El escándalo de corrupción por las coimas de Karina Milei y sus aliados Menem, sumado al descalabro económico de CosiToto, ha colocado al gobierno al borde del helicóptero. Esto ha mostrado la podredumbre de un régimen político, con carpetazos de la SIDE y acusaciones de conspiraciones de rusos, venezolanos y vaya a saber quién más. Expresa la derrota de una burguesía lumpen aliada al imperialismo que no logra estabilizar al semi Estado con un elenco dirigente que le garantice sus negocios. La burguesía parásita y sus aliados pequeñoburgueses en el gobierno son conscientes de que se están hundiendo, pero en el camino le dicen a los trabajadores y el pueblo: “soy consciente de mi debilidad, pero si yo me hundo me los llevo puesto también a ustedes”. Ese es el discurso desesperado de una clase en peligro, que está dispuesta a todo.
En este marco se inscriben las elecciones de medio término, que no pueden solucionar nada ante el nivel de crisis, pero intentarán configurar nuevas coaliciones políticas, vía la “liga de gobernadores” para darle alguna sustentabilidad para que el gobierno llegue al 2027. Un sector del arco político seguirá apostando a contener vía el parlamento las reivindicaciones inmediatas de las masas, por ejemplo, con las leyes para los discapacitados, las jubilaciones, la salud y las universidades, intentado legalizar el descontento para que no se salga de los marcos del régimen. Ese es el plan de los que van a defender al Estado y sus instituciones y van a intentar que esta crisis política, económica y social tenga una salida reaccionaria y no revolucionaria. Los que estuvimos desde el primer día en la calle contra Milei fuimos nosotros, no los K ni los Kicillof ni menos la burocracia sindical pero ahora ellos quieren volver como los salvadores, cuando fueron los cómplices.
Es tarea de los revolucionarios intervenir en este escenario, postulándonos como dirección revolucionaria con un programa transicional de salida a la crisis. Tenemos que impulsar asambleas en los lugares de trabajo con la moción de imponer un paro general activo en el camino a una huelga general que prepare las condiciones para echar a Milei y por un gobierno obrero. Tenemos que romper la envoltura democrática que nos impone el capitalismo y sus instituciones, ya que detrás de esa envoltura se esconden la dictadura del capital y sus leyes. Sólo debemos confiar en nuestras propias fuerzas y en nuestros métodos de lucha y de esa manera nos vamos a ganar a la mayoría de la población en la necesidad de la conquista del poder. Abramos este debate en la necesidad de construir un partido revolucionario y la reconstrucción de la IV internacional.