario recobrar una continuidad teórica y política del marxismo revolucionario, tan vapuleado en esa época.
La formación de la IV Internacional intentó crear una nueva dirección revolucionaria, con un Programa de Transición, que fue la expresión de las conclusiones de la revolución rusa generalizada para todo un proceso. Planteó las tareas históricas del proletariado para destruir el sistema capitalista.
A 80 años de su formación, esas tareas históricas siguen intactas, pero aún subsiste el problema de la dirección revolucionaria. Sacar las lecciones programáticas de las distintas tendencias centristas que dirigieron la IV Internacional hasta su virtual desaparición es una tarea necesaria para recuperar el Programa de Transición de la influencia estatista, sindicalista y reformistas que llevaron a que muchas corrientes degeneraran y se adaptaran al sistema capitalista.
Reconstruir la IV Internacional es intentar saldar la crisis de dirección revolucionaria y preparar la lucha por el poder, recuperar el Programa de Transición y desplegar la acción revolucionaria ante una crisis mundial que sigue su curso.
Los revolucionarios nos encontramos ante procesos históricos inéditos: un proceso de descomposición del imperialismo y un proceso de asimilación de los ex estados obreros. Pero tenemos herramientas teóricas y políticas legadas del marxismo. La teoría de Marx y Engels, la teoría de la Revolución Permanente, la del imperialismo, la teoría del Partido Revolucionario, el programa de las internacionales en su fase revolucionaria, el Programa de Transición y tantas lecciones programáticas de procesos vivos de lucha de clase.
Hacemos nuestras, a 80 años de la formación de la IV Internacional, la definición programática de la IV que hacía Trotsky. La Cuarta Internacional se puede definir en tres palabras ¡Por la dictadura del proletariado!
¡Fuera el FMI! ¡Derrotemos al gobierno de Macri!
Por una salida obrera y socialista
El macrismo ha fracasado como garante capitalista de los negocios de su clase. Por esto, en los hechos, ha sido reemplazado por el capital extranjero, representado por el FMI, generando una crisis general en la dominación política. Esto tenderá a expresarse por un lado con una exacerbación de la lucha de clases y por el otro con peleas entre las distintas fracciones burguesas y pequeño burguesas.
En este escenario convulsivo que coloca a la Argentina como uno de los eslabones débiles que pueden incidir en el desarrollo más catastrófico de la crisis mundial, debemos abrir una deliberación al conjunto de nuestra clase para no ser los trabajadores quienes paguemos la crisis que los capitalistas generaron.
Gran parte de las corrientes trotskistas han encontrado una fórmula mágica en el llamado a una Asamblea Constituyente libre y soberana con poder. Y de ahí se complementan otras consignas como huelgas, paros, “fuera Macri” y otras medidas democráticas que permitirían salir de la crisis.
Es importante señalar que, a pesar de los matices en cuanto a cómo la formulan las distintas corrientes, todas coinciden en que es una consigna por la lucha por el poder. Es decir, utilizar la propuesta más radical de la democracia burguesa para desenmascarar su carácter reaccionario.
De dónde sale la consigna de AC
En su desarrollo histórico la idea de Asamblea Constituyente (AC) fue estudiada por los revolucionarios en un momento de formación de los Estados capitalistas, en el punto de la relación entre la revolución burguesa y la revolución proletaria. Hoy estamos en un proceso histórico donde los Estados nación están en franca descomposición y en el cual se plantea una relación más compleja entre revolución y contrarrevolución.
Insistir hoy con la AC es una proposición ahistórica que confunde a la vanguardia, colocando al proletariado como una oposición reformista al régimen, educando a las masas en que el Estado burgués es indestructible. Plantear que la AC tomaría el poder político con dirección del proletariado, es decir que puede haber un organismo burgués con dirección proletaria. Si eso no es conciliación de clase, difícil ejemplificarla de otra manera.
Salvo que se sinceren y vuelvan al planteo de que se puede pasar en la época imperialista por una etapa democrática necesaria previa a la socialista, la formulación de AC como elemento de poder no tiene sentido.
Es increíble que luego de tantas experiencias históricas haya que explicarles a corrientes que se dicen trotskistas el ABC de la Teoría de la Revolución Permanente, para la cual en el proceso revolucionario se da una combinación entre la revolución democrática y la revolución socialista, pero no en la superestructura política, ni en el Estado, sino en el proceso histórico de la lucha de clases y su expresión en la dictadura del proletariado.
El “atajo” de la AC significa para la vanguardia obrera, intervenir en la crisis de forma diluida en la superestructura política de un semi estado.
El planteo de AC, de la mano de estas corrientes, está indisolublemente ligado a todo tipo de medidas estatistas y redistribucionistas, en forma de “plan económico” para salir de la crisis que se centran en la nacionalización y control de la banca y las empresas, es decir, más tareas para el Estado burgués..
Si verdaderamente vamos a pelear por el poder, es decir, por la destrucción de Estado, entendiendo que la revolución es una tarea social y no una cuestión nacional, debemos romper la envoltura democrática de las formas de dominación y permitir que el proletariado comience a ejercer su dictadura de clase. ¿Qué quiere decir esto? Que debemos pelear desde un primer momento para que la clase obrera actúe de forma independiente en esta crisis y que pueda acaudillar a otros sectores de clase. La lucha por el poder es preparar las condiciones para derrocar al gobierno de Macri, destruir al semi Estado, en camino del gobierno obrero -como forma popular de llamar a la dictadura del proletariado-.
Hay quienes dicen – como el PO- que la AC sería una tarea “transicional”, sin que podamos dilucidar de “qué a qué” sería esta “transición”. Dentro de las ideas del marxismo, puede haber transiciones de un período burgués a otro, en la actualidad signado por la descomposición imperialista. Pero cuando hablamos un programa de Transición, hablamos de aquellas tareas que preparan a la clase obrera para el poder y para dirigir centralizadamente la transición al socialismo, es decir, a una sociedad sin clases. ¿Pueden llevarse adelante medidas de carácter democrático burgués en esta transición? Tal vez, pero las mismas serán de carácter táctico, se definirán de acuerdo a la relación de fuerzas establecidas en el desarrollo internacional de la dictadura del proletariado, pero jamás podrían ser parte del programa revolucionario.
Pero el problema fundamental de la consigna de AC, es que no mide la relación de fuerzas donde hay que medirla: en la producción. Es por eso que los revolucionarios como Lenin y Trotsky, cuando discutían transiciones y programas, enfatizaban la noción de desorganizar a la burguesía y destruir el régimen capitalista atacando las bases productivas.
Por eso, ante una desorganización de la economía como se ha visto en estos últimos días, la corrida de dólar, la devaluación, el ajuste, los despidos y el aumento de la pobreza, es que debemos intervenir con un programa transicional que imponga la fortaleza de nuestra clase y prepare los pre-requisitos para organizar la economía desde otras bases.
Control obrero
Para nosotros el control obrero plantea elementos de transición del capitalismo al socialismo. En el caso de la situación nacional, planteamos una campaña por el control obrero de las empresas de luz, gas y agua y de varios servicios para luchar contra los tarifazos y las condiciones de los servicios. El control obrero lleva a una lucha de tendencias al interior de los sindicatos, ya que debemos recuperar nuestros sindicatos y comisiones internas para que el control obrero no se convierta en gestión obrera, es decir, en un acuerdo con el Estado por parte de la burocracia sindical. Lamentablemente gran parte de la izquierda, por presión de la opinión pública, ha incorporado a la consigna de control obrero también el control de los usuarios, diluyendo todo contenido de clase a la política. Es otra lucha política que damos con las distintas tendencias de izquierda en cuanto la discusión de programa.
Todos los analistas, después de los cuadernos de Centeno se preguntan qué pasará con las empresas si no están al frente los Rocca, los Pescarmona, etc., naturalizando que la burguesía debe detentar la propiedad de los medios de producción. Es contra esa naturalización de las relaciones sociales contra lo que peleamos los revolucionarios para subvertir nuestra condición de explotados. Para, mediante un programa transicional, debilitar el poder de la burguesía en la producción, peleando por su expropiación.
Pelear por la independencia de los sindicatos del Estado, es una condición principal para recuperar nuestras organizaciones y ampliar sus funciones.
Fuerzas para dar esta pelea hay. Se vienen expresando en las distintas luchas que enfrenta el gobierno de Macri. Pero debemos abrir una deliberación al conjunto de nuestra clase para derrotar todas la tendencias conciliadoras y contrarrevolucionarias, como es el caso del peronismo y la burocracia sindical en nuestras filas.
Al paro de 25/9 llamado por la CGT debemos hacerlo activo y en asambleas en los lugares de trabajo debemos mocionar un programa obrero para salir de la crisis y lanzar un llamado a un Congreso de Delegados de Base con mandato. Hay que conformar minorías activas que permitan fortalecer los futuros núcleos del partido revolucionario que debemos construir. Debemos construir una organización revolucionara que permita a la vanguardia proletaria conquistar el poder con la fuerza de las armas.
3 semanas de paro de los docentes universitarios, impulsado principalmente por CONADU H, contra la propuesta salarial miserable del 15% han desatado un torrente de lucha donde el movimiento estudiantil ha saltado nuevamente a escena con el método de las tomas. Son tomas para fortalecer el paro, que en el caso de la CONADU y otras federaciones dirigidas por el kirchnerismo está siendo boicoteado por la propia burocracia sindical. Y mientras la FATUN firma un acta irrisoria de adelanto de cuotas para sacar a los no docentes de la calle, por abajo son miles los trabajadores que se organizan para sumarse a la pelea.
El gobierno ya no tiene careta y va a la mesa de negociación a decir que hay que respetar el acuerdo de vasallaje que Macri firmó con el FMI, la verdadera conducción del país burgués. Que por eso el presupuesto es magro y hay que ajustarse el cinturón. Reconoce que el conflicto parte del descalabro económico en que está sumida la Argentina semicolonial.
La burocracia sindical docente utiliza la bandera de la “educación pública” para intentar llevarnos a confiar en las autoridades universitarias, llamando a marchas y abrazos junto a los rectores y decanos que vienen aplicando la reforma educativa, manteniendo la precarización laboral desde la década kirchnerista y siguiendo los dictados del Banco Mundial y la UNESCO para las Universidades. Hay que ser claros, bajo el capitalismo la educación no es ni puede ser pública, porque siempre estará al servicio de la burguesía. Hay que defender las tomas y avanzar en nuevas tomas de facultades y demás edificios con el objetivo de garantizar la paralización total de actividades en las Universidades, golpeando a las autoridades que quieren usar la lucha para regatear monedas del presupuesto con Macri.
Además de la burocracia sindical de CONADU y FATUN, es necesario enfrentar a las corrientes pro patronales que dirigen centros y federaciones estudiantiles, que se encargan de defender a las autoridades, organizando estudiantes contra el paro y boicoteando las tomas. Debemos impulsar como moción en las asambleas la conformación de cuerpos de delegados por facultad para organizarnos contra esta llamada “burocracia estudiantil” y preparar la recuperación de los centros de estudiantes y las federaciones.
La idea de levantar un pliego estudiantil para tener por qué luchar más allá de la paritaria docente es un error, porque la clave no es que el estudiantado agrupe sus demandas separadamente, sino avanzar en un pliego único. Pero además, debemos tener en claro que no hay salida simplemente cambiando al personal político que dirige el país, ya sea en las elecciones del año que viene como pretende el kirchnerismo y el PJ, o de otra forma, porque el problema son las bases de un capitalismo semicolonial que han llevado a la completa desorganización económica. Es necesaria una dirección obrera para la educación, que la ponga en función de una salida obrera a la crisis a partir del control de la economía. Proponemos que se mocione en las asambleas elaborar un pliego único de reivindicaciones obrero-estudiantil, no para que se vote en los consejos, sino para proponer como una plataforma de lucha conjunta a los sindicatos. Hay que preparar el Paro educativo nacional que confluya en un gran Paro general con el conjunto de la clase obrera.
Para recuperar las organizaciones estudiantiles y los sindicatos de manos de la burocracia sindical y de las corrientes de conciliación de clases es necesario poner en pie una Corriente Revolucionaria docente, no docente, estudiantil en la Universidad, con libertad de tendencias, para dar la pelea por la dirección del actual conflicto y avanzar en la construcción de una dirección revolucionaria. Queremos discutir esta iniciativa con las corrientes de la izquierda y todos los compañeros combativos que hoy salen a luchar.
RAMA UNIVERSITARIA DE LA COR
TOMA DE FACULTAD EN LA UNSL
COR-REGIONAL SAN LUIS
La toma del rectorado de la UNSL como protesta contra el ajuste educativo en las universidades y en apoyo a los trabajadores de la Educación ya lleva 5 dias. Hace tres dias se profundizo la medida tomandose ademas el IV bloque de la UNSL.
Esto configura la irrupción en escena en San Luis de un sector estudiantil independiente de las corrientes estudiantiles pro-patronales como la Franja Morada y el Peronismo en sus distintas variantes, proceso que se esta expresando a nivel nacional, con tomas de rectorados, edificios, colegios y movilizaciones multitudinarias.
Asi como sale a escena una nueva generacion dentro del movimiento estudiantil que se identifica con la lucha de los trabajadores de la educación, las corrientes que son los personeros del Regimen Universitario (verdadero garante del ajuste educativo, con los rectores y decanos a la cabeza) se apresuran a boicotear las iniciativas de medidas de lucha contundentes en las universidades, y donde se han visto rebasadas por el movimiento comienzan a organizar al sector estudiantil mas conservador para tratar de levantar las tomas, llevando adelante campañas basadas en calumnias para desprestigiar las tomas. Lo que muestra la impotencia politica del Regimen.
A nivel nacional muchos de los rectores hacen la pantomima de mostrarse indignados ante el ajuste que lleva adelante el gobierno de Macri por pedido del FMI, pero en el fondo sabemos que son los que garantizaron la creciente precarización laboral y en las condiciones del estudiantado durante la “década ganada” y ademas están negociando el nuevo presupuesto de las universidades que vendrá con nuevos recortes.
En los lugares donde los rectores no se posicionan ya la burocracia estudiantil sale a cuidar a sus jefes tratando permanentemente de lavarles la cara a estos ajustadores.
En la toma de la UNSL los estudiantes votaron la expulsión de la Franja morada de la medida ya que fue a la misma con la inteción de desorganizarla y levantarla. Lo mismo sucedió en la UNCuyo.
Al mismo tiempo en la toma de la UNSL de la cual somos parte se esta comenzando a discutir respecto al carácter de clase que tiene la educación y su rol dentro del sistema capitalista, el porque del apoyo al movimiento obrero ante esta situación de ajuste (Se repudio la represión a los trabajadores del Astillero Rio Santiago), y el plan politico y economico que quiere imponer el FMI por lo que se comienza a discutir una perspectiva mas alla de la realidad universitaria.
Esto es quizas el rasgo mas progresivo y que puede llevar a recrear una nueva vanguardia estudiantil que recupere los organismos estudiantiles de manos de la burocracia.
Mas allá de la continuidad y posible duración de la medida esta planteado el avanzar en un pliego de reivindicaciones obrero estudiantil para enfrentar en mejores condiciones el ajuste así como la reorganización en cuerpos de delegados para continuar el proceso de poner en pie una dirección revolucionaria estudiantil, de docentes y no docentes en la universidad.
Universitarios de la COR
Pronunciamiento de la Tendencia Revolucionaria por la reconstrucción de la IV internacional
Liga Obrera Internacionalista (LOI) Brasil, Corriente Obrera Revolucionaria (COR) Chile, Corriente Obrera Revolucionaria (COR) Argentina
Por una conferencia latinoamericana de los trotskistas que siguen reivindicando la dictadura del proletariado para discutir un programa y sentar las bases para la reconstrucción de la IV. En un momento de crisis, es central impulsar los mecanismos para demostrar el poderío del movimiento obrero, su programa y su partido revolucionario.
Partiendo de que los elementos centrales de la crisis que se abrió en el 2008, con epicentro en los países imperialistas, siguen avanzando ante la imposibilidad de la burguesía imperialista de darle una salida, debemos seguir muy de cerca las políticas imperialistas para darle una concreción programática a las tareas del proletariado y su vanguardia revolucionaria.
Nos encontramos ante una nueva orientación del imperialismo para recobrar un equilibrio inestable. Dentro de la etapa imperialista de crisis, guerras y revoluciones, los elencos dirigentes de la burguesía se disponen a una nueva orientación ante el fracaso de las líneas que llevaron adelante a la salida de posguerra, que sólo los llevó a una crisis mayor y sin poder asimilar hasta el final los supuestos triunfos del periodo anterior, que fueron las caídas de los estados obreros.
Se expresa esta caracterización en la política del imperialismo norteamericano, en el gobierno de Trump, que ya ha definido como enemigos a China y Rusia y la idea de recuperar protagonismo en base a su poderío militar y económico. De acá se entiende la guerra comercial lanzada por EEUU, el bombardeo en Siria, el plan de pacificación en las Coreas y el intento de recuperar el patio trasero, como mostró la devaluada Cumbre de las Américas. Esta política se da en medio de una crisis mundial y, quizás lo más importante en cuanto a relaciones de clase, sin una base interna sólida para imponer esta política en su propio país, es decir EEUU. Además de que esta política implica nuevas relaciones interestatales, con un mayor antagonismo económico entre los países imperialistas y antagonismo interestatales.
Es decir, la política imperialista, aun en su debilidad, propone una idea de nuevo pacto entre el capital y el trabajo, dentro del histórico conflicto entre las fuerzas productivas sociales y las relaciones de producción del capitalismo, romper con los pactos de posguerra y las instituciones creadas y definir un nuevo equilibrio de clases dentro de los Estados, ante el nivel de la crisis mundial.
Por eso estamos viendo una ola de reformas, laborales, previsionales y fiscales, en los distintos países, con mayor o menor resistencia, pero que plantean, como dijo Macron en Francia, “un nuevo pacto”, en este caso para desmantelar lo que queda del Estado de bienestar y en otros lugares en la necesidad de establecer una nueva relación con el imperialismo, como Brasil, Argentina y, de forma más radicalizada, en Nicaragua.
Sostenemos que estamos dentro de un periodo histórico caracterizado por una tendencia a la descomposición del imperialismo y un proceso de asimilación capitalista de los ex Estados obreros.
En Europa, se continua la línea de desmantelar lo poco que queda de los estados de bienestar, lo que genera proceso de lucha de clases importantes, como en Francia los ferroviarios y algunos sectores de estudiantes, en medio del aniversario 50 del Mayo francés. La burguesía europea intentó saldar la crisis de los Estados nación con la conformación de la Unión Europea, pero no pudo con esa línea reaccionaria solucionar un problema estructural del capitalismo. El experimento de la UE generó aún más contradicciones en los Estados nación, nacionalismo, xenofobia, crisis sociales, Brexit, crisis de los partidos políticos, separatismos y procesos de masas contra las reformas, crisis de inmigración.
La nueva configuración de la política imperialista para América Latina, que fue discutida en la devaluada Cumbre de las Américas, en líneas generales ratificó la mayor injerencia del imperialismo norteamericano, una lucha contra la corrupción, que significa modificar una fracción burguesa empresarial por otra fracción más pro imperialista, el ejemplo Odebrecht es el más emblemático. Otro punto importante fue que después de la Cumbre la gran mayoría de los países que integraban la UNASUR se retiraron de dicha organización. Se discutió una política más fuerte de asedio al gobierno de Maduro de Venezuela. También se estableció que las fuerzas armadas, en nombre de la lucha contra el narcotráfico, podrán intervenir como fuerza interna. El caso de la intervención en Rio de Janeiro demuestra esta nueva línea.
Esta transición en la dominación política, modifica las relaciones sociales establecidas en el periodo anterior. La política de reformas impulsadas por el imperialismo, mayor injerencia del FMI como el caso de Argentina, ya ha encontrado resistencia en los distintos países donde se está aplicando. Esta resistencia genera no sólo crisis políticas, sino crisis económicas como la Argentina, donde los procesos de masas irrumpen contra los planes de ajuste, pero aún se desarrollan dentro de la legalidad burguesa y con direcciones reformistas y, en gran parte de estos procesos, el proletariado interviene de forma diluida.
Sostenemos la necesidad de desarrollar una Conferencia latinoamericana, para poder discutir de cara a la vanguardia y poder ayudar a su desarrollo en países como Venezuela y otros países de la región, para impulsar tareas internacionalistas que permitan afianzar núcleos revolucionarios y una lucha política entre las tendencias que nos reivindicamos del trotskismo para aproximarnos a sentar las bases de una dirección revolucionaria.
Llamamos a la LIT-CI, la CRCI, FT-CI y organizaciones que aún reivindiquen la dictadura del proletariado y la reconstrucción de la IV Internacional a tomar en sus manos la realización de dicha Conferencia para discutir un programa transicional.
TRCI